El mundo entero tiene a
los Estados Unidos como una especie
de meca productiva, especialmente cuando sus países están en crisis
sociopolítica o por los avances en diversas áreas que la nación americana posee
para proyectarse.
Todo está bien cuando
se procura hacer turismo en los Estados Unidos, como asolearse en las playas de
California, ver la vida campestre y avanzada de Texas, conocer la Casa Blanca
en Washington o realizar uno de los bien documentados Tours en Nueva York.
El potencial
sociocultural, las oportunidades de empleo y la “magia existente”, fomentan el
sueño americano. Pero parece que cada vez son menos personas las que entienden
que así sea para el turismo o para la migración, se deben cumplir los estrictos
reglamentos que la nación americana ha impuesto.
También hay que
procurar no engolosinarse y mucho menos abusar de las oportunidades
extraordinarias según sea la condición del migrante o visitante se permiten. De
allí el encontronazo entre las políticas de Donald Trump y migrantes de todo el mundo, por las deportaciones
que tildan de ilegales.
Pero aunque sea rudo de
leer, entender y reconocer, nadie tiene porqué estarte amparando sin cumplir
con la legalidad de requisitos y la fortaleza cívica y moral para vivir en un
país. Y los Estados Unidos están haciendo valer su derecho de admisión y
permanencia, así sea de manera tosca, tiene todo su derecho, porque muchos no
cumplieron con sus deberes, sea cual fueran sus motivos, técnicamente casi
nadie tiene válida excusa.
Entre el turismo y la migración en Estados Unidos hay vínculos similares
Aquí el asunto es hacer
todo por lo legal, de esa forma quedas amparados por las leyes y nadie podrá
discutirte. Y si lo hubiere (los nacionales), serán válidamente frenados por
las autoridades ya que sea que estés en plan turístico o migrando a los Estados
Unidos, has cumplido de manera cabal con sus leyes.
Porque el hacer turismo
en Estados Unidos y migrar para residir son dos procesos que pueden parecer
similares en el sentido de que ambos implican trasladarse a la tierra de Mickey
Mouse, pero son fundamentalmente diferentes en términos de requisitos, duración
y compromiso.
Muchos que se van de
manera legal, igualmente juegan al “vamos a ver qué hay”, utilizando sus visas
de turista para hacer algún trabajo menor y probar suerte con la intención de
volver a los Estados Unidos a residir.
Este amasijo de
oportunidades extraordinarias es también una lotería, ya que si se determina al
momento o después que se utilizó una visa estadounidense de turismo para
laborar, podrías recibir un veto estando dentro o fuera del país.
Por ende, si vas a
averiguar cómo es la movida, lo mejor es consultar con quienes ya hayas
trabajado y a la vez disfrutar de lo que el viaje te puede ofrecer, detallando
lo que una excursion contrastes nueva york o cualquier otra ciudad que visites, termine inspirándote en si
realmente quieres estar allí más por el placer de vivir que por cubrir un
déficit derivado de lo que ocurre en tu nación.
Lo importante de procurar diferenciar entre el turismo y la migración
El turismo generalmente
se realiza con la intención de disfrutar de unas vacaciones o explorar el país
por un período corto. En cambio el migrar para residir implica un compromiso a
largo plazo, ya sea temporal o permanente.
Los turistas pueden
obtener una visa de turista que les permite permanecer en el país por un tiempo
limitado, mientras que los migrantes buscan una Green Card que les otorga la residencia permanente.
Todo trámite para el
turismo suele ser menos complejo y requiere menos documentación que los
procedimientos migratorio, ya que una visa de turista por lo general sólo
necesita llenarse un formulario y demostrar la intención de regresar a su país
de origen.
Obtener una Green Card involucra múltiples pasos como la presentación de formularios específicos (I-130 o I-140), cumplir con requisitos de empleo o la verificación de relaciones familiares, además de pasar por procesos de verificación de antecedentes.
El turismo ofrece
opciones más limitadas, como visas de turista o visas de negocios para estancias breves; véase la diferencia y
acóplese directamente al propósito, porque hacer negocios es también una manera
turística de entrar a los Estados Unidos, pero con una visión mucho más
ejecutiva y delimitada.
En contraste, migrar
para residir en Estados Unidos ofrece una variedad de programas como la Green
Card a través de la familia, el empleo, la lotería
de visas o programas específicos como la visa H-1B para trabajadores especializados.
Cada una de estas
opciones tiene sus propias condiciones y requisitos y, si no las puedes costear
(turismo e inmigración a los Estados Unidos es una inversión), lo mejor es que
te evites querer ser un as que huya de la justicia y mal ponga a tu país, evita
al gigante americano y vuelca tu mirada a otro país para residir o incluso,
visitar.
Los turistas en Estados
Unidos generalmente no obtienen un estatus legal permanente, lo que significa
que su estancia está sujeta a restricciones y deben salir del país al finalizar
su visa.
Quienes migran en cambio, buscan establecerse de manera
legal y a menudo tienen la intención de eventualmente obtener la ciudadanía
estadounidense a través de la naturalización, pero para optar a ella no se
puede entrar a dentellazos por algunos paroles humanitarios o similares.
Hay que estar de verdad
interesado estar en Estados Unidos de manera legal para que los planes de un
mejor vivir, incluso con ganas de hacer una vuelta a la patria a futuro con
recursos económicos, se den lo mejor posible y no seas víctima de una necesidad
y potestad del país anfitrión: la deportación.
Y ojo, aunque sólo
estés haciendo turismo por los Estados Unidos, siempre tu comportamiento será
estudiado para crecer en tu status de aprobación. No te dejes convencer por
quienes se aprovechan de las personas para que hagan barbaridades para residir
en USA, a esos seres realmente no les interesas tú, sino desprestigiar a EE.UU.