El
mundo se distrae rápidamente, porque siempre hay alguien o algo que da de qué
hablar y las comunicaciones así lo permiten. Que algo suceda en Arabia Saudita
en una mañana, llega a Venezuela en la noche anterior al momento vía online.
Por
igual si ocurre en Japón o Australia o en Colombia, ya pasa a manos de la
opinión pública, la cual le da el uso que mejor prefiera, como puede ser:
-
Opinar a favor del tema.
-
Opinar en contra del tema. (Ambas
opciones muchas veces desde el corazón o bilis, pocas veces desde la razón y la
equidad).
-
Buscar referencias de casos similares.
-
Dibujar escenarios probables en base al
caso.
-
Realizar memes o audiovisuales de
cualquier índole, sea para retroalimentar, desvirtuar o paliar al impacto
social, en especial para aquellos consumidores excesivos que padecen de lo que
hemos llamado toxicidad informativa.
En
fin, son varios temas por hora que
en vez de aumentar a la cultura general del hispanoamericano, le hacen o
saturarse o decantarse por la indiferencia, además de ayudar a estimular sus
carencias, sean económicas, mentales o emocionales.
Da de qué hablar
La
mayoría de los temas se pueden seguir y filtrar. Nadie les obliga a sumergirse
en los mismos y menos si saben que van a trastocar su salud emocional.
Ni
siquiera los periodistas nos sumergimos de fondo en todos los temas, como cree
la mayoría de la gente. O nos enfocamos en nuestra especialidad o segmentamos
sobre qué temas hacer hincapié para el estudio y difusión.
Y
no, no es censura, eso es mesura. No se
puede saber todo y mucho menos intentarlo. Y eso está bien.
Saber
filtrar a la información que llega, ayuda a una mejor actuación ante cualquier aspecto
de la vida.
Este
consejo da de qué hablar en reuniones de autoestima e inteligencia emocional.
Porque allí comprenden que la globalización es un gran beneficio, pero también
debe ser dosificada, ya que el mundo nos llega en instantes y si no estamos
preparados para asimilarlo, terminamos siendo nuestros principales afectantes.
Por
eso, en Periodistech, tanto en Blog como en Twitter, buscamos informar, educar,
entretener y opinar sin que las personas se vean agobiadas, ya que buscamos que
con todo aquello que da de qué hablar, las personas alimenten sus aptitudes y
actitudes, no que aumenten sus cuitas.
Si
un medio le dice solo lo que quiere saber y no lo que debe o no le da ambas
caras de la información y sólo argumenta (empuja) contra un bando, ¡Cuidado!,
ese medio o persona está buscando deformar aquello que da de qué hablar de
manera negativa y es usted el canal…y la víctima.