En las horas de más calor del día, o de la noche, nos levantamos y de forma automática encendemos los ventiladores o el aire acondicionado para refrescar el ambiente. Sin embargo, como todo aparato mecánico estos requieren un mantenimiento básico para mantenerlos en excelentes condiciones. Aquí te contamos los pasos a seguir:
1. Limpieza de las aspas
Ya sean de pared, de techo o de piso los ventiladores se llenan de polvo con mucha facilidad y esto puede causar reacciones alérgicas en las personas. Para una limpieza profunda, lo primero que se debe es dasarmar el ventilador –manualmente o con la ayuda de un destornillador–. Una vez retirada la rejilla protectora se puede limpiar con un paño húmero o esponja empapada en agua jabonosa.
Ya sean de pared, de techo o de piso los ventiladores se llenan de polvo con mucha facilidad y esto puede causar reacciones alérgicas en las personas. Para una limpieza profunda, lo primero que se debe es dasarmar el ventilador –manualmente o con la ayuda de un destornillador–. Una vez retirada la rejilla protectora se puede limpiar con un paño húmero o esponja empapada en agua jabonosa.
2. Eje y motor
Luego de retirar el protector de las aspas, que está fijado con cuatro tornillos, se encuentra el eje –que hace oscilar el ventilador de un lado a otro– y puede comprobarse que no esté ennegrecido. Un poco de lubricante, en pasta o spray, ayudará a prolongar la vida útil de las piezas, a la vez que eliminará los ruidos que pueda estar haciendo.
Luego de retirar el protector de las aspas, que está fijado con cuatro tornillos, se encuentra el eje –que hace oscilar el ventilador de un lado a otro– y puede comprobarse que no esté ennegrecido. Un poco de lubricante, en pasta o spray, ayudará a prolongar la vida útil de las piezas, a la vez que eliminará los ruidos que pueda estar haciendo.
3. No olvides
Dejar secar todas y cada una de las piezas del ventilador antes de ensamblarlo y enchufarlo.
- Una vez al mes o cada quince días es el tiempo recomendado para el mantenimiento regular, aunque todo depende de la frecuencia de uso.
- Trata de situarlos en las esquinas, si son de pie, o en un cierto ángulo para que no den directamente en la cara y se conviertan en una molestia.
Autora: María Gabriela Cartaya