Parece que la anarquía
es cada vez mayor en las calles, porque cada quien hace valer “lo que cree su
derecho”, pero que no es un derecho real. Conductores vs peatones y viceversa
es lo que vemos y a nadie parece importarle que en esa lucha sólo hay pérdidas
humanas, como en cualquier guerra que jamás debió iniciarse.
En países como La
India, donde el incalculable número de vehículos automotores es tal que los
conductores de transporte de pasajeros se dan topes intencionales con el vehículo
competidor delante de ellos para “ganar clientes”, es apenas una fracción del
problema global.
Aquí en Venezuela, los
conductores van tan aprisa que no les interesan ni los Speed Bumps (reductores
de velocidad, topes o “policías acostados”), que están diseñados para sacar del
exceso de confianza al conductor y prevenirle que pueden existir riesgos o
peatones delante de ellos.
Mientras más grande es el vehículo, mayor es la necesidad de
velocidad e imponer su máquina y ego ante todo aquel que pueda verle. Una vez
que se le pasa la llave a un carro, lo que interesa es llegar del punto A al
punto B, avasallando a todos por igual, tomando las curvas a toda velocidad y
lo más cerrada posible.
Los peatones no se quedan atrás. He tenido el infortunio de
ver a algunos pasar las calles cuando los vehículos vienen a toda prisa y ellos
de manera pasiva y altanera caminan de manera displicente, como asumiendo que
cualquier daño que reciban será culpa del conductor.
Sí, como han leído, no les interesa quedar gravemente
lesionados con tal de retar a quien maneja un carro, como creyendo que un vehículo
a 50 KPH puede frenar en un metro cuadrado.
Conductores vs
Peatones
Creo que esta guerra de displicencia y beligerancia, en la
que se quiere demostrar el poder, surge del hecho de que nadie sabe ni le interesa
cumplir con las más elementales normas legales sobre conducción vehicular.
Y si quien está manejando un armatoste de cualquier tamaño
que de seguro hará mucho daño a un transeúnte no sabe ni le importan las normas
más lógicas de seguridad y convivencia al conducir, mucho menos a alguien de a
pie le interesará cumplir con los protocolos de peatón al cruzar una calle.
Es más, hay quienes cruzan sin ver para los lados, sea por
demostrar una falsa habilidad, por estar pendientes del celular o porque creen
que los demás son los responsables de su vida. Parece que ni en su casa ni en
la escuela les enseñaron algo de urbanidad o no se les desarrolló el instinto
de supervivencia.
La batalla entre conductores vs peatones no es detenida por
la policía, que muchas veces ni presente está o por el contrario, son otros que
se comen la luz o van en sentido contrario cuando están en acciones de
patrullaje. Quizás en una persecución sea admisible, pero transitando para
proteger, es inaudito y, ¿A quién le reclamamos sin exponernos a caer presos?
La demostración de burla más grande en esta absurda guerra de
conductores vs peatones, es cuando los choferes colocan sus camionetas o carros
intencionalmente encima del rayado peatonal o paso de cebra, haciendo que los
peatones tengan que rodearles y se compliquen más porque hay otros vehículos implicados
en ese caos peatonal que va en ambos sentidos y calles transversales.
Cuando un pasajero se baja de una unidad de transporte, se
dispone a pasar la calle por delante de la unidad de la que se bajó, creyendo
que eso le protege, cuando en realidad está reduciendo su velocidad y si el
chofer de la unidad donde iba arranca, o le pega o le hace que se tropiece y se
haga daño o le conmina por miedo a ir hacia adelante y ser arrollados por otro vehículo.
Lo correcto en ese caso es bajarse de la unidad e intentar
cruzar por detrás de la misma, aumentando su nivel de visibilidad y seguridad. Pero
como no reconocerán su error, atacaran al conductor y acrecentarán esa absurda
batalla incluso por sus propias fallas.
Podría seguir contando más absurdos, incluido el de
motorizados que amenazan a los transeúntes en las aceras, olvidándose que al
estar en un vehículo que puede generar un nivel de fuerza que cause lesiones, serán
ellos los culpables (es por eso que huyen). Caso igual los ciclistas y
patinadores.
Pero quiero finalizar con una reflexión que podría englobar
el sentimiento de frustración porque la anarquía impera entre muchos quienes
manejan y una gran masa poblacional de a pie. Es la siguiente:
En los roles implicados en la absurda guerra de conductores
vs peatones están seres humanos que en algún momento podrían intercambiar esos
roles o estar con alguien en alguna de esas posiciones. Y no les gustaría que
les ocurra algo.
Sólo se puede predicar con el ejemplo de ser un buen
ciudadano, ya que esta batalla entre conductores vs peatones, hay un mundo
entero lleno de implicados.
Cuídate, un golpe con un carro o caer preso por un accidente
vial, son dos cosas que no te acariciarán la vida.