DÍA MUNDIAL DE NO FUMAR. Siempre recordaré cuando intenté fumar un cigarro. No me agradó, aparte me vieron y mi padre me hizo fumarme varios hasta que vomitara y aprendiera. Ya esos métodos son sancionados, pero qué efectivo fue. He visto adolescentes que se creen adultos de gran importancia y llenos de desdén con un cigarro en la boca, sellando su sentencia de muerte. Ojalá que cada vez baje ello. Ya hay hasta “cigarrillos electrónicos” que ayudan a dejar el hábito paulatinamente.
Por cierto, en Capcimide de Maracay, frente al Liceo Alfredo Berroterán, hay una señora mayor, buhonera, que sin ninguna complicación le vende cigarrillos a los menores. Sería bueno darle un susto.