La Abdominoplastia


La abdominoplastia es una cirugía cosmética de corrección abdominal, que involucra:

a. La resección del colgajo de piel y grasa excedente en abdomen dermolipectomía abdominal);
b. Incremento de la firmeza en la musculatura abdominal, eliminando la separación o diástasis de los músculos rectos anteriores, mediante su debida “aplicatura”;
c. Creación de nuevo agujero umbilical;
d. Entallado de la cintura mediante lipoaspiración (opcional, pero recomendable);

Las lipectomías o dermolipectomías son cirugías de retiro de excedentes de piel y grasa, producto de la flacidez desarrollada, por lo general por aumentos de volumen corporal previos. La abdominoplastia es una cirugía cosmética que utiliza la dermolipectomía como técnica. Otras dermolipectomías las podemos ver en brazos (braquioplastia) o muslos (femoroplastia), al igual que en cara (ritidectomía o lifting facial)


INDICACIONES
Las indicaciones más importantes de la dermolipectomía abdominal son la excesiva flacidez de piel, la lipodistrofia supra o infra umbilical y la diástasis de los músculos rectos abdominales o herniaciones de la pared abdominal. Otras indicaciones menos frecuentes son las que procuran el tratamiento de las secuelas de la pared abdominal (quemaduras, cirugías, tumores o infecciones, cicatrices de estrías, etc.) o algunas enfermedades o problemas de piel (cutis laxa, pseudo-xantoma elástico, etc.). Actualmente ha aumentado de manera considerable el número de pacientes sometidos a tratamientos quirúrgicos de la obesidad mórbida los cuales son, también, y a posteriori, excelentes candidatos para esta cirugía.


CONTRAINDICACIONES
Son contraindicaciones de esta cirugía las alteraciones metabólicas, cardiovasculares, pulmonares y de la coagulación; las infecciones, las neoplasias, los procesos inflamatorios y vasculares locales y, principalmente la anemia aguda o crónica. En general, las contraindicaciones generales asociadas a cualquier cirugía de envergadura.


  


CUIDADOS POSTOPERATORIOS
En el postoperatorio inmediato el paciente es colocado en una cama con el dorso elevado, las rodillas flexionadas y las piernas ligeramente elevadas, de manera de evitar tensión sobre el colgajo, la herida y su sutura. Se aconseja realizar movimientos tempranos con los pies y con las piernas, al menos 24 horas de reposo absoluto y deambulación asistida al día siguiente a la intervención, evitando la extensión completa del cuerpo. La cirugía mantiene drenajes para sangre y líquido hasta por 10 días. Deben levantarse los apósitos a las 24 horas, de manera de observar el estado del colgajo y movilizar los drenajes, procediendo a retirarlos al momento de observar baja producción de líquido en los mismos. Siempre debe utilizarse faja abdominal compresiva desde el mismo post operatorio inmediato, y se recomienda mantener su uso durante las primeras ocho semanas, tanto de día como de noche, pudiendo retirarla por breves períodos de tiempo para aliviar la sensación constante de presión. El dolor postoperatorio normalmente es moderado y bien controlado con analgésicos. La dieta líquida se inicia tan pronto es tolerada.


COMPLICACIONES Y SECUELAS
Como en toda intervención quirúrgica de características estéticas las complicaciones no son frecuentes, sin embargo, es necesario que el paciente que vaya a ser sometido a una dermolipectomía abdominal conozca claramente los riesgos que esta conlleva. 
Los hematomas y los seromas ocupan el primer lugar dentro de las complicaciones de la abdominoplastia. Se trata de acumulación de sangre por sangrado residual, o bien líquido inflamatorio acumulado, que generan molestias, presión y dolor, así como potencial de infecciones concomitantes, de no ser tratados. 

Si se produce un gran hematoma el tratamiento es el drenaje y la revisión de la hemostasia. Los seromas generalmente son diagnosticados en la primera visita al consultorio y su tratamiento consistirá en el drenaje por punción y la presión mantenida, repitiendo la aspiración tantas veces como sea necesario. 

La necrosis y el sufrimiento cutáneo, aunque poco comunes, suelen ser complicaciones graves que aparecen cuando la circulación, tanto arterial como venosa se encuentra comprometida, en función a la cirugía realizada. Son más frecuentes en pacientes fumadores, obesos, diabéticos, y las causas más importantes son, la presencia de cicatrices anteriores, la tensión excesiva de los tejidos o la destrucción vascular asociada a la cirugía. La infección o los hematomas no diagnosticados también pueden generar necrosis o sufrimiento tisular, no solo por el aumento en la presión, sino principalmente por los efectos tóxicos del mismo sobre el colgajo. 
Una epidermólisis superficial o destrucción de la piel superficial no es infrecuente en el borde superior de la herida, especialmente, en su parte media. 

La infección no es habitual (7-8%), y suele estar relacionada con hematomas o seromas no drenados, con una preparación inadecuada del ombligo o con la asociación, en el mismo acto operatorio, de otros procedimientos abdomino-pélvicos o estéticos. 
El tromboembolismo pulmonar es la complicación más temida de la dermolipectomía abdominal. Además del riesgo inherente a cualquier intervención quirúrgica, esta operación añade dos condiciones que contribuyen a su aparición: el aumento de la presión intra abdominal y la disminución del retorno venoso de las extremidades durante la intervención y después de ella. Los pacientes obesos y fumadores son más susceptibles a esta fatal, aunque poco frecuente (0,8 – 1%) complicación.

Las secuelas más habituales y, por ventura, de más fácil corrección son las asociadas a problemas estéticos post operatorios: Las alteraciones de la cicatriz abdominal (dehiscencia, cicatrices hipertróficas y queloides); los defectos en la cicatriz umbilical (malposición, cierre por contracción cicatricial, agrandamiento del ombligo, etc.), así como las adiposidades o piel remanentes en los extremos de la cicatriz, más conocidas como “orejas de perro”.
Las resecciones de cicatrices, con la intención de mejorar el aspecto visual de una cicatriz complicada deben esperar hasta 12 meses, de manera de evitar la fase de actividad de la cicatrización.

CONCLUSIONES
La abdominoplastia o dermolipectomía abdominal es una de las intervenciones estéticas que más inquietan al cirujano plástico, entre otras por la potencial pérdida sanguínea asociada, la presencia de infrecuentes pero graves complicaciones, y las grandes dimensiones de la cicatriz resultante. 

Al mismo tiempo, es una de las cirugías que más satisface a los o las pacientes, debido al cambio importante que determina en su morfología.
Tratándose de una operación con cierto grado de morbilidad, debemos siempre estudiar detalladamente a cada paciente, sobre todo en los casos de asociación con otros tipos de cirugías, tales como lipoaspiración importante, procedimientos ginecológicos o abdominales o demás tipos de cirugías cosméticas. Es sumamente frecuente, la asociación de abdominoplastias y mamoplastias, que tomando las medidas apropiadas pueden generar un enorme grado de bienestar al paciente. 
Las pérdidas de peso asociadas a la abdominoplastia no son el objetivo de la cirugía. Aunque obviamente existirá reducción en el peso debido al retiro de piel y grasa, los cambios en la proporción corporal, medidas y resultado cosmético son el objetivo principal.
El resultado final de la cirugía, en su apreciación definitiva por parte del paciente se logrará luego de los 18 meses de post operatorio.
El dolor post operatorio es moderado, aunque mayor es la sensación de incomodidad y disconfort asociados. Existen técnicas anestésicas que permiten controlar efectivamente el dolor post operatorio, mejorando la recuperación inmediata y haciendo de la experiencia quirúrgica algo más agradable.

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