Una
vez concluido el acto operatorio, el paciente pasa a su unidad de cuidados
intensivos o a recuperación, según sea el caso, sin olvidarnos de que
probablemente pueda existir una complicación de importancia, debiendo ser
revisado constantemente por el personal del área. Sin embargo se presentan
complicaciones como:
1) Enfisema subcutáneo: Es espectacular por lo deformante sobre la anatomía
del sujeto, siendo los familiares los primeros en reclamar y alarmarse.
Complicación que es rara, pero benigna si se puede llamar así, puesto que rara
vez llega a ser mortal.
Existen
diversos factores a que se le atribuyen, como por ejemplo: Incisión muy larga
de la tráquea, caída del colgajo superior, cánula obstruida total o
parcialmente, sutura de la herida muy ajustada alrededor de la cánula; accesos
de tos o simplemente una colocación de los apósitos muy compresiva que provoca
un efecto valvular y difusión del aire espirado por el subcutáneo. En la
mayoría de casos se soluciona revisando periódicamente el traqueostomo que se
encuentra en buena función.
2) Hemorragia: Al igual que en el transoperatorio se produce por una
lesión inadvertida por el cirujano de un vaso sanguíneo o por el contacto de la
cánula sobre ello, produciendo erosión del mismo.
3) El Neumotórax y el neumomediastino se produce por el uso y abuso de los respiradores mal
calibrados o se encuentran muy elevado la presión positiva.
4) Infección: Se considera que es una complicación grave y severa, a
pesar de que las medidas de asepsia observadas al realizar la operación, una
traqueotomía está contaminada a las pocas horas. Las manos del enfermo o del
personal encargado de su cuidado, la saliva, las sondas de aspiración, las
condiciones generales del medio, los aparatos para ventilación asistida, entre
otras causas, contribuyen fácilmente a la contaminación.
5) Cuando la herida se infecta, la misma actúa como abierta, con drenaje adecuado. La
contingencia grave es la infección traqueal, pulmonar o del mediastino, o un
punto de partida del traqueostomo. Una lesión muy común de ver, es originada en
la condritis del anillo traqueal, que es la aparición del granuloma.
6) Esfacelación o Necrosis: Generalmente se produce por la colocación inadecuada
del calibre de la cánula o que posee una mala curvatura, la lesión que produce
la punta del traqueótomo o a su vez el balón inflable a gran presión puede dar
como resultado una lesión de la mucosa, llegando incluso a la necrosis de la
pared de la tráquea.
7) Si se dejan los puntos de sutura de
la piel muy ajustados, pueden necrosar el
borde traqueal, al igual que un pedículo muy angosto cuando en la traqueotomía
se tallo un colgajo inferior.
8) Una de las complicaciones
postoperatorias de más difícil manejo la constituyen las secreciones
bronquiales que llegan a ser espesas
y costrosas. Causadas básicamente por que al entrar aire sin humidificar, ni
calentar y sin tener un filtro de impurezas, provocan un espesamiento de las
secreciones, favoreciendo la constitución de un tapón mucoso y si a eso se
adiciona el cambio sufrido por los cilios bronquiales alterados, puede llegar a
la consolidación de este y producir una obstrucción de la luz de la cánula.
9) Lesión de las cuerdas vocales: Se debe a la que recibe el paciente en forma directa
sobre ellas o aquellas indirectas como la lesión de los laríngeos recurrente en
forma inadvertidas, durante una cirugía de emergencia, pero probablemente la
más común es por estenosis cicatrizal, requiriendo cirugía correctiva
inmediata.
10) Afonía: Esta es realmente una consecuencia del uso prolongado
de la traqueotomía, se basa fundamentalmente por la imposibilidad de fonación y
unas cuerdas vocales perezosas, por falta de uso. Esto se soluciona utilizando traqueóstomos
especiales de doble luz, que permita el paso de aire a la parte superior y
permita la fonación controlada por el paciente, factor que debe ser muy tomado
en cuenta si el paciente no puede comunicarse por escrito.
11) Estenosis: La causa fundamental la produce el uso inadecuado del
manguito inflable del tubo o del traqueótomo. Pero también existen otros
factores que inciden, como lo son: El tipo de incisión en la tráquea,
incisiones iterativas, resección de la tráquea, trauma, infecciones, granulomas
o procesos orgánicos que la comprimen externamente.
12) Fístulas Traqueoarteriales: Esta es una complicación fatal, pero que felizmente
según Jarvis solo ocurre en el 0,4 % de las traqueotomías. Se origina por el
contacto y erosión de un vaso arterial, causales muy definidas anteriormente.
13) Fístulas traqueoesofágicas: Su incidencia es muy baja, pero en la publicación de
Le Brigand y Roy, la encontraron en el 0,01 %. Pero otros autores manifiestan
que dichas cifras deben de ser mayores, puesto que este tipo de lesión son muy
difíciles de diagnosticarlas. Podrían originarse por la presión ejercida del
balón inflado sobre una sonda nasogástrica gruesa o acodada en el esófago que
pase inadvertida, el cual erosiona al esófago y tráquea, provocando necrosis de
ambas paredes y comunicarse, además favorecida por la presión positiva de un
respirador. Mulder demuestra que existe una relación directa entre el tiempo
que dura la incubación, por ejemplo una incidencia del 18 % si se mantiene por
siete días y luego aumenta al 65 % si permanece por treinta días o más. Su
resolución es quirúrgica, una vez identificada la lesión, que es de difícil
diagnóstico y localización.
14) Alteraciones Cosméticas: Por supuesto que las incisiones tienen mucho que ver
con esto, por ejemplo las del tipo horizontal, producen mejor estética que las
verticales, pueden retraerse y deformar al cuello. Las cicatrices defectuosas
están relacionadas con el tiempo de incubación y con las complicaciones que
sufrió la traqueotomía.
15) El queloide, umbilicalización de
la piel y su fijeza a la tráquea,
son alteraciones cosméticas sin mayores repercusiones funcionales, pudiendo
solucionarse en forma sencilla, mediante una cirugía con anestesia local.