Llegó a mi correo humoristech@hotmail.com, sin decir el nombre de la autora. Si alguien la identifica, hágale saber que su escrito es el reflejo del sentir de millones de venezolanos, aunque muchos no lo diríamos con tanto eufemismo y elegancia. Yo soy hombre, pero también uso el desodorante de ella dama que refiere en este escrito.
Disculpe lo íntimo de la pregunta, pero es que la curiosidad me carcome. La
verdad es que no tengo nada en contra del desodorante citado, sólo que a mí no
me funciona. Y eso es un problema, ya que es el único que se consigue en los
anaqueles de farmacias, perfumerías y automercados, gracias a su política
económica.
Yo entiendo que usted es pueblo, al menos eso
dicen las vallas que forran el país: "Maduro es pueblo", y que en la
concepción socialista el "pueblo" es equivalente a una masa uniforme
que avanza hacia las reducciones de los placeres mundanos y alienantes. Muchas
veces su "padre" nos explicó por qué ser rico era malo y cómo nos
dejábamos devorar por la sed de bienes materiales capitalistas.
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Pero cónchale, Presidente, la verdad es que la
elección del desodorante es un acto "personalísimo". No
necesariamente obedece a la vanidad o al gusto, sino depende de variables tan
diferentes como el clima, el tipo de trabajo que se hace, el sexo y el ph de la
piel. Si en algo se demuestra que no todos somos iguales es en la sudoración.
El gusto personal tiene que ver, pero también la imperiosa necesidad de que los
demás no noten que tenemos violín. Es elemental, Presidente.
Fíjese que en mi casa mis hermanos son
adolescentes, etapa cumbre en el desarrollo del violín, andan en la onda de
cristalizar su primer amor y ser popular entre las chicas y chicos y prefieren
el desodorante en barra más que el de bolita, ya que este les resulta incómodo.
Un desodorante de barra es tan raro y valioso como un lingote de oro,
Presidente, de esos que reposan en las bóvedas del BCV.
Mi madre y yo somos más clásicas. Tenemos que
alternar nuestras actividades profesionales con las labores de ama de casa y
por eso preferimos el legendario Aquamarine crema, del cual apenas conservamos
el recuerdo. Hace poco se vio obligada a probar el último speed stick de mi
hermano (era el único desodorante que quedaba en la casa), y el resultado fue
catastrófico.
Si alguien consigue esta marca/tipo de desodorante, hágame llegar la información @Humoristech |
Y yo, que soy las más pasiva físicamente pero
la que más suda por mi metabolismo, prefiero usar el Lady Speed Stick en Gel.
Aunque la verdad es que cada cierto tiempo debía cambiar de marca, porque por
alguna razón (seguramente atribuible al pernicioso capitalismo) dejan de
hacerme efecto después de varios meses. Ese "lujo" hace ya meses que
no puedo dármelo y estoy condenado a usar el Mum Bolita.
¿A usted le pasa lo mismo, Presidente? ¿Y cómo
le va? ¿No se ha deslizado la Primera Combatiente a su lado del armario para
robarle un poquito de su Mum Bolita azul antes de salir a Palacio y le ha dicho
que extrañaba... no sé... el Lady Speed Stick? ¿Se acuerda? Aquel de la cuña
tipo Tomb Raider...
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Porque eso me lleva a otra parte del problema,
Nicolás (disculpe la confianza, pero ya que hablamos de desodorantes...) la
escasez de productos, la desaparición de las marcas, el achicamiento del
mercado no sólo nos afecta a quienes los consumimos, sino a quienes los
producen y a quienes les prestan servicios como la publicidad, distribución,
comercio, etc. ¡Tantos empleos perdidos! ¡Tanta distorsión de mercado!
Fíjate que el aceite de motor PDV, que no se
consigue en las bombas de gasolina, lo venden los buhoneros ¡EN EL TERMINAL DE
PASAJEROS!... y ese es sólo un ejemplo. Después le sigo contando, Presidente.
¡Mi Presidente obrero! Tengo que salir corriendo porque me dijeron que llegaron
las pastillas anticonceptivas a Farmatodo. ¡No vaya a haber una explosión
demográfica en mi casa que nos descuadre más el presupuesto familiar!