Muchos de nosotros hemos tenido por años sueños e ideas de cómo hacernos ricos. Sin embargo, cuando realmente sucede no siempre estamos preparados para manejar los repentinos cambios de las personas que nos rodean.
Los amigos comienzan a distanciarse (o, por el
contrario, a acercarse) y los parientes parecen repentinamente inmiscuirse en
nuestras finanzas o a involucrarse más en nuestras vidas. “Todo eso ocurre
sorprendentemente rápido y es una situación difícil”, señala Golbart quien
suele trabajar con emprendedores del ámbito tecnológico de Silicon Valley.
Por otra parte, consciente o inconscientemente, la
persona que ha conseguido una riqueza rápida puede comenzar a gastar
desmedidamente o a desconectarse de sus intereses anteriores. Megan Ford,
presidenta de la Asociación de Terapia Financiera (FTA, por sus siglas en
inglés), señala que eso puede “crear un distanciamiento” con viejas amistades.
“Quizás no se adapten a algunos de los cambios
creados por la riqueza súbita” y terminen alejándose, con lo cual ahondan más
su sentimiento de soledad. Controlar las reacciones de amigos y familiares es,
muchas veces, el mayor obstáculo. Goldbart dice que estos, con frecuencia,
intentan fortalecer los vínculos con alguien a quien ahora ven como un ganador.
¿Y qué harías tú si amigos y parientes comienzan a
tratarte de manera distinta? La mayoría de nosotros sentiría desconfianza.
¿Dónde estaban esos amigos y familiares lejanos cuando trabajabas duro en tu
empleo diario o dedicabas incontables horas a tu nueva empresa?
Es natural retraerse y reducir tu círculo de amigos
cuando no estás seguro de quién se te está acercando sólo porque ahora tienes
dinero. “Su mundo se vuelve muy pequeño y se repliegan con amistades que tienen
una situación financiera similar”, señala Goldbart.
Ford explica que reconocer quien quiere ser, de
verdad, tu amigo se vuelve más difíci y equivocarse una o dos veces tiene
usualmente el esperado efecto de aislarte más. “Puede volverse difícil
descifrar quien es un amigo real y quien está intentando aprovecharse”, apunta.
Viviendo el sueño
Las personas que se enriquecen fácilmente dicen que
el sentimiento de soledad también surge debido a un cambio de prioridades.
De origen suizo, Stephan Goss, de 28 años, se fue a
vivir a San Diego, EE.UU. Allí buscó nuevos amigos que tuviesen la misma
libertad que tiene de vivir su vida.
“La mayoría de las personas no pueden decir que se
van a México de vacaciones mañana. Termina siendo complicado compartir la vida
con personas que no tienen la capacidad de hacer eso”, dice Goss, fundador de
Zeeto Media, una start-up que ayuda a las editoriales a monetizar su contenido.
Si bien no ha abandonado los amigos de su infancia
en Suiza, ni los que hizo en la universidad en la Costa Este de EE.UU., Goss
ahora pasa más tiempo cultivando amistades con otros emprendedores.
Aunque no fue el caso con Stein, la experiencia de
la riqueza súbita parece tener un efecto menos desestabilizador sobre personas
de más edad y quienes han pasado más tiempo como parte de la fuerza laboral.
Las conflictivas relaciones de Stein no han
mejorado, pero luego aprendió a construir nuevas amistades. Ahora trabaja con
un personal básico de cinco personas y dice que ha desarrollado con ellos una
conexión más profunda de confianza.
Con el paso del tiempo también se dio cuenta de
quienes eran sus verdaderas amistades de sus días como azafata y ha sido
generosa con ellas. Entre sus experiencias favoritas destaca haber llevado a
una de sus mejores amigas de la línea aérea a una expedición para ver osos
polares. “Poder hacer eso me hizo tan feliz”, confiesa Stein.