La intervención de Estados Unidos en Panamá a finales de los años 80 es un episodio destacado en la historia de las relaciones entre ambos países. En diciembre de 1989, el gobierno estadounidense llevó a cabo la operación "Just Cause", con el objetivo de realizar la captura deal dictador panameño Manuel Noriega. Este conflicto tuvo profundas implicaciones políticas y sociales tanto en Panamá como en la región, así como en la política exterior de Estados Unidos.
Contexto histórico
Desde la construcción del
Canal de Panamá a principios del siglo XX, Estados Unidos mantuvo un fuerte
interés en la región. El canal -vital para el comercio mundial-, era
administrado por Estados Unidos desde su apertura en 1914 hasta 1999. Durante
la Guerra Fría, la influencia estadounidense en Panamá creció y muchos líderes
panameños, incluido Noriega, fueron inicialmente apoyados por el gobierno
estadounidense por su papel en la lucha contra el comunismo.
Manuel Noriega llegó al
poder de manera gradual. A través de su relación con la Agencia Central de
Inteligencia (CIA), fue utilizado como un informante en la lucha contra el
comunismo. Sin embargo, su creciente autoritarismo y la implicación en
actividades de narcotráfico comenzaron a generar tensión con Estados Unidos y
otras naciones.
La crisis panameña
En la década de 1980,
Noriega se había convertido en un dictador que desató represión en Panamá. A
pesar de su asociación con Estados Unidos, su gobierno se volvió cada vez más
impopular y corrupto. En 1988, fue acusado en Estados Unidos por narcotráfico y
lavado de dinero, dos de los tres delitos que USA no perdona ni a sus
connacionales (el otro es la evasión de impuestos). La situación se agravó con
la creciente resistencia de la oposición panameña y las violaciones de derechos
humanos por parte del régimen de Noriega.
En mayo de 1989, Noriega
manipuló las elecciones generales en Panamá para permanecer en el poder, lo que
llevó a un aumento de las tensiones en el país y con Estados Unidos. La
comunidad internacional y los panameños comenzaron a exigir la salida de Noriega.
Invasión de 1989
La situación llegó a un
punto crítico en diciembre de 1989. El 15 de diciembre, el gobierno
estadounidense declaró que Noriega había declarado la guerra a Estados Unidos
debido a incidentes en los que tropas panameñas atacaron a soldados
estadounidenses. En respuesta, el presidente George H.W. Bush aprobó la
operación "Just Cause" (Causa Justa), que comenzó el 20 de diciembre
de 1989.
La invasión involucró el
despliegue de unos 27.000 soldados estadounidenses y aéreos para tomar el
control de Panamá. Las fuerzas estadounidenses enfrentaron una resistencia
significativa, pero lograron ocupar rápidamente áreas estratégicas, incluidas
la zona del Canal y la capital, Ciudad de Panamá. Esta operación fue
justificada bajo la premisa de proteger a los ciudadanos estadounidenses,
restaurar la democracia y la captura de Noriega,
quien días antes se mostraba como invencible y altanero.
La captura de Noriega
Después de días de
combate y la huida de Noriega, finalmente fue capturado el 3 de enero de 1990.
Se refugió en la Nunciatura Apostólica de Panamá (que no quería recibirlo, pero
que fungió de morada sin intervención ante las partes por solicitud del Papa
Juan Pablo II), buscando protección.
La situación se prolongó
durante varios días, hasta que las fuerzas estadounidenses lograron que Noriega
cediera ante el asedio y se entregó a las autoridades.
Tras su captura, Noriega
fue llevado a Estados Unidos, donde enfrentó cargos por narcotráfico, crimen
organizado y lavado de dinero. En 1992, fue condenado y sentenciado a 40 años
en prisión, aunque su sentencia se redujo posteriormente.
Consecuencias de la
captura de Noriega
La intervención militar
de Estados Unidos en Panamá tuvo consecuencias en varios temas:
Inestabilidad política:
Si bien la invasión logró derrocar a Noriega, la situación política en Panamá
continuó siendo inestable. Se estableció un gobierno interino y eventualmente,
se llevaron a cabo nuevas elecciones.
Relaciones bilaterales:
Las relaciones entre Panamá y Estados Unidos fueron tensas tras la invasión.
Sin embargo, a largo plazo, se normalizaron y se establecieron acuerdos de
cooperación que se mantienen vigentes y más aún que Donald Trump les hizo
deslindarse del gobierno de China y unirse más hacia la América toda.
Perspectiva internacional:
La injerencia militar estadounidense fue criticada por muchos en la comunidad
internacional, quienes consideraban que era una violación de la soberanía
panameña; casi todos gobiernos de izquierda o que vieron afectados sus negocios
turbios con el dictador.
Legado de Noriega: La figura de Noriega dejó una marca en la historia de Panamá, y su dictadura se recuerda como un periodo oscuro e irrepetible.
Lcdo. Argenis Serrano