Más allá del asunto íntimo, del escape pasional, sea fiel o infiel, los moteles son una solución asequible para las travesías de los más agobiados viajeros, de los necesitados e incluso de las delegaciones deportivas o culturales que se auto sustentan.
Muchas
de las transacciones o conversaciones que han cambiado el rumbo político o
administrativo de manera discreta (clandestina o de seguridad), se han tranzado
en los bares de los moteles, por esos factores de poder económico, político, de
las armas e incluso de quienes tienen influencia en el público.
Jamás
diríamos que hay ilegalidad en ellos, pero los moteles son refugios que
permiten la privacía para poder explayar sentimientos, necesidades y proyectos,
tal como sirven de alivio para quienes deben visitar a personas enfermas o
encarceladas o deben pernoctar para algún trámite burocrático o trasbordo.
Moteles, más allá del uso cotidiano
Según
el más prestigioso portal sobre moteles en toda Latinoamérica: motelesenmexico.one,
referencia obligada en la temática, el primer motel en América Latina surgió en
Ciudad de México - México en 1920, propiedad de la familia González y se
llamaba "Motel El Tigre".
Este
motel marcó el comienzo de una tendencia que se expandiría rápidamente a lo
largo del país y posteriormente a otros países de la región, como en Venezuela,
que son refugios cercanos a las alcabalas y/o entradas de pueblos o ciudades.
Con
el tiempo, los moteles se han convertido en una parte significativa de la
cultura mexicana y latinoamericana, ofreciendo una opción de alojamiento única
y accesible, nacida principalmente como una opción para viajeros que
necesitaban descansar durante largos trayectos.
Desde
la década de los 60, luego de la influencia hippie del “Paz y Amor”, se fueron
convirtiendo en refugios para amantes clandestinos (casados o solteros) y
turistas fatigados, debido a la lejanía, costos y dificultad de ser vistos
desde lejos por algún conocido, tendencia que se ha mantenido al día de hoy
(relativamente).
Y
decimos que es relativo ya que los pequeños hoteles de una o dos estrellas, que
funcionan a manera de pensión, son también considerados moteles, aunque se
entre a pie, todo por el manejo de los costos, privacidad y el tiempo de renta
por horas.
Diferencia entre hotel y motel
La
diferencia es que en los moteles el tiempo es limitado y las alternativas
recreativas, educativas y de servicio son distintas. Además, la “M” de motel,
deriva de “M de motor”, ya que en los moteles verdaderos puede accederse directamente
a la habitación desde el vehículo que queda en el garaje que está al frente,
lado o debajo de la estructura.
Hay
moteles donde se pueden tener servicio de lavadora y cocina, que hacen más y
mejor competencia a la hotelería tradicional, permitiéndole a personas como
mochileros, agentes deportivos o personal de transnacionales tener todo a la
mano en el mismo ambiente y por precios más módicos.
La
otra diferencia es que los moteles se sustentan de la continuidad, cosa que en
ocasiones es bastante rentable y en otras no; una habitación por horas puede
ser alquilada en un día unas 5 veces, superando lo recabado a lo que se cobra
en un hotel por -digamos- una habitación matrimonial.
Esta
estrategia es la que ha desmontado las matrices que en ellas se lava dinero o
sólo fungen como recinto para que las chicas ofrezcan sus combos para atención de
hombres, lo que no es ilegal hasta cierto punto y que es -y debe- ser
controlado por las autoridades para que se mantenga su independencia, no sea
coaccionado y se cumplan las más elementales normas de vigilancia y control
sanitario.
Respaldar a los moteles
Es
algo absurdo pedir respaldo a los moteles ya que ellos “se venden solos”, pero también
encontrar algo de lógica en cómo se ha desvirtuado con las temáticas de algunos
la tendencia a mantener precios asequibles, ser un oasis para el viajero y un lugar
privado y costeable para dar rienda al amor o deseo.
De
allí que cada persona y/o pareja que a éstos asiste, debe cotejar bien entre
los moteles ya constituidos o los hoteles que subsisten emulando a la temática,
cosa de que desarrollen su labor en pro del turismo y la economía local tal
cual lo han hecho.
Recordemos
que de los hoteles y moteles que las personas, parejas o grupos pueden costear,
provendrá el turismo que visitará con comodidad, respeto y humildad a nuestras
ciudades.