Desde pequeño y por las evidencias de como somos a veces los hombres ante las reparaciones en la casa, comprar algo o ante la enfermedad, mi mamá espetaba (y aún lo hace) la siguiente sentencia:
El Hombre es como el zamuro, cuando llueve dice "mañana hago casa para tener refugio"; al otro día, cuando sale el sol, dice "¿casa pa' qué?"
Siempre lo asocio a esas eventualidades, pero hoy y sin querer lo llevé más allá, ya que han rimado el apellido del Presidente Encargado de Venezuela, Maduro (Nicolás) con Zamuro (ave de carroña de nuestra región, también se escribe con S, según leí en un Larousse).
Pues bueno, llevemos este caso del Zamuro....digo, Maduro, al plano actual: Está lloviendo (la campaña electoral) y debe hacer casa (promesas, todas unidas a seguir al pie de la letra y sin voluntad propia, los lineamientos del llamado "Plan de la Patria", del fallecido Ex-Presidente Hugo Chávez, quien a dedo lo designó como sucesor y ordenó se le adorase casi como a él).
Ahora, de tener un día soleado (victoria), todo cambiaría, ya que él sería el Presidente, ¿qué le importa lo anterior? y con líneas de defensa de adeptos y adictos, seguiría la manipulación mentirosa que acompaña al descalabro de su analfabetismo como dirigente y su ceguera humanista.
Allí él se diría ¿casa pa' qué?. En efecto, para qué seguir a alguien que lo eligió sí ya él se siente el presente y futuro, sin importar lo más importante: No está preparado para ello (él lo confesó).
"Dale poder a alguien que no lo sabe controlar y se le subirá a la cabeza", le oí a Pedro Picapiedra.
La historia de traiciones en vida es larga, pues a los fallecidos debe ser más fácil, apelando a la corta memoria, flojera y compra de voluntades de los que aún profesan de corazón lo que sienten que aprendieron de Chávez.
Esos mismos que sienten que Henrique Capriles podría honrar de mejor manera, dado a su nivel de respeto, diplomacia y empatía para todos por igual.
Por eso, hay que tener cuidado con el zamuro, ya que querrá comer fino (más) de tener el control del país.
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El Hombre es como el zamuro, cuando llueve dice "mañana hago casa para tener refugio"; al otro día, cuando sale el sol, dice "¿casa pa' qué?"
Siempre lo asocio a esas eventualidades, pero hoy y sin querer lo llevé más allá, ya que han rimado el apellido del Presidente Encargado de Venezuela, Maduro (Nicolás) con Zamuro (ave de carroña de nuestra región, también se escribe con S, según leí en un Larousse).
Pues bueno, llevemos este caso del Zamuro....digo, Maduro, al plano actual: Está lloviendo (la campaña electoral) y debe hacer casa (promesas, todas unidas a seguir al pie de la letra y sin voluntad propia, los lineamientos del llamado "Plan de la Patria", del fallecido Ex-Presidente Hugo Chávez, quien a dedo lo designó como sucesor y ordenó se le adorase casi como a él).
Ahora, de tener un día soleado (victoria), todo cambiaría, ya que él sería el Presidente, ¿qué le importa lo anterior? y con líneas de defensa de adeptos y adictos, seguiría la manipulación mentirosa que acompaña al descalabro de su analfabetismo como dirigente y su ceguera humanista.
Allí él se diría ¿casa pa' qué?. En efecto, para qué seguir a alguien que lo eligió sí ya él se siente el presente y futuro, sin importar lo más importante: No está preparado para ello (él lo confesó).
"Dale poder a alguien que no lo sabe controlar y se le subirá a la cabeza", le oí a Pedro Picapiedra.
La historia de traiciones en vida es larga, pues a los fallecidos debe ser más fácil, apelando a la corta memoria, flojera y compra de voluntades de los que aún profesan de corazón lo que sienten que aprendieron de Chávez.
Esos mismos que sienten que Henrique Capriles podría honrar de mejor manera, dado a su nivel de respeto, diplomacia y empatía para todos por igual.
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