La construcción del
destino actual está asida a lo que en nosotros los venezolanos es un
sentimiento propio de los seres vivos: la libertad.
Pero éste camino ha venido
construyéndose gracias a otras latitudes y de tres impensables. Desde Estados
Unidos, el Presidente que sólo Los Simpson pudieron predecir: Donald Trump.
Bien recuerdo que la tarde del día de las elecciones en EEUU, recibí un correo
de los traders de criptomonedas a las 3 de la tarde, confirmando que Trump
había ganado, 6 horas antes de que se diera el resultado oficial. Me incomodó
por mi preferencia hacia al partido Demócrata.
La forma imprevisible y
chocante de Trump ha sido un escollo para quienes lo siguen y lo adversan al
crear una extraña fusión entre alegría y repudio que no permiten consolidar una
opinión sobre él, sin que la misma se retroalimente en cuestión de horas. Su
empeño de la “América para los americanos”, ha trascendido a sus fronteras.
Quiere que éste lado del charco sea de sus pueblos y que nada desestabilice. Y
antes de Cuba decidió voltear a Venezuela por ser su régimen ahora usurpador un
aliado de Rusia y China. Vio que para desmontar a éstos, debía defenestrar a la
marioneta y a ello se avocó, creando en Venezuela no admiración, pero sí
agradecimiento y pidiéndole más, lo que veremos en las próximas semanas pero
que no podemos ni imaginar, ya que él y sus asesores y ejecutores de política
externa son unos “halcones” que no se rigen por un libro, más bien escriben uno
a cada paso que dan. La complejidad venezolana ellos la han descifrado y la
desenredan a diario, pegándole al enemigo donde le duele y éste enemigo
(nicolás maduro), tiene muchos puntos de dolor.
Otro impensable es el Papa
Francisco. El argentino que llegó al Vaticano en 2013 y que ayudó a la temporal
reconciliación USA – Cuba, ha tenido que sanear a la iglesia. Es el mismo que
con una ambigüedad pasmosa ha tocado el tema venezolano de manera tal que se
siente preferencia hacia nicolás maduro, creando una comprensible molestia en
la oposición que se ve acéfala del pastor de los pobres, contrastando con sus
propios voceros, la iglesia venezolana.
Aquí, sin ánimo de
defenderlo, lo voy a ver al revés. No como el Presidente del Vaticano ni el
Papa, lo veo como el hombre que está lanzando a maduro un salvavidas de cemento
sin él saberlo (o quizás, sí). El tal nicolás le ha enviado misivas pidiéndole
le ayude como mediador en un diálogo que la oposición negará y siendo la
contraparte que el Papa exige para la misma, esa reunión no se dará. Cuando
devele el contenido de la reciente carta recibida, lo que hará es molestar a
los maduristas contra maduro, porque lo volverán a ver suplicante y sin ayuda.
Eso será debilidad que los aún seguidores del usurpador verán como pérdida de
apoyo del más influyente personaje contemporáneo. Quizá no les quite su
adicción al psuv, pero comenzarán a dudar y a resignarse a ver perdida no la
revolución, sino el poder y su status quo que les ha mantenido. Sí, que les
mantiene, no que les ayuda a crecer, sino que les mantiene.
Para quienes desconfían e
insultan al Papa, deberían ver la cosa en reversa. No apoya lo que vemos como
debido, pero hace que el falso suplicante, se vea sin auxilio. Y eso, es bueno.
Y por último, pero que ya
leyeron en el título, Juan Guaidó. Llegó por el madurismo sin que éste
quisiera, ya que la lucha contra maduro y otrora contra Chávez lo movió a la
política desde las zonas humildes de Vargas. Llegó en el arrase opositor de
2015 a ocupar una curul. Y por el terrorismo judicial de maduro que persiguió a
Freddy Guevara, fue el ocupante de su puesto en la silla del Presidente del
Parlamento en 2019, el año que (no sé sí por sorteo o solicitud), le tocó a Voluntad
Popular el mando del órgano legislativo.
Rompiendo paradigmas, sin
insultos elegantes como Ramos A., ni falta de feeling como Julio y mucho menos
gris como Barbosa, llegó con elementos que la política requería: educación,
sinceridad, sencillez, ética, caballerosidad, preparación universitaria y
extracurricular, esencia de calle, no auto-alabanzas y una sonrisa para nada
burlista. Llegó a lo debido, dejó el miedo quién sabe dónde, tomo los valores
familiares y de venezolanidad y con ellos, más una escucha gigantesca a todos
los factores a favor o en contra, para buscar los puntos de cruce y
fortalecerlos, engranó en el agrado de la Comunidad Internacional y en la
población opositora y chavista venezolana, pese al riesgo de endiosarlo como
equivocadamente hacen muchos coterráneos.
Con un dinamismo y
formalidad que emiten rigurosidad de disciplina, Guaidó llegó a cumplir con el
momento histórico, contra la ignominia, abuso de poder e ilegalidad amalgamada
y que ha venido descascarando. Él es parte de la construcción que han
fortalecido los dos impensables antes mencionados. Quienes con sus acciones o
palabras han estimulado, formado y amparado a una población opositora que
reclamaba un despertar político y de acción contundente. Y que también (la
ciudadanía), requería un don que ha perdido por décadas, el de la paciencia y
la diplomacia. De allí los apuros que los delincuentes financieros aprovechan
para estimular y sacar la desesperanza. El ir paso a paso se transformó en
educación necesaria para un pueblo que sabe que está asfixiado, pero ya debe
comenzar a corregirse desde la base e ir a la par con la dirigencia
asambleísta. No esperar el cese de la usurpación para que inicie el cambio,
sino adaptarse desde ya.
Son 3 de tantos personajes
que están ayudando al cambio en Venezuela. Y de los millones otros que también,
estás tú que lees esto. No lo dudes por favor, no te minimices.
Mira que el cambio en
Argentina (Macri), Brasil (Bolsonaro), Colombia (Duque), son algunas de las
piezas de dominó inspiradoras. Con ejemplo de Macri ganamos en 2015. Con los
demás, tenemos apoyo e inspiración para cambiar de gobierno por fin en
Venezuela. Y seremos la inspiración para Bolivia que tendrá elecciones éste
2019 y además, la debacle de Nicaragua, la recomposición de Guyana y por fin,
la debacle del comunismo en Cuba.
No dudes, es posible. Ya
vimos que lo impensable, sucede y se amolda para hacer otras cosas y forjar
personas que se creían, impensables.
Lcdo. Argenis Serrano - @Periodistech