Autor: Gregorio Salazar (Periodista). Caracas - Venezuela.
Ya que la cúpula del gobierno no dialogaba en serio ni tomaba ninguna decisión importante, el dólar paralelo decidió hablar por su cuenta y después de llevarse de sopetón los despojos de un 2016 pródigo en contrariedades nos está mostrando desde ya las más oscuras expectativas del 2017.
Probablemente será la primera vez que el 31 a medianoche el consabido “feliz año” se niegue a salir de las gargantas de los venezolanos, tales son las difíciles perspectivas que la economía nos dibuja para el futuro inmediato.
Volveremos a oir los clásicos navideños de siempre, con suerte a lo mejor logramos completar los componentes gastronómicos de la cena de Nochebuena, desempolvaremos el pesebre y el arbolito, pero ya sabemos que estas navidades serán una especie de ritual desabrido, despojado de la ilusión y la alegría de otras épocas.
Puede decirse que la cúpula revolucionaria ha logrado congelar el tiempo en la medida que represó los cambios que la contundente victoria opositora del 6 de diciembre hacía vislumbrar. Lo que se pensaba sería el punto de partida para la reinstitucionalización de la vida nacional desde la Asamblea Nacional ha devenido en un mayor desborde de ilegalidad y desconocimiento de la Constitución y a la agudización de los conflictos políticos.
No podía ser, por cierto, a base de jugadas de filigrana política como ha avanzado en sus despropósitos el llamado proyecto bolivariano, sino de huídas hacia adelante, de una carrera desbocada en la que ha derribado todo lo que se supone constituyen muros de contención para las pretensiones de cualquier gobierno no democrático.
Es verdad que avanza en sus desmanes, pero lo hace con un lazo corredizo al cuello, de manera que esa fuga terminará por estrangularlo, sobre todo si la ciudadanía tiene la paciencia y la persistencia para tejer las redes sociales que le vayan cerrando el juego. Hay una urdimbre organizacional, quizá tenue, a veces poco visible, pero que laboriosamente puede aportar mucho en la reacción decisiva de la sociedad, que además de verse impedida de satisfacer las necesidades más elementales siente cada vez más amenazados sus derechos políticos y económicos.
La carestía y el desabastecimiento van a recibir un nuevo y pavoroso envión ahora que el dólar paralelo, que había sido estabilizado mediante artificios, rompió en cuestión de días las barreras de los 2 mil, 3 mil y 4 mil bolívares, estrechando aún más las posibilidades de supervivencia de muchas empresas que producen o comercializan con insumos importados.
Y si bien es cierto que el incumplimiento, la burla desfachatada a los acuerdos surgidos en la mesa de diálogo ha producido confusión y desmovilización entre los factores opositores, no menos cierto es que 2017 se presenta con nuevas y mayores dificultades que de por sí ha de acicatear la lucha social.
Pero viene diciembre y estas son fechas que la cúpula en el poder, incluso desde los días posteriores a la Constituyente, siempre usó para madrugar a sus adversarios políticos. Fieles a sus procederes de presentarse con hechos cumplidos mediante la manipulación de aquellas instituciones que ha subordinado a placer, no sorprenderían nuevas desmesuras y perversidades.
Aún así, el gobierno de Maduro camina por el filo de la navaja. Sus mismos abusos y atropellos revelan el gran temor que siente por el ciudadano descontento que, hoy más que nunca, ha cobrado conciencia que es mayoría, como se lo gritaban el fin de semana a efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana que participaban en un operativo para imponerle rebajas forzosas en los precios a comerciantes de Sabana Grande.
Por ello, con firmeza y convencimiento adentrémonos en el venidero 2017 y sus tenebrosas perspectivas con la certeza de que el tiempo y las circunstancias jugarán ahora más intensamente a favor del cambio.
(Publicado en el semanario Tal Cual el jueves 8 de diciembre de 2016)
Fuente: https://goyoenblog.blogspot.com
