Héctor Alonso López (Político) |
La agresividad es una
tendencia a actuar o a responder de forma violenta. El término se
encuentra relacionado con el concepto de acometividad, que es la
propensión a acometer, atacar y embestir.
También se utiliza la palabra
para referirse al brío, la pujanza y la decisión para emprender algo y
enfrentarse sus dificultades.
La agresividad es un concepto que
tiene su origen en la biología, una ciencia que lo ha vinculado al
instinto sexual y al sentido de territorialidad. De todas formas,
la psicología también se ha encargado del asunto.
Podría decirse que la agresividad
es un conjunto de patrones de actividad que pueden manifestarse con
intensidad variable, desde las expresiones verbales y gestuales hasta la
agresión física. El lenguaje cotidiano asocia la agresividad con la falta
de respeto, la ofensa o la provocación.
Existen dos tipos de agresividad:
la activa y la pasiva. La agresividad activa se ejecuta a través
de una conducta violenta y directa; la agresividad pasiva, en cambio, se
ejercita mediante una forma de sabotaje.
Los especialistas también hablan
de la agresividad secuencial, que aparece cuando una persona primero
se comporta en forma tranquila y parece renunciar a sus derechos, pero después
muestra un comportamiento agresivo cuando advierte que no consigue resultados.
Es importante destacar que la
agresividad puede originarse por factores internos o externos a la persona. Por
ejemplo, la adicción a las drogas es una causa de agresividad.
Los cambios emocionales (incluyendo la neurosis y la depresión)
también aparecen como generadores de comportamientos agresivos.
Así que si ves TV o tienes el
infortunio de una cadena no busque más explicaciones de la conducta del que
será derrotado.