El 27 de enero es mi cumpleaños. De usual no pido ni tortas ni regalos porque no me es tradición. Más un amigo hace 02 años me regaño con esta verdad "no te estás poniendo más joven, haz más momentos en especial cuando hay buen marco (fecha) para ello". Entonces decidí comprar alguna torta pequeña para compartir en familia.
Acoto que siempre he pensado que el cumpleañero no debería colocar nada, sino ser homenajeado. Mis padres compraban algún panqué aunque yo no lo pidiera y compartíamos, porque eso hacemos siempre.
En este año 2018, no me compraron ni compré torta. Los precios desde Bs. 400.000 son iguales a 2 kilos de mollejas que compré el día anterior para poder comer un "salao". Me daba dolor sentirme frugal con ese gasto en un dulce. La plata no es para ser sepultado con ella, es pra usarla en vida, pero ese uso debe ser con mesura y adecuación.
No es fácil cumplir años en esta Venezuela derruída por quienes ostentan el poder y hacen lo mismo una y otra y otra vez con los mismos malos o hasta peores resultados y quieren seguir haciéndolo por más años, lo que evidentemente traerá los mismos y peores resultados. No hay garantía de golpe de timón, corregir y aumentar, de quitar la dependencia, de llevar una economía donde se invierta, se gane y que la responsabilidad social sea compartida por Estado - Sector Privado y Ciudadanía que se esfuerce para ganarse el pan nuestro de cada día y no viva pidiendo o esperando lisonjas de 48 horas de duración, al mes.
Cumplir años es sentir que la vida sigue su paso inexorable y que los años, los estudios y los trasnochos, madrugones y quiebre de espalda e ideas se hagan menos que sal y agua entre los dedos. Surgen tantas dudas que uno quisiera que el próximo cumpleaños no llegara porque da miedo decirse "otro año y peor...y culpa tuya no es".
Tantos afectados
Desde la pastelera que hace la torta, la tienda y sus empleados que la venden, las agencias de festejos, hasta el cumpleañero, sin pasar por alto decoraciones y enseres para una fiesta o picar torta en la oficina, sufren enormemente en esta Venezuela que nos quita los gustos, las tradiciones, las emociones de compartir y departir.
Un dulce que para algunos es amargo y que hacen esfuerzo para que el cuerpo de habitúe, porque no estamos mal acostumbrados, estamos dichosos de probar los mejores sabores del ahínco de muchas personas que hacen del alimento un placer.
Padres se sentirían avergonzados de no picarle una torta a su hijo; novios que no puedan galantear a su novia y no quiero decir con ésto que ellas sean materialistas, pero a los hombres nos gusta dar esos detalles aunque nos digan no detallistas. No cortarle una torta a la abuela que de seguro tantas te hizo, eso mi gente, da pena.
Los años que nos quedan por vivir
Como dije antes, sí se sigue haciendo lo mismo, que es la promesa electoral del régimen por total en todos sus apéndices, pues seguirá ocurriendo lo mismo, sólo que peor porque será la suma de todas las partes, las que nos resten la vida.
Mientras haya más divisores, cada año será una agonía más allá de una torta, será el de ¿tendré una vejez digna, tranquila y sin ver sufrir a los míos?; sufrir que sólo quienes quieran multiplicarse en pro de una voltereta a la hoja de ruta equivocada, puede arreglar.
Yo pedí de regalo de cumpleaños, que no me tenga que ir del país; eso sólo se logra sí hay un consenso entre todos los que no crean en quien hará lo mismo y que sí crean que otra persona hasta en el peor de los casos no sería ni el 20% de ineficiente que el actual; sí entre esos se unen y crean una mezcla que en contundencia pueda devolverle no el modo de vida de ricos a los venezolanos, sino el de dignos y laboriosos sin envidia para que podamos asegurar que ésto no vuelva a ocurrir, sí esos se unen y crecen, no me iré porque el país tendrá un nuevo camino.
Ese nuevo camino del país no lo sabemos, pero éste con el mismo conductor sí lo conocemos y sabemos que es una ruta mortal donde se paga un pasaje caro y se va sufriendo y con la muerte sonriéndonos descaradamente.
De corazón que espero que mi cumpleaños y los de ustedes, sean celebrados humildemente en el lugar en que de verdad quieran estar. En mi caso, es una Venezuela sana y equilibrada.
Lcdo. Argenis Serrano - Periodistech
