Las
cinco preguntas de Quintiliano son
una técnica retórica desarrollada por el célebre orador latino Quintiliano,
quien las describió en su obra "Institutio
Oratoria" como una guía para formular preguntas efectivas a fin de
desarrollar la argumentación y persuasión en la retórica.
En
el periodismo se le conoce como las 5W y la H, porque son escritas en inglés;
los principios son muy similares, además de que se agrega el dónde; claro está,
que para ajustarlo a los géneros periodísticos, debe cambiarse en parte, ya que
a diferencia de los discursos redactados con las cinco preguntas de Quintiliano
-que van focalizados o a públicos determinados-, las informaciones son aún más pluralistas
y explayadas.
Las cinco preguntas de Quintiliano son las siguientes
1. ¿Qué decir?: Esta pregunta se refiere a la selección y estructuración del contenido del discurso. Invita a considerar cuál es el tema central, los argumentos clave y la forma en que se presentarán.
2. ¿Por qué decirlo?: Aquí se busca determinar los motivos y la relevancia de cada argumento. Se trata de justificar por qué cada punto es importante y cómo contribuye a la persuasión del auditorio.
3. ¿Cómo decirlo?: Esta pregunta se centra en el estilo y la forma de expresión. Se refiere al uso adecuado del lenguaje, la estructura del discurso, la elocuencia, la retórica y la capacidad para captar la atención del público.
4. ¿A quién decirlo?: En esta etapa, se considera el auditorio al que va dirigido el discurso. Se busca adaptar el mensaje, el tono y la estrategia argumentativa según las características y necesidades específicas del público objetivo.
5. ¿Con qué fin decirlo?: Esta pregunta busca determinar cuál es el propósito último del discurso. Se enfoca en los objetivos de persuasión, educación, entretenimiento o cualquier otro fin que se persiga con la comunicación.
Para aplicar correctamente las cinco preguntas de Quintiliano, es importante seguir una metodología que incluya los siguientes pasos
1. Identificación del tema y objetivo: Definir claramente cuál es el tema central del discurso y cuál es el objetivo que se pretende alcanzar con la comunicación.
2. Análisis del público: Estudiar las características, intereses y necesidades del público al que va dirigido el mensaje para adaptar el contenido, el tono y la estrategia comunicativa.
3. Selección de argumentos y estructuración: Seleccionar los argumentos más relevantes y estructurar el discurso de manera lógica y persuasiva, considerando la coherencia interna y la conexión entre los diferentes puntos.
4. Justificación de los argumentos: Argumentar y justificar cada punto, explicando por qué es relevante y cómo contribuye a la persuasión y al logro de los objetivos comunicativos.
5. Desarrollo del estilo y la presentación: Trabajar en el estilo de expresión, la elocuencia, la retórica y la presentación del discurso, teniendo en cuenta la forma de captar la atención y el interés del público.
6. Evaluación continua: Durante todo el proceso, es importante evaluar y ajustar el discurso en función de la retroalimentación, comprobando si se están cumpliendo los objetivos y si se está logrando la persuasión deseada.
Al aplicar las cinco preguntas de Quintiliano de manera sistemática y completa, se puede desarrollar un discurso efectivo, argumentativo y persuasivo que logre conectar con el público, transmitir el mensaje de forma clara y coherente, y alcanzar los objetivos comunicativos planteados.
