La elección presidencial es el momento ideal para comenzar a deslastrarnos del desparpajo, mofa, cinismo, hipocresía, caradurismo, expresiones simplonas, adulación y caletre de ministros, gobernadores y alcaldes y comenzar a ver personas con identidad, libre albedrío, que sepan de sus funciones y que quieran aprender y puedan ser líderes de verdad en sus funciones.
Que hayan hecho méritos de verdad para obtener ese cargo, más allá de estar en en fuego político. Y si no están tan empapados, mejor, así se ocupan de sus labores y minimizan el circo de declaraciones que son sólo para figurar.
Ya basta de ministros que se declaran abiertamente socialistas, de izquierda, alabando y jamás reconociendo errores y rectificando de una forma que demuestre su equidad y conocimiento del cargo. Sólo repitiendo libretos ácidos y copiando actitudes que llaman "voz del pueblo", cuando deben respetar a cada persona nacida o criada en nuestra tierra, porque así debe estimularse la esencia del venezolano "amabilidad y entendimiento".
No se dan cuenta, no creen, se hacen los que no entienden y toman algunos testimonios (menos espontáneos que motivados por prebendas), que caen mal y dan terrible ejemplo a la niñez y juventud, que más que aprender a respetar al comunicarse, aprenden a ser agrios con propios y extraños "porque así lo aprendieron de los que mandan".
Yo no quiero ver más ello, mucho menos en los adultos y ancianos que se sienten guapos y apoyados por el actual régimen para hablar con patanería y exceso de confianza que llega a apestar. Eso, amigas y amigos, no es igualdad social, es cambio de roles de lo que se critica sobre ricos y pobres, lo que ocurre ahora es que son ricos en el predio de ser sofistas de superioridad y la pobreza en espíritu de conciliación.
Todo esto se puede cambiar, pero no con el actual sistema que recicla ministros porque son pocos los acólitos fieles o confiables. Esto cambia si cambia el Presidente y crea una línea de profesionales en áreas específicas, que sepan lo que hacen, sepan declarar y no sepan adular, que conozcan de autonomía y se den a respetar, pero porque se lo ganan.
Hay que tener nuevo gobierno en Venezuela e irlo renovando, así funciona la evolución en la política y se verán nuevas maneras en la población que seguirá los modos de quienes están más allá de ser gente de posición, sino que son personas íntegras.
Ya basta de ministros que se declaran abiertamente socialistas, de izquierda, alabando y jamás reconociendo errores y rectificando de una forma que demuestre su equidad y conocimiento del cargo. Sólo repitiendo libretos ácidos y copiando actitudes que llaman "voz del pueblo", cuando deben respetar a cada persona nacida o criada en nuestra tierra, porque así debe estimularse la esencia del venezolano "amabilidad y entendimiento".
No se dan cuenta, no creen, se hacen los que no entienden y toman algunos testimonios (menos espontáneos que motivados por prebendas), que caen mal y dan terrible ejemplo a la niñez y juventud, que más que aprender a respetar al comunicarse, aprenden a ser agrios con propios y extraños "porque así lo aprendieron de los que mandan".
Yo no quiero ver más ello, mucho menos en los adultos y ancianos que se sienten guapos y apoyados por el actual régimen para hablar con patanería y exceso de confianza que llega a apestar. Eso, amigas y amigos, no es igualdad social, es cambio de roles de lo que se critica sobre ricos y pobres, lo que ocurre ahora es que son ricos en el predio de ser sofistas de superioridad y la pobreza en espíritu de conciliación.
Todo esto se puede cambiar, pero no con el actual sistema que recicla ministros porque son pocos los acólitos fieles o confiables. Esto cambia si cambia el Presidente y crea una línea de profesionales en áreas específicas, que sepan lo que hacen, sepan declarar y no sepan adular, que conozcan de autonomía y se den a respetar, pero porque se lo ganan.
Hay que tener nuevo gobierno en Venezuela e irlo renovando, así funciona la evolución en la política y se verán nuevas maneras en la población que seguirá los modos de quienes están más allá de ser gente de posición, sino que son personas íntegras.