Ajustar la temperatura es uno de los mecanismos que contribuye no solo a ahorrar energía, sino a conservar el motor de estos aparatos
El aire acondicionado es uno de los electrodomésticos indispensables en las ciudades más calurosas del mundo, pero también uno de los que puede ocasionar mayores reacciones alérgicas si no se limpia con frecuencia o, peor, de la forma incorrecta. Para tener un ambiente fresco y libre de polvo, sigue estas recomendaciones:
¡En off! Antes de comenzar, apaga el aire, desconéctalo y espera unos minutos hasta que el compresor enfríe por completo.
El exterior. Con un paño seco remueve las capas de polvo acumuladas, sin olvidar los bordes y, especialmente, las rejillas. Luego, humedece una toallas o esponja en una solución limpiadora y pásala por todos los paneles exteriores.
Los filtros. Dependiendo del modelo de aire acondicionado que esté instalado tardarás algunos minutos más -o menos-. Si cuentas con un equipo Split, los alargados que se ubican en el techo, solo necesitas levantar la tapa, quitar el filtro y lavarlo con cuidado. Por el contrario, si es de ventana, tendrás que quitar la rejilla, luego aflojar los soportes del motor hasta acceder al filtro.
Mecánica. La última fase es tratar todas las partes y piezas que hacen que funcionen. Un cepillo de cerdas suaves es ideal para los ventiladores, una tela sintética con detergente eliminará los restos de moho y un spray de aceite o anti-corrosivo mantendrá el interior libre de óxido.
¡Recuerda!
- Si sufres de rinitis o utilizas lentes de contacto, los lentes de protección y un tapaboca será tus aliados.
- Limpia el aire acondicionado cada 6 semanas, como mínimo, y la revisión técnica cada 10 o 12 meses, según el uso y edificación.
Autora: María Gabriela Cartaya
