Te presentamos ocho moralejas que deja El Principito.
- “Solo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos”.
- “Yo no te necesito, tú tampoco tienes necesidad de mí, pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo”.
- “Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un sabio”.
- “Debí haberla juzgado por sus actos y no por sus palabras, me perfumaba y me iluminaba, ni debí haber huido jamás”, dice El principito en referencia a la rosa que abandonó en su planeta.
- “Las personas mayores no son capaces de comprender las cosas por sí mismas. Es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones”.
- “Amor no es mirarse el uno al otro , sino mirar los dos en la misma dirección”.
- “A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo jamás preguntan lo esencial del mismo. Nunca preguntan: ‘¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas? Pero en cambio preguntan ¿Qué edad tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre? Solamente con esos detalles creen conocerte”, dice El principito sobre el valor que se da a las personas por lo que tienen y no por lo que son.
- “Nada en el universo sigue siendo igual si en alguna parte, no se sabe dónde, un cordero que no conocemos ha comido, o no, a una rosa”, señala en referencia a que las acciones tienen consecuencias.
