El buen amor en la
pareja se puede reconocer porque conduce hacia el despertar, la nutrición, el
crecimiento y la evolución de ambos y el mal amor en la pareja, aunque es amor,
no es capaz de sintonizarse con la vida porque en ocasiones dentro de la pareja
uno de los dos aún se mantiene atado a su madre, implicados con sucesos de la
familia de origen que no quedaron resueltos o con situaciones con sus parejas
anteriores que no resolvieron bien y los mantiene conectados a ellos aún.
“El buen amor se
reconoce porque en él somos exactamente como somos, y dejamos que el otro sea
exactamente como es, porque se orienta al presente y hacia lo que está por
venir, en lugar de atarnos al pasado, y sobre todo porque produce bienestar y
realización”.
Joan Garriga en su libro “El Buen amor en
la pareja”, fruto de sus muchos años de experiencia en terapia individual, de
pareja, talleres, grupos y Constelaciones Familiares, nos ayudará a aquellos
que estamos dispuestos a transitar del viejo amor al buen amor a través de
estas doce condiciones para el bienestar en la pareja
1. Sin ti no podría
vivir/Sin ti también me iría bien: Somos dos adultos que nos sostenemos
sobre nuestros propios pies, no dos niños buscando a sus padres. Sin ti también
me iría bien, pero me alegra el corazón que sea contigo y que estemos juntos.
2. Te quiero por ti
mismo/Te quiero por ti mismo: bueno a pesar de ti mismo: Es un
regalo enorme amar las sombras del otro, su ego, sus dificultades y ser
compasivos con ello, porque eso significa que somos capaces de reconocer al
otro miembro de la relación en su realidad más sombreada. La pareja es un campo
de crecimiento en el que se van limando las asperezas del ego gracias a que el
amor compartido es capaz de soportarlas.
3. Hazme
feliz/Siento el deseo espontáneo de que seas feliz: La pareja no
está pensada para darnos la felicidad, aunque si sabemos conjugar todas sus
dimensiones experimentamos algo que se acerca a la dicha. Sentimos que
pertenecemos a algo, que hemos creado una intimidad, un vínculo, y que construimos
caminos de vida.
4. Quiero una
pareja/Mejor me preparo para ser pareja: El exceso de «yo» y de
individualidad por encima del sentido del «nosotros» convierte la pareja en un
campo increíble de libertad y al mismo tiempo nos expone a más y más soledad e
incertidumbre. Las dos cosas al mismo tiempo. Si quieres tener pareja, trabaja
en tu interior para encontrar tu propio tono y manera para ser compañero o
compañera, y lo demás se te dará por añadidura.
5. Te lo doy
todo/Mejor dame lo que me mantiene en el mismo rango que tú: La pareja es una
relación de igualdad en la que hay que procurar que haya un intercambio de
equilibro y justicia para preservar la paridad de rango. Dar mucho puede
generar en el otro un sentimiento de deuda y empequeñecerlo. Mejor dar lo que
el otro puede devolver de alguna manera, puesto que con el intercambio fértil
crece la felicidad.
6. Dámelo todo/Dame
lo que tienes y eres y yo puedo compensar para mantener en mí dignidad: Cuando
alguien en una relación lo pide todo del otro, debemos sospechar dos cosas: la
primera, que esa persona es un niño y, la segunda, que esa persona sin duda no
va a tomar y apreciar lo que se le da, porque está anclada en un guion de
insatisfacción que se nutre de demanda, la cual, aunque sea atendida, no satisface.
Mejor el intercambio positivo y gratificante al negativo e hiriente.
7. Ojalá sea
intenso y emocional/Ojalá sea fácil: Algunas relaciones
discurren con fluidez y facilidad, no chirrían. Son el resultado del
encuentro de dos naturalezas que armonizan sin grandes desencajes. Otras veces,
todo es difícil, a pesar del amor. Cuando una relación es intensa y emocional,
a menudo llega a ser desvitalizante. De hecho, las grandes turbulencias
emocionales y los juegos psicológicos desgastantes y fatales tienen que ver con
reminiscencias de heridas infantiles y viejos anhelos no colmados.
8. Lucho por el
poder/Cooperamos: Demasiados siglos de lucha y sufrimiento
entre hombres y mujeres nos convocan a una reconciliación: Es maravilloso
cuando en la pareja ambos sienten adentro, de verdad, de corazón, que no hay
mejor ni peor y que caminan juntos. No uno por arriba y otro por abajo, no uno
por delante y otro por detrás. Cooperan. Son compañeros, amigos, hermanos,
amantes y socios. Uno y uno son más que dos. En lo más profundo las mujeres se
suelen sentir mejores que los hombres —según mis estadísticas—, pero las más
inteligentes se encargan de que sus parejas no lo noten.
9. Yo pienso, tú
sientes y ante lo difícil sálvese quien pueda/Reímos y lloramos juntos y juntos
nos abrimos a la alegría y el dolor: Las parejas
enfrentan en su proceso vital asuntos que en algún momento duelen: hijos que no
vienen, abortos, muertes o enfermedades de seres queridos, vaivenes económicos
y existenciales…. Son asuntos que ponen a prueba la capacidad de aguante de la
pareja y que o bien la fortalecen o bien la derrumban y ponen en ella
resentimientos y millas de distancia.
10. Que sea para siempre/Que dure lo que dure: Entrar
en el amor de pareja significa también hacerse candidato al dolor de un posible
final. Hoy en día se habla de monogamia secuencial, esto es, de que,
estadísticamente, cabe esperar que tengamos entre tres y cuatro parejas a lo
largo de nuestra vida, con el consiguiente estrés y tránsitos emocionales
complejos que ello conlleva. Cuando no hay un contrato institucional de por
medio, tenemos una oportunidad de crear a la pareja cada día, a nuestra manera,
y de vivir lo que nos permite. Si llega el final, aprendemos el lenguaje del
dolor, la ligereza y el desapego, para luego volver de nuevo al carril del amor
y de la vida.
11. Primero los
padres o los hijos y luego tú/ Primero nosotros, antes que nuestras familias de
origen y que nuestros hijos en común: Conviene saber que el amor se
desarrolla mejor en universos de relación ordenados: que los padres sean padres
y que los hijos sean hijos, que la pareja que se ha creado (que puede incluir a
hijos de anteriores relaciones) tenga prioridad frente a parejas anteriores o
frente a las familias de origen. Que el pasado sea honrado y labre un buen
presente y un buen futuro. Algunas personas dan más importancia a los hijos en
común que a los anteriores, lo cual acaba creando malestar en todos. Al mismo
tiempo, una pareja posterior debe saber que tiene más posibilidades de ocupar
un buen lugar si asume que los hijos de su pareja estaban antes y respeta su
prioridad.
12. Te conozco/Cada
día te veo y te reconozco de nuevo: Algunas parejas no se relacionan con
la persona que tienen al lado, sino con las imágenes interiores que se han ido
formando de esa persona a lo largo del tiempo. Viven en el pasado y se olvidan
de actualizarse cada día. Para evitarlo, ayuda, y mucho, abrir la percepción a
cada instante nuevo y no dar a la otra persona por supuesta. El otro se ilumina
cuando le reconocemos y le descubrimos como nuevo, y de este modo también
nosotros nos volvemos nuevos y jóvenes.
El buen amor es el que se vive con los ojos
abiertos, con la capacidad de discernimiento y la voluntad de cambio.
Y tú, ¿en qué amor estás?
Heber
Londoño/ Lcdo. Filosofía-Coach personal-terapeuta sistémico-CEO Cea Coaching
Venezuela
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