Las estafas por Internet crecen y se
catalogan de diversas maneras. Para identificarlas apropiadamente como las
leyes contra los delitos electrónicos y la psicología criminal las han
englobado, sugiero visitar el tema formal en mi otro blog, Varios Temas.
Aquí quiero tocar otros puntos que allí
no se expresan y me parecen igual de importantes: la desinformación y la confianza.
Estafas por Internet
En un foro de negocios por Internet se
suscitó –sin que sea sorpresa, pero sí molestia-, una estafa por un préstamo.
No sólo afecta por el factor económico, sino por el impacto entre quienes
ameritan un préstamo y si están dispuestos a pagar (me cuento entre ellos),
sino la pérdida del prestamista y el efecto dominó por aquello de “por uno,
pagan todos”.
No quiero ser radical, ya que son casos aislados
y siempre, el mal es más mediático que el bien. Si unimos el factor
estadístico, son más los préstamos pagados y las ganancias por parte de los
prestamistas, que los casos de robo.
De toda previsión, el estafador tima
previsiones por igual. Allí toca ser más astutos y eso poco se dice, solamente
se hace. Lo otro que no se informa es el nivel estadístico de confianza,
blindaje y de negocios positivos que en ese y demás foros se ocurren a diario.
Igual que ir a una casa de empeño o ante
un prestamista en lo más céntrico de las ciudades o los cobradores / aboneros
que visitan en las casas más humildes de las zonas suburbanas. El factor que
incide en las estafas por Internet siempre es el humano.
La desinformación relacionada a las
estafas por Internet también implica la no evaluación previa y metódica, sin
ánimos de buscar el mal sino el equilibrio de las opiniones. Corroborar con
personas –afectadas o beneficiadas-, ayuda también.
Siempre habrá estafadores latentes y siempre
son aquellos que pintan maravillas y todo aquello que quieres oír o leer, que
resuelva en poco tiempo tus necesidades. Por si nadie lo ha dicho, nadie que
quiera el bien para ti te va a llenar de maravillas; quien quiera el bien para
ti, te ayudará a construirte, incluso sin conocerte.
Con respecto a la confianza…
Vamos a verlo desde la perspectiva del
estafador. Aunque se siente confiado y gozoso por el dinero, información,
contenido digital que pudo obtener estafando en internet (como se hace con las
estafas por Telegram o con las aplicaciones añadidas a los dispositivos de
televisión para ver canales gratis), ese ser se regocija por un tiempo.
Pero la suma de delitos comienza a
perseguirlo en su mente, su sueño, disfunción eréctil, problemas familiares,
malos tratos a amigos y compañeros de trabajo, persecución impositiva hasta que
todo se suma como delito electrónico y llega un día en que esa persona virtual
a la que le estafó, coloca la denuncia que hará que la ley toque a su puerta y
todo su pesar sea real…como por igual, merecido.
La confianza en sí mismo se pierde, así
como la gente pierde confianza para realizar préstamos o donaciones e incluso
al revés, hay quienes dejan de solicitar ayuda cuando verdaderamente la
necesitan por miedo a que les digan estafadores y eso afecte más su estado
anímico y el lugar que tienen en la sociedad.
Cuando la confianza se merma, todos caen
y pocos son los que se saben levantar, muchos menos hay que levanten a otros y
recuerden que la desinformación y la desconfianza son enemigos del apoyo social
y de los buenos negocios.
Lo que se puede recomendar con respecto a minimizar las posibilidades de estafa por Internet
Si prestas, coloca condiciones que
blinden tu seguridad lo mejor posible, recordando que alguien siempre intentará
burlar dichas defensas. Pero son menos de los que van a valorizar tu confianza.
De ser quien solicita un préstamo, hazlo
cuando de verdad lo necesites y ten bien anticipado el plan de pago, abriendo
incluso una pesarosa (pero muy segura) brecha de posibles situaciones adversas.
Seguro mató a confiado.
Nadie puede estarse uniendo a ofertas
maravillosas, así las coloquen con imágenes, música y videos bonitos. Con IA
también se pueden hacer estafas por Internet, porque el deseo del estafador es
usufructuar todo su poder para vulnerar tus necesidades y confianza de
cualquier manera, incluso con la más abierta de las hipocresías.
Jamás tomes como hábito la solicitud de
préstamos o de realizar todas tus compras por Internet. Aunque este sistema nos
brinda muchas facilidades, es el ojo del amo el que engorda al ganado. Y vaya
este consejo sin querer atacar a quienes ofrecen servicios y ventas online,
sólo es saber comprar y vender por Internet con equidad, disfrutando lo mejor
de ambos mundos.
Ten presente que estar a la defensiva
todo el tiempo, te hace paranoico y huraño; quizá sea una buena defensa a las
estafas por Internet, pero corres el riesgo de perderte ofertas, emociones y
nuevos contactos valiosos. Aquí también se requiere equidad y para ello hay que
tener pensamiento analítico y saber cómo, cuándo y cuánto invertir.
Alguna vez (o veces), pasaremos a ser
víctimas de las estafas por Internet o sabremos de alguien; toca aprender,
corregir y aumentar y no temerle a este sistema, recordando siempre que cuando
procuremos estar un paso delante de los estafadores, ellos van a procurar lo
mismo.
Y en esta batalla mental y de mesura,
gana quien sepa investigar, no se avorace ni sea codicioso y sepa comprar,
vender o solicitar préstamos con estoicismo y honestidad. Porque así te sientas
confiado de la distancia, el pago por tus delitos de fraude electrónico de
alguna forma llegará.
Les
invito a leer unas crípticas palabras a quienes hacen estafas por Internet en
mi blog Romantistech.