¿Por qué? Porque es mejor verlo aplicando lo que predica, en franco movimiento, instando a la competencia a los demás gobernadores y alcaldes opositores (a llevarles el paso), que verlo dando charlas y siendo un adorno de declaraciones detrás de los electos o en foros, lo que poco a poco lo irá quemando ya que -lamentablemente- esta condena que nos echó el diablo y sus títeres con la consecuencia actual, prosiga.
En 2016 culminará y tendrá 2 años para el remate final para la Victoria del 2018. Si es que la pelona no nos hace adelantar elecciones. Él no es un artículo decorativo, es un líder de acción y no de palabras.
Tendrá tiempo como Gobernador ya que tiene un equipo que sabe cumplir con lo poco que tiene (su lucha será ahora contra la ley de Comunas que es un quilombo y la poca designación de recursos, aparte del drogadicto, el mariposón y las pendejas de VTV, etc.).
Y aparte, podrá estar en cada pueblo con algo menos de presión, sin bajar la intención y hacer un poco de su vida.
Sí, porque sería un acto mezquino el que no pueda disfrutar un poco de lo que se ha ganado con extrema decencia, sólo porque nosotros no ponemos de nuestra parte. Él decidió ese estilo de vida, pero nosotros no debemos aprovecharnos y reventarlo.
La verdad que merece ser un joven adulto y casarse y tener hijos. Ya tiene 2 perros y dos chivos que le acompañen también. Es un hombre, no un autómata ni un esclavo, por mucho que él desee estar al servicio del país, su vida también ha de valer por sentir lo moderno de la misma.
Y quedan otros líderes como Leopoldo (que no dudo se lanzará a la presidencia), María Corina, Ocariz, Mardo, etc., además de algunos de los partidos viejos que de seguro quieren surgir y deben hacerlo, para alcaldías y parlamento, además del trabajo comunitario sin cargo de elección popular.
No se puede quemar aunque pierda (Dios no lo quiera), creció más de lo que él cree y la Unidad está por encima de él mismo, en estos instantes y por muchos años, Henrique será la gran referencia por sepultar la vieja política y al fin imponer la correcta, la humanista, de la cual quienes formamos parte de esos 6.5 millones estamos obligados a aprender, porque tenemos muchas fallas de aptitud y actitud.
