Por
alguna razón muy mezquina, hay quienes confunden el significado de la libertad con el libertinaje y sólo se dan cuenta de su error cuando tienen que
asumir consecuencias. Lo bueno es que rectifiquen, como hiciera Pavel Durov
–fundador de Telegram-, que a pesar de lanzar duras críticas al gobierno
francés luego de su detención, dio su brazo a torcer al comprender los límites
de lo que hemos expuesto en la primera línea.
Y
es que existen ilegalidades u osadías que realmente merecen ser sancionadas, al
no pertenecer ni a una industria, pagar impuestos o llamar a la anarquía y el
daño físico y psicológico de las masas que directamente consumen los contenidos
en Telegram o el común denominador que se encuentre ajeno al mismo.
Hay
que diferenciar ilegalidad (libertinaje) con legalidad (libertad), aunque a
algunos conservadores pueda molestarles:
Libertinaje en Telegram
Es
que la gente en base a lo que ya usan como excusa y no como bandera: “la libertad de expresión”, manifiestan
cualquier atrocidad a favor de una ideología, política, religión, economía,
raza y que conlleva a la anarquía, saqueos, robos, amenazas, heridas o muertes,
como bien se ha manifestado en esa u otras redes sociales.
De
hecho, muchas lo censuran automáticamente o aceptan reportes, pero Telegram era
más laxo. Eso es lo que se debe evitar.
Libertad en Telegram
Poder
distribuir material sin fines de lucro; libertad de asociarse, monetizar
legalmente, difundir videos, audios, textos concertados, como hacen canales como TelegramXXX quienes
mueven un material consensuado y dirigido a un público en específico que sabe
lo que le gusta y allí lo obtiene o puede experimentar con alguno nuevo en base
a su edad, conciencia y posibilidades.
Ese tipo de material que no daña a nadie,
manifiesta real libertad de expresión, siempre y cuando se respeten las
libertades de los demás, lo que amerita la discreción y mesura por parte de los
usuarios. Eso, aunque no lo puedan aceptar los puritanos, es libertad, porque
hay un producto, quien lo comercializa y da oportunidades de llegar a las masas
y quienes lo consumen. De esa manera se mueve el mundo.
Sobre Telegram
Muchos
quisieron maximizar el impacto de las nuevas normas de esta plataforma luego
que Pavel Durov asegurase que trabajaría con el gobierno francés para brindar
los detalles de aquellas solicitudes explicitas que le hicieran las
autoridades, sin llegar a los juzgados, cuando se tienen sospechas o claridad
de lo que se promueve en tal o cual canal o comunidad, podría dañar a terceros
en sus derechos (derecho a la vida, derecho a la propiedad y derecho a la
libertad) o que afectare a las necesidades de un conglomerado.
Recordemos
que la anarquía también impera en las redes sociales y el brindarles menos
censura en lo que se ice o el cómo se dice como procura Telegram, no implica
que deban ser sitios de encuentro para la planificación y llamados al mal. El
solo hecho de que alguien de bien pueda verse afectado, ya es un hecho a
considerar para que sea incriminado por su mal uso de la libertad de expresión.
Los reportes prejuiciosos
La
insana competencia es también un problema en Telegram. Por afectar a unos a
favor de sí, se crean grupos que reportan falsariamente a los competidores y en
ocasiones el sistema automatizado da de baja a los canales injustamente
reportados. Algunos pasan las apelaciones, otros no, gracias a estrategias de
black seo bastante bien fraguadas.
Aquí
sólo queda apelar y confiar, pero saber actuar y levantarse, recordar que la estrategia
que tuviste una vez en Telegram fue exitosa y va a volver a funcionar.
Y
que portales como telegramxxx.info
son un claro ejemplo de cómo recuperarse, ya que es una página web que te
geolocaliza o indica un catálogo amplio en el mundo del erotismo, pasión o XXX
netamente legal para que tengas material consensuado por quienes allí se
muestran para que lo disfrutes discreta y completamente.
Este tipo de canales no se mantiene al margen
de la ley y son muestra de lo que Pavel Durov, dueño de Telegram, ideó para
dicha plataforma. Esto es lo que muestra con crudeza la enorme diferencia entre
la libertad, que implica que seamos respetados y debamos respetar derechos y
necesidades, con el libertinaje, que sólo busca afectar de manera soez, taimada
y violenta, aquello que con esfuerzo mostramos, opinamos sesudamente y sentimos
en redes sociales y en la vida diaria personal.