1. Le cuesta quitarte el sostén. No importa cuántas veces te ha quitado el sujetador, siempre habrá una oportunidad donde este no salga tan fácil. Entonces, tendrán que parar y te lo tienes que quitar tu misma, y como es de esperarse te tomará más tiempo de lo normal.
2. Tienes que aguantarte las ganas de hacer pipí. No estás segura si vas a poder aguantarte las ganas hasta que los dos lleguen al clímax pero sabes que si interrumpes el momento, será un gran deal breaker.
3.Necesitas una cola para el cabello. Claro que el pelo largo es sexy, pero puede resultar molesto durante el sexo. Se te pone en tu cara y en la de tu pareja. Se te pega debajo de los brazos. No hay mejor momento para tener una cola que justo en ese instante.
4. Cuando su miembro se te sale. Esto ocurre más seguido que lo que pensamos. Los dos están disfrutando y de pronto, se le sale. Sólo vuélvelo a meter y continúen como si nada.
5. Te das cuenta que se te olvidó afeitarte/depilarte. No es hasta que te levanta las piernas que te arrepientes de no haberte quitado todo esos pelos. Claro que lo ibas hacer pero algo más importante surgió y no te dio tiempo.
6. Golpearse. Es común que ante cada embestida, el cuerpo se mueva y la mujer o el hombre le peguen la cabeza al copete de la cama. Tómenlo con humor y prosigan o rótense en el cuadrado de la cama.
