Autor: Pablo Jiménez.
Muchos han sido llamados traidores por este gobierno y sus déspotas representantes, desde ministros hasta los jefes mas bajitos del PSUV usan ese insulto para defender lo indefendible y creen que maltratando, ignorando al pueblo y jalando al jefe inmediato lograran algo sin saber que nada de lo que puedan conseguir será duradero ni mucho menos digno.
A Nicmer Evans lo han llamado agente de la CIA, a Gonzalo Freire guerrero del teclado, y ni hablar de los dirigentes de oposición, es más hasta a mí que simplemente era un humilde trabajador nivel obrero en un ministerio me acusaron de pelucón, infiltrado y luego me abrieron expedientes sin ningún tipo de pruebas por terrorismo cibernético, me allanaron, me secuestraron y amenazaron varias veces… así que este lenguaje y actuar patotero de este gobierno me lo conozco y lamentablemente, en estos tiempos donde la constitución se transformo solo en un libro para la interpretación acomodaticia de la sala constitucional del TSJ, “lo veo Normal”.
Así que entiendo al señor Almagro y su molestia al escribir esa carta, el viene de un país que le ha costado muchísimo salir de abajo, de sanar esas heridas hechas por dictaduras militaristas, de realzar y rescatar los derechos de sus ciudadanos para que venga este “SEÑOR” a gritarle como un ebrio chofer iracundo cualquier cantidad de insultos y groserías; claro el presidente Maduro está acostumbrado a eso, al insulto, al ataque indiscriminado a quien le dé la gana y como todas las instituciones dicen amen, nadie le pone reparo.
El Presidente Maduro se ofende así mismo y a todos los ciudadanos de este país cuando comienza a gritar desaforado “PELUCÓN”, cuando comienza a contar sus chistes de doble sentido en medio de una transmisión que debería ser informativa, cuando se mete con la preferencia sexual de sus adversarios políticos, cuando anuncia para un día algún anuncio y luego no anuncia nada, cuando acusa sin mostrar una prueba olvidando reiteradamente la majestad de su cargo y la responsabilidad que esta conlleva… o sea que las líneas del señor Almagro son solo una respuesta, una contundente réplica, un parao, algo a lo que él y su partido PSUV No está acostumbrado y por eso ahora quieren transformarlo en una ofensa nacional, en un ataque de un ciudadano extranjero –ahí no vale lo de la patria grande- a toda la nación y victimizarse…
Para mí las palabras de Almagro describen el sentir de muchos, desde quienes dicen que Maduro traiciono el “Legado” al falsificar el plan de la Patria, pasando por quienes nos asquea y repugna ver condecorado y ascendido a general al tipo ese de apellido Barroso quien fue jefe de ese mega desastre cambiario llamado Cadivi mientras lo oyes hablar de honestidad y justicia hasta quienes aun esperan en una cola de hambre alguna rectificación y miden sus pasos por el miedo de no terminar señalado de traidor o excluido de cualquier mediocre plan social que torpemente tratan de ejecutar.
No me ofende Almagro, a ningún venezolano serio le ofende sus palabras… pero lo que me ofende es que la canciller Rodríguez salga a tratar de convencernos que se insulta al país cuando son ellos que una y otra vez irrespetan las instituciones internas usándolas a su antojo, que irrespetan a los gobernantes de otros países cuando les da la gana opinando y calificando situaciones que en ahí suceden pero cuando alguien de afuera muestra preocupación ( con mala intención o no) por algo pasa aquí se escandalizan, arman el alboroto y así hablan de la Determinación de los pueblos… si Hablan de la libre Determinación de los pueblos, los mismos que le temen al Revocatorio por medio de elecciones libres.
Maduro te diré como la iglesia evangélica de Brasil: Para de sufrir.
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