Gente que Pide Dinero en la Calle: Malamañosos vs Realmente Necesitados

He aquí un tema en el cual uno termina quedando de villano para un sector y es comprendido por quienes sí lo han vivido: Ayudar o no a la gente que pide dinero en la calle.

La vida no es TikTok ni YouTube donde quienes monetizan salen a la calle a compartir de sus ganancias para aumentar el material, brindando una ayuda pasajera pero tangible a la gente necesitada.

¡¿Qué más quisiera uno poder ayudar a quien te extiende la mano por una necesidad?!, porque la gran mayoría hemos pasado por un apremio en el que un familiar, vecino, compañero de trabajo y/o desconocido nos ha rescatado.

Pero en ello también ah ¿Corrupción?, pues sí, la de gente vividora, inescrupulosa, cara de tabla, cínica, estafadora, sin sentimientos, vive la pepa, vaga, procaz y todos los epítetos que conlleven a que se alejen del trabajo y de la productividad, para utilizar a la mentira y falsa lástima como modus vivendi.

Y me disculpan que les diga “gente”, sólo que las formas así me obligan. Van unos casos que me han tocado muy recientemente y por los cuales veo –y muchísimas personas muy centradas-, que se hace difícil dar una mano amiga porque de alguna forma, te están robando y burlándose de tu buena fe.

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Gente que pide dinero en la calle: Malamañosos

Casos que he vivido en Maracay, Estado Aragua:

Pierna rota, usando clavos quirúrgicos

Centro Comercial Galería Plaza, calle Miranda. Pide dinero para mantenerse, pero tiene un teléfono Motorola nuevo de paquete que se detiene a leer y se va en carro particular.

 

Gente que pide dinero en la calle: Las tres viejitas

A la sombra de una panadería detrás del famoso colegio “República de México”, 3 señoras se sientan en el mismo lugar en turnos de 4 horas cada una, a manera de no perder el punto y aprovechando a la gente que come en esa área.

 

El que finge un retardo mental

Además de fingir esa condición, mueve el cuerpo a manera de parálisis. Su área de acción es el oeste de la ciudad. De 8 a 12 y de 2 a 6 de lunes a viernes hace esa pantomima para pedir. Luego, es una persona sana. 

 

Gente que pide dinero en la calle: La señora que viene de Valencia

Pide con el cuento de que le ofrecieron un trabajo en Maracay y no se lo dieron y no tiene cómo devolverse a su ciudad. Ella vive en Maracay. Además, si le daban el empleo, ¿Iba a pedir adelanto para el pasaje de la quincena?, ¿Cuánto aspiraba ganar para tanto transbordo?

 

El bien arreglado

Se le acerca bien arreglado a la gente, panadería tras panadería y abasto tras abasto, pidiéndole a la gente también para pagar un pasaje. Si le dices que en tal o cual local están ofreciendo un empleo, se ofende porque él no está buscando trabajo, sólo dinero.

 

Gente que pide dinero en la calle: ¡Cómprame ahí!

Aquí hay una variación bastante grave, ya que no piden el favor, sino que se te acercan y te exigen, porque bien que les puedes comprar. Me ocurrió con una señora de esas que se me acercó diciéndome “¡Cómprame ahí 100 bolívares de molida, dale!”. Casi lo que argumenta un peleonero o asaltante de barrio.

 

Las mismas medicinas

Pedigüeños que tienen un récipe donde los remedios son: TACHIPIRIN, ATAMEL, PARACETAMOL, que, cuando ves su compuesto activo, notas que las tres son el mismo ACETAMINOFÉN.

 

Gente que pide dinero en la calle: Mi hija en el piso 8

Hay un par de hombres con la misma cantaleta: que dicen que su hija tiene una infección que “la está convirtiendo en pus” y que está recluida en el piso 8 del Hospital Central de Maracay. Ese cuento lo echa desde que comenzó el siglo XXI y, por más que uno los delate, persisten para ver a cuántos pueden engañar.

 

Piden comida, pero…

En mi casa he venido cigarrillos detallados desde 1997, cumpliendo normas éticas de ley al respecto. Pero recientemente llegó un muchacho no mayor de 30 años pidiendo comida. Por no tener nada bueno, no le pudimos dar algo. Al rato llegó cambiando un kilo de arroz que le regalaron, por 4 cigarrillos, cosa que también le negamos.

 

Gente que pide dinero en la calle: Cosas finas

Claramente que cada quien tiene sus gustos. Pero si estás pidiendo dinero por necesidad, como señal de respeto está en guardar las formas. Un señor muy viejito pide dinero y cada cierta cantidad, va a comprar una cajetilla de cigarrillos de las más caras en Venezuela. Y al caer la tarde, su par de cervezas reglamentarias. ¿Eso no les hace cruce de cables?, porque a mí sí.

 

Los expresidiarios

Ya estos son harto conocidos: Esos que dicen salir de la cárcel o conjugan un diálogo con gestos hamponiles para intimidar en el transporte públicos. Sea o no verdad, la sola coacción debería ser motivo de cárcel, pero no los agarran porque a según no han cometido delito alguno (agarrarlos in fraganti como indica la ley).

 

Gente que pide dinero en la calle: Quienes exigen un monto

Las personas sordas (o con discapacidad auditiva), que salen a pedir pero desde un cierto monto que bien te resaltan, ya que por debajo de ellos es ofensivo para sus necesidades (¿?).

 

Gente que pide dinero en la calle: Verdaderamente necesitados

Está una señora y un señor en silla de ruedas que se colocan ante el Santuario de la Madre María de San José y, sin que pensemos cómo llegan allí, con mucho respeto y candidez piden dinero, te echan la bendición y se sienten vivos lejos de estar encerrados lejos de casa. Ambas personas trabajaron y como bien sabemos, quienes son activos en su juventud, si bajan el ritmo estrepitosamente en su senectud, se sienten mal y decaen,

 

Los que invierten

Hay quienes compran bolígrafos o chocolates de los económicos y piden que se los compren, porque les es mejor así que pedir dinero. Esa gente no ha perdido la perspectiva en medio de tanta adversidad.

 

Gente que pide dinero en la calle: Músicos

Quienes cantan en los buses tienen el reto de no importunar a los pasajeros (aunque algunos con pista y cornetas lo logran), pero hacen del talento un modo decente de vivir. Famoso y legendario en Maracay fue el rapero que escribió su propia canción dedicada al Hombre Araña y deleitó por años a muchos. Actualmente tiene una bodega y toca en una banda. También está el mago de los 5 trucos y los señores con su vallenato portátil o los tamboreros a San Benito.

 

Que quede claro

Sentirnos mal o que nos etiqueten porque no ayudamos a todos, es incorrecto y destructivo. Cada quien conoce sus limitaciones y hasta pedimos que la gente se los gane.

Los que engañan, abundan. Pero también (y nos duele), abundan los necesitados que piden ayuda económica que lo hacen de buena fe para salir del atolladero.

A esa gente nos costará identificarla, pero una vez sabido, claramente que debemos rectificar, porque por algunos no pueden pagar todos y nosotros tenemos una conciencia cívica y religiosa que nos pasa factura. Si no fuese así, seríamos políticos.

Ayudar a quien hace una rifa, Bingo, vendimia, sopa, es una manera de ayudar al necesitado. Colaborar con un café a quienes venden café, les ayudará a producir un poco más y balancear su debe y haber.

Mientras no se haga nada ilegal o que vaya en contravención a los sentimientos y acciones de las personas, la manera de pedir es válida cuando de verdad se requiere.

Incluso hasta elegir la opción de la profesión más vieja del mundo (luego de vendedor), es comprensible y mejor que salir a pedir dinero. Justa y lógica, no, pero se comprende y debe ser en un tiempo clave (al menos esperemos que comprendan que eso se de transformar en algo bueno y un olvido).

Denunciar a quien hace daño, es necesario, como esos que andan con niños dormidos pidiendo dinero a nombre de ellos, en ocasiones estafando y en otras, dejando a un lado los derechos inalienables de ese infante.

También a los que ponen a los niños a pedir, a esos hay que apresarlos. Claramente hay que analizar si el infante no salió por voluntad propia a dar la cara por los suyos, que aunque es triste, es loable y forja el carácter.

No somos youtubers ni influencers que van en busca de quien ayudar para ayudarse a sí mismos. Pero tampoco somos ajenos de que se necesita en realidad.

Tampoco se debería pedir a manera de capricho. Estar a cada rato pidiéndole a la gente para recargar el teléfono, un refresco, comprar esto o aquello, también puede convertirse en un mal hábito que te haga perder amistades, especialmente cuando no retribuyes con un valor mayor que el dinero: Tu esencia de persona.

Tengamos presente que el que exista gente que pide dinero en la calle es una circunstancia de toda sociedad desde el inicio de la humanidad y que somos parte del balance que busca paliar su precariedad y recuperar su confianza en el valor de la vida.

Lo que no debemos permitir es que haya chantaje, abuso, mentira, teatro vil, manipulación emocional entre otras maldades para que te pidan incluso la cantidad más ínfima.

Porque no le piden solo a uno y, en un día, pueden levantar lo que tú quizá no logres con tu quincena. Y por exponer eso, es que pasamos a ser los malos en una historia que los progreso o resignados, interpretan mal.

Lcdo. Argenis Serrano - @Periodistech 

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