Primero que todo, debes
mentalizarte que visitar una SexShop no es nada del otro mundo: nadie te
juzgará por eso, no es algo malo, puedes ir hasta con tu pareja y además es una
experiencia que si sabes cómo manejarla te resultará divertida. Ahora bien, si no
sabes muy bien a qué atenerte en una tienda de este tipo, no te preocupes: acá
en esta nota te dejamos todo lo que debes saber.
Una cosa es indiscutible:
la mercancía que ofrecen es bastante costosa. Pero al igual que como pasa con
cualquier comercio, ir a una SexShop no implica siempre realizar una
compra. No te preocupes si solo vas a ver. La gente de la tienda lo entenderá.
Con respecto al personal,
todos seguramente estarán capacitados para atender tus inquietudes. ¡Pregunta
sin miedo! “¿Cómo funciona esto?”, “¿Necesita baterías?”, “¿Es seguro?”. Es
normal que tengas dudas. Sin embargo, informarte por Internet también es una
opción.
De esta forma, no lucirás
tan sorprendida. En una SexShop puedes encontrar muchas cosas: desde velas
aromáticas y aceites
para masajes hasta lencería erótica, juguetes sexuales y todos los
implementos necesarios para cumplir las fantasías más fetichistas.
Por eso, si tu relación ha
caído en la rutina o han perdido poco a poco el interés por el sexo, hacer una
pequeña visita a una de estas tiendas puedes ser la solución. No temas en
experimentar cosas nuevas, enriquecer tu vida sexual y adoptar otra visión del
sexo.
¿Te animas a ir a una SexShop?
Si tu respuesta es afirmativa recuerda actuar con naturalidad. Si tu respuesta
es no, piénsalo dos veces, puede resultar muy beneficioso. La época en que se
creía que estos locales eran sucios pasó hace mucho. Ya no son un tabú.