Comencemos por lo más
destacable para las redes sociales: compararlo con cáncer, VIH – SIDA, dengue,
ETS, chikunguya, etc.; ésta enfermedad es tan importante como las ya descritas,
ninguna supera a otra, el punto es que para ésta no hay un tratamiento y orden
que ya se ha diseñado para las otras. La inmediatez no quita importancia en
atención a ninguna. Dejen de querer polemizar por frugalidades y vean los tres males del Coronavirus que les describo a continuación.
El primer mal: La enfermedad de por sí
Sea cual sea el origen,
donde ya hasta el gobierno de China ha reconocido a baja voz que el consumo de
animales no tradicionales para el consumo iniciaron esta pandemia y las teorías
no descabelladas pero no confirmadas de laboratorios de prueba con errores que
se transformaron en esta oportunidad “que va y viene”, pues sea el origen, la
enfermedad es grave y es un mal que agudiza de manera mortal a personas con
diabetes, VIH, cáncer, hipertensión, embarazo de riesgo, por la edad.
Como ya les dije, la
atención ha de estar en la información, la prevención, el no maximizar lo que
ya es grave. Ya el mal está en boga, entonces en vez de temer el contagio
factible, debemos alistarnos para superarlo. Pero esa parte del mal es la que
no quieren atender las personas, acostumbradas o empujadas al fatalismo.
El
segundo mal: El
mal financiero
China no está importando
ni está exportando. Y tiene convenios con todo el planeta, porque aunque son
capitalista en trato a coterráneos, son líderes del neocapitalismo. Y eso no
sólo les afecta a ellos, sino a todos los que esperamos sus productos y quienes
comercian con ellos. Ese rebote se fue a las bolsas del mundo y, salvo el oro
que aún con algunas bajas, se mantiene, todos los indicadores mundiales se
caen. Doy otra excepción: las criptomonedas.
La otra vertiente es el
desequilibrio que ocurre en los países con su economía. Para planes concretos,
algunos no tenían a esta pandemia en sus planes y se ven severamente afectados.
Y eso puede mover la balanza de poder en los países poderosos con ultrosos o de
ideas banales y populistas, lo que sembraría un mundo nuevo improductivo y que
culpa a los demás por sus carencias.
Y los banqueros también se
pueden aprovechar de eso. Además de empresas, porque la carrera por una vacuna
contra el mismo en un furor de pánico, crearía ganancias billonarias en pocos
días y con una inversión menor, sólo por las patentes. Japón, Israel, USA están
en esa carrera.
En el orden familiar, no
sólo los gastos de atender familiares enfermos o sus penosos sepelios, sino el
aprovecharse para tomar control de negocios o propiedades, debido a aquello que
muchos no heredan en vida o no dejan papeles de herencia porque creen que
vivirán por siempre. Y la pena de perder a alguien por una enfermedad causada
por algún intransigente que o comió Pangolín o comió murciélago o quiso diseñar
un arma bacteriológica y se les fue de las manos. Una teoría del caos con
efecto dominó que es muy injusto para quien no es culpable.
El tercer mal: El escepticismo
“No vale, eso no existe”, “por
nuestro clima eso no llegará acá”, etc., son parte de los agravantes que alejan
a la prevención. Para una mayoría incidente, todo es nimiedad.
Sí bien los té de
manzanilla, malojillo, poleo, de miel y limón no curan el coronavirus, ¿no
alivian la presión de la disnea, ayudan a sudar la fiebre y calman la ansiedad?,
pues sí. Mientras no logren crear una reacción alérgica, no son
contraproducentes ni las curas, son coadyuvantes.
Aunque para los
venezolanos actualmente es difícil una buena alimentación, tener las defensas
altas nos mantiene en bajo riesgo de darnos la enfermedad. Sí, tendremos
nuestros ratos duros, pero, ¿no los vivimos con las gripe fuertes?, pues para
una gran mayoría el coronavirus es una súper gripe y por eso se ha de tratar
igual, pero con mayor control, paciencia, responsabilidad, para que amilane.
Tomar vitaminas en frutas
o pastillas; subir las proteínas y carbohidratos. Limonadas frías o calientes,
jugo de naranja, ejercicios leves o intensos. Eso nos ayuda no a ser inmunes,
sino a ser más fuertes para enfrentar a la enfermedad y que su paso no sea ni
letal ni deje huellas. Como para con toda enfermedad.
Pero esto no lo ven
muchos. Están entregados a que les dé. El coronavirus sí da miedo –yo lo tengo-
pero el miedo es también una fuerza de impulso sí te ocupas de confrontarlo
para vencerlo.
No dejes para la llegada a
tu país o Estado o cuadra para atenderte. No creas que porque ocurre lejos eso
se queda allá. Por algo va a afectar hasta a las Olimpiadas, por la mala
comunicación, desorden en el tratamiento, por la necedad de la gente, por el
escepticismo, porque hay muchos aprovechando para posicionarse. Es el momento
de prepararse, te llegue o no, estar listo siempre te hará una persona sana, de
cuerpo, mente y alma.
Lcdo.
Argenis Serrano - @Periodistech