Playas, montañas, ríos, parajes sorprendentes, lugares históricos, centros comerciales, museos con nuestra historia indígena y negra, zonas militares, lugares y personas pintorescas. Eso es parte de nuestra Venezuela.
Y queda mucho más, pero lo resumo en esta frase subrayada "En Venezuela hay mucha gente buena, noble y educada". Cuesta un poco conseguirla, pero la hay. Ese lapso de búsqueda es quizás por timidez, cargos o por miedo. Miedo a los malos, que también lo hay, acechando, acosando, sembrando cizaña, esperando para arrasar con quien se le atraviese.
Eso son los que no entienden o no les importan las palabras del Libertador Simón Bolívar "Moral y Luces son nuestras primeras necesidades". Tampoco conocen los 10 Mandamientos y por mucho se nota que no fueron bien educados con un chancletazo o unas nalgadas a tiempo.
El yoísmo que afecta al venezolano se hace mayor si es amparado por quienes detentan el poder; estar guapo y apoyado también se devuelve, eso lo han de saber todos por igual. Hace poco una mujer dijo frente a mí "yo a esos policías mamagüevos me les pongo de frente y los entrompo por becerros". Y así lo hizo, sin reflexionar que de la forma que no le gusta (con mesura), su hijo hubiese quedado en libertad, ¡y ella también!
La gente anda alzada porque le sale del forro de la gana y porque los dejan. Son los peones sacrificables de este ajedrez político donde el que lo juega y se la tira de rey, no es alfil, ni es caballo, sino burro. Usa este inteligente juego como un videojuego bélico, prendiendo unas chamizas para llamar a no se sabe qué (aunque se supone).
Querer mandar encima de una montaña de cráneos pareciera este apocalíptico momento en Venezuela. Y todos le hacen el juego, a favor, en contra, neutrales, los que les toca comentar (como yo) y a los que están por abandonar el país.
Y aún así llaman inversión y turismo extranjero desde el gobierno, cuando los que estamos acá nos aburrimos de lo lindo y nos cobran full al salir, más al turista (cultura de bobos).
Pero, si quienes me leen quieren venir a Venezuela, háganlo de forma sencilla, usen taxis de líneas, vayan a las playas, lean los precios, usen traductores electrónicos o diccionarios convencionales, compren lo necesario, coman preguntando a quienes vean comer, disfruten, porque lo que tenemos en el país es bonito.
Sé que sí se cuidan a sí mismos, disfrutarán Venezuela tal cual como nosotros disfrutaríamos sus países (libres), en caso de visitarlos. cuidándonos y siendo cuidados por ustedes, que sí entienden el turismo.
Quiero a mi Venezuela, pero no callo en lo que está mal, más jamás aceptaría que de otras tierras vengan acá un rato a pasarla bien con nosotros. Acá la camaradería, las bromas, la dicharachería también se consiguen a raudales y nos unen en el montón de cosas buenas que son superiores a las malas.
Y queda mucho más, pero lo resumo en esta frase subrayada "En Venezuela hay mucha gente buena, noble y educada". Cuesta un poco conseguirla, pero la hay. Ese lapso de búsqueda es quizás por timidez, cargos o por miedo. Miedo a los malos, que también lo hay, acechando, acosando, sembrando cizaña, esperando para arrasar con quien se le atraviese.
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Eso son los que no entienden o no les importan las palabras del Libertador Simón Bolívar "Moral y Luces son nuestras primeras necesidades". Tampoco conocen los 10 Mandamientos y por mucho se nota que no fueron bien educados con un chancletazo o unas nalgadas a tiempo.
El yoísmo que afecta al venezolano se hace mayor si es amparado por quienes detentan el poder; estar guapo y apoyado también se devuelve, eso lo han de saber todos por igual. Hace poco una mujer dijo frente a mí "yo a esos policías mamagüevos me les pongo de frente y los entrompo por becerros". Y así lo hizo, sin reflexionar que de la forma que no le gusta (con mesura), su hijo hubiese quedado en libertad, ¡y ella también!
La gente anda alzada porque le sale del forro de la gana y porque los dejan. Son los peones sacrificables de este ajedrez político donde el que lo juega y se la tira de rey, no es alfil, ni es caballo, sino burro. Usa este inteligente juego como un videojuego bélico, prendiendo unas chamizas para llamar a no se sabe qué (aunque se supone).
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Querer mandar encima de una montaña de cráneos pareciera este apocalíptico momento en Venezuela. Y todos le hacen el juego, a favor, en contra, neutrales, los que les toca comentar (como yo) y a los que están por abandonar el país.
Y aún así llaman inversión y turismo extranjero desde el gobierno, cuando los que estamos acá nos aburrimos de lo lindo y nos cobran full al salir, más al turista (cultura de bobos).
Pero, si quienes me leen quieren venir a Venezuela, háganlo de forma sencilla, usen taxis de líneas, vayan a las playas, lean los precios, usen traductores electrónicos o diccionarios convencionales, compren lo necesario, coman preguntando a quienes vean comer, disfruten, porque lo que tenemos en el país es bonito.
Sé que sí se cuidan a sí mismos, disfrutarán Venezuela tal cual como nosotros disfrutaríamos sus países (libres), en caso de visitarlos. cuidándonos y siendo cuidados por ustedes, que sí entienden el turismo.
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Quiero a mi Venezuela, pero no callo en lo que está mal, más jamás aceptaría que de otras tierras vengan acá un rato a pasarla bien con nosotros. Acá la camaradería, las bromas, la dicharachería también se consiguen a raudales y nos unen en el montón de cosas buenas que son superiores a las malas.
