Por: Pedro Miguel Silva
¿Qué es un open mic en Colombia?
El stand-up comedy criollo
Los open mics en el mundo del stand-up tradicionalmente se manejan de la siguiente manera: a una hora específica se abre la lista dentro del lugar, los comediantes que estuvieron haciendo fila escogen un puesto y se anotan. Después de eso, el objetivo es intentar hacer reír con chistes en su mayoría nuevos en apenas cinco minutos.
Los “open mics” en Colombia se manejan de otra manera, los comediantes que se presentan no hacen fila ni se inscriben, de hecho, muchos lugares que tienen estos eventos incluso tienen un cartel con los nombres de los participantes desde mucho antes que fueron contactados personalmente por el organizador, de esta forma, le quitan el “open” al asunto. Adicional a esto, muchos comediantes por miedo a fallar ante un público difícil se echan para atrás con sus chistes nuevos y recurren a los viejos que ya saben que funcionan.
"Adicional a esto, muchos comediantes por miedo a fallar ante un público difícil se echan para atrás con sus chistes nuevos y recurren a los viejos que ya saben que funcionan."
Es cierto que el público colombiano no está acostumbrado a muchas cosas, no está acostumbrado al humor negro, a los one-liners ni al comediante que está probando, entre otras cosas. Es importante que la gente sepa que las cosas pueden ir muy bien o muy mal porque esa será una de las pocas veces que el comediante ha dicho eso y no está acostumbrado todavía ni ha adaptado bien el chiste.
Hay diferencias abismales entre el stand-up comedy estadounidense y el colombiano. El primero empieza hace más de 100 años en los grandiosos escenarios de Vaudeville y el segundo se relaciona para muchos con Sábados Felices y los cuenteros.
Sería estúpido de mi parte desmeritar los precursores colombianos de oralidad ya que ambos son increíblemente valiosos, pero la diferencia vital es que en E.U.A. el stand-up evolucionó de otras formas de comedia que se encontraban en escenarios importantes y de un nivel artístico muy alto y exigente. Nosotros en Colombia lo que hicimos fue adaptarlo a finales de los 90s e intentar usar un público que originalmente no era el nuestro y ese es –en mi opinión- nuestro gran error como comediantes colombianos; adaptar a medias y dejar así.
"Sería estúpido de mi parte desmeritar los precursores colombianos de oralidad ya que ambos son increíblemente valiosos, pero la diferencia vital es que en E.U.A. el stand-up evolucionó de otras formas de comedia que se encontraban en escenarios importantes y de un nivel artístico muy alto y exigente"
Mientras que los comediantes no hagamos algo para seguir adelante haciendo stand-up, no nos unamos como gremio, no va a haber un público que realmente disfrute del stand-up. Habrá como ahora comediantes que tienen sus fans y que van a sus eventos, pero que ni por el carajo van a ver Stand-Up donde no conozcan a los comediantes. Público no hay y es culpa de todos, por eso en Colombia la mayoría de sus“open mics” no lo son. Claro que existe la excepción en uno que se lleva a cabo dos martes al mes en A Seis Manos.
Por último, quisiera recordarle a los organizadores de eventos que si cobran entrada a un “open mic”, no es un open mic y deberían reconocer el trabajo de los comediantes que hacen parte.
Si les interesa la comedia y desean presenciar un Open Mic, les recomiendo visitarnos A Seis Manos cada Segundo y cuarto martes del mes Calle 22 #8-60, Bogotá 7:00 pm es entrada libre.
Fuente: La Estafeta
Comentario de Periodistech: Soy comediante y en Venezuela, mi país, el Open Mic también existe, pero es captado por el productor o dueño del local a presentarse, para abrir fuegos, calentar al público y a veces, carne de cañón, probando la volatilidad de la sala. No recibe emolumentos y muchas veces ni les dan transporte.
Muchos open mic no tienen pasaje y a altas horas de la noche se ven expuestos. Lo sé, yo lo viví, aunque teniendo pasaje, hay lugares donde los taxi no llegan con regularidad porque el público tiene vehículo.
Una anécdota personal es que me tuve que quedar en la casilla del vigilante desde medianoche hasta las 6 cuando comenzó el servicio de buses para poder irme del lugar, con una fortísima lluvia como adicional. Al productor no le importó.
Estoy vetado entonces por revelarme ante tal situación, especie de estamento militar del "lo que yo sufrí, los demás también". Quizás por ello, pasados los años, hay tanta separación y roscas en el Stand Up Comedy venezolano, que no debería ocurrir porque está en franco crecimiento y desarrollo, pese a que hay menos salas por la situación económica.
Entre ese veto y las críticas a mi estilo, no he surgido (también por mi parte, no les mentiré). Pero sólo pido que lo que o viví, no lo vivan otros. Más que dar dinero, den atención humana al comediante. Para mí el ser humorista, es ser humanista.
Gracias al autor de esta nota, Pedro Miguel Silva, pòr dar pie e informar lo que se vive en la hermana República de Colombia. Humor y Paz.
Argenis Serrano, Twitter e IG: @Humoristech
