Tuve la oportunidad de ver en la página web de streaming cuevana3.io algunas de las películas que más me gustan y otras que realmente desconocía y me hicieron el rato, de manera legal y gratuita y comencé a observar un patrón que está afectando a millones de usuarios en el mundo. Les explico…
¿Han notado que en los últimos dos años, ante los
sucesos mundiales, las salas de cine han sido desplazadas –obviamente por los
cánones de salud a cumplir-, pero también ha sido desplazada la sala de cine
que es la sala de nuestra casa?
Sí, porque ahora las operadoras de televisión por suscripción, quienes
eran nuestra vía de escape a las muy controladas televisoras de señal abierta o pública, todas sin excepción se han
enfrascado en una perenne y ya muy molesta repetición de películas.
Y es lógico que se repitan, ¿Pero las mismas en
varios canales en simultáneo, varias
veces por semana, incluso entre canales que no son afiliados?
Algo extraño está pasando allí…
Muchísimos suscriptores
de televisión por cable se comunican o dirigen con las empresas contratadas
y algunos preguntan inocentemente, pero otros, lanzan sendas quejas sobre ello.
Las cable operadoras no controlan la
parrilla de cada canal, sino el servidor de cada televisora.
¿Qué
es lo que sucede, que percibimos que Cuevana sí lo
resuelve?
Los canales
internacionales están tratando de equiparar sus inversiones para mantener
los proyectos de películas a través de sus plataformas
de streaming y entonces, van quitando de la programación en sus canales de
cable para nutrir el contenido pago, además de que los nuevos y bien nutridos
estrenos, también se quedan allí.
Por eso vemos que en los canales de Warner, hacen tanto
esfuerzo para promover a HBOMax; en los
canales Turner a Paramount Pictures
y obviamente que Disney y Starlife a Disney+.
Eso lo hacen, quitándonos mucho de lo que queremos y
merecemos ver. Incluso los canales privados nacionales se van a las parrillas
de los Android TV y similares para
subsistir.
En esa parcialización de material audiovisual quedamos afectados porque hay que pagar. Pero ya pagamos
Internet, ¿Por qué no tener una alternativa que no nos acreciente este abuso?
La alternativa es Cuevana,
que ha sabido subsistir a pesar de los vilipendios; esta web nos trae enlaces
de terceros que comparten en un listado nutrido y bien variopinta de películas
que compensa con creces tantas buenas obras en la TV Cable y demás.
Cuevana es –y no sólo por mi opinión, sino de miles de
cibernautas que la alaban en todas las redes
sociales- la manera de volver a tener el cine en casa, sin mayores gastos y con muchísimo que ver. Un sistema
legal, justo y muy necesario.
Sin virus, sin publicidades invasivas, sin delay y abiertos a
sugerencias de nuevos títulos.
Esas son algunas de las virtudes de Cuevana, que no se notan
en ninguna otra página web de streaming.
Revisen las opciones que se abren y luego, me dicen su opinión en la sección de comentarios.