Así lo llamen a uno
parcializado o que, por ser un espectador lejano, la realidad es que el
estoicismo y pragmatismo que emergen de un trabajo crudo y rudo, en el que la
consecuencia negativa es temporal y las positivas pueden ser permanentes (según
les den continuidad), promovidos por el doctor Javier Milei, han logrado
esta realidad: Argentina ya es económicamente viable.
No hay perfección y la
anarquía propia de los adversarios e incluso de los seguidores, anhela más y
mejor, pero el camino se ve labrado por un trabajo férreo que ha tenido
escollos desde fuera y desde adentro, pero mucha más inteligencia y paciencia por
los que “laburan”, que siguen aquella frase de la canción de Alfredo
Zitarrosa, “Crece desde el pie”.
Tanto así que Argentina
ya es económicamente viable, que los chilenos y brasileños que les recibían con
tours de diversión y compras, están comenzando a rogar para que les visiten y
compren. Ahora se volteó la tortilla y más de un latinoamericano busca en
páginas web tipo Vive Buenos Aires y redes sociales, así como preguntar referencias
a ciudadanos o coterráneos que emigraron legalmente, Que hacer en Buenos Aires para poder
llenarse de esa magia que la ciudad (y el país austral todo), poseían, pero que
se hacía difícil de costear o disfrutar al 100% por sus turbulentas
manifestaciones pagadas por grupos manipuladores.
Argentina ya es económicamente viable
Desde que Milei asumió la
presidencia de Argentina en diciembre de 2023, su administración ha
implementado reformas económicas libertarias que han transformado profundamente
a la nación, incluso hasta en las no aprobadas, que muestran un plan B o C,
siempre con el propósito de quitar escollos, ahorrar dinero y que ello no vaya
en desmedro de la calidad, sino que más bien la imponga como propósito y logro.
Estableciendo un enfoque
en la libertad de mercado, la eliminación del déficit fiscal y la
estabilización monetaria, Milei sigue buscando revertir una economía asolada
por la inflación, el endeudamiento y la pobreza desde hace unos 40 años (vamos
a obviar el tiempo de Juan Domingo Perón y Evita Perón).
Beneficios económicos y estabilidad social
Argentina ya es económicamente
viable gracias a que la gestión de Milei ha sido drástica en la reducción de la
inflación que al asumir la presidencia era del 211% interanual, una de
las más altas del mundo.
Implementando políticas
de "déficit cero" y restringiendo la emisión monetaria, logró que la
inflación cayera al 193% en octubre de 2024; ya ha salido anunciando -muy
seguro- en Radio Neura con sus amigos promotores de su campaña y llegada
a los medios de comunicación, que para mediados de 2026 la inflación podría
quedar como un problema del pasado.
Argentina ya es económicamente
viable y el dato que más sustenta ello es que por primera vez en más de diez
años el país alcanzó un superávit fiscal. Este logro se debió a un ajuste
fiscal sin precedentes, con una reducción del 15% del gasto público, lo que ha
contribuido a mejorar la confianza de los inversores y a atraer capital hacia
sectores estratégicos.
Por el hecho de que Milei
no es un político de carrera y mucho menos una persona complaciente para que la
ineficiencia prevalezca, esto se ha logrado. He allí el problema de los países,
los políticos deben pagarle a sus partidos y amigos con trozos o trocitos de
nación en forma de favores o feudos virtuales a explotar y ello, desangra al
país. Esto acrecienta la idea de que los “outsiders” con estudios, astucia,
experiencia en negocios y liderazgo y equipos de trabajo en línea similar, son
la solución de las naciones.
La recuperación económica
comenzó a manifestarse en 2025, con un crecimiento estimado del PIB del 5,5%,
el más alto en América Latina. Este rebote se debe a políticas promercado y a
la reactivación de sectores clave, como la energía y la minería que incluso han
premiado al país por tomar un nuevo rumbo, dando como ejemplo las vetas de oro,
plata y cobre y las mejoras en el campo para la producción agrícola y vinícola (lo
que Milei llama “las fuerzas del cielo”).
No todo es perfecto, pero sí hay voluntad de solución
Sin embargo, estas
políticas han tenido un costo social considerable, especialmente para los más
vulnerables. Los recortes a subsidios y programas sociales han suscitado
protestas y descontento (especialmente entre quienes sólo recibían el pez y no
sabían pescar), incluyendo a quienes mentían para ser mantenidos por el estado
(caso de la mujer que fingió no tener un brazo para cobrar compensación).
A pesar de los logros económicos, la polarización y el descontento en sectores sociales críticos han generado tensiones, lo que plantea desafíos respecto a la aceptación y sostenibilidad de estas reformas a largo plazo. Algo comprensible ante las costumbres banales, pero como Argentina ya es económicamente viable, muchos tendrán que aprender a bailar el tango como es para poder subsistir y a quienes de verdad estén necesitados, serán mejor subsidiados (algo que el Trabajo Social, debería hacer en todos los países, como por ejemplo en Venezuela, donde cobran bonos todos por igual y abandonan así el interés laboral y el moral).
La gestión de Milei
ha impulsado un cambio cultural centrado en la libertad individual y la
meritocracia, despreciando el intervencionismo estatal. Su narrativa ha
resonado fuertemente con algunos grupos, aunque también ha provocado divisiones
en la sociedad. Así, Argentina ya es económicamente viable, pero sigue en una
encrucijada, donde las promesas de un futuro más próspero coexisten con el
temor de que las desigualdades y el costo social obstaculicen el tejido social
(e miedo a no aprender a cuidar lo bien ganado, algo que debe contrarrestar lo
que @JMilei ha llamado “la batalla cultural”).