Por más de 30 años he escuchado la expresión “el día que CAVIM explote, Maracay toda se friega”. Quienes lo decían lo fundamentaban en los explosivos. Era una pesadilla que salía de la boca para afuera, pero jamás deseada. El día 30 de enero de 2011, la frase tuvo un pequeño y lamentable ejemplo.
A las 4:25 am según mi reloj, se comenzaron a escuchar las primeras explosiones. Muchos pensábamos que era alguien celebrando algún evento, personal o religioso. Pero lo constante luego de unos minutos se transformó en dudas sobre ello. Hasta hubo quienes pensaron que celebraban el triunfo del equipo de béisbol local el día anterior.
A las 4:58 este su servidor no soportó más y llamo al servicio de emergencia 171 por 3 veces consecutivas sin respuesta. Allí mi mortificación comenzó. Me asomé por la ventana, la gente estaba afuera asombrada, niños, mujeres y hombres contemplando el cielo. Allí entendí todo ¡una fábrica se quemaba! Y la primera que cruzó por mi mente fue CAVIM (Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares). Me arrepiento de haber acertado.
Alerté a mis padres que dormían aún. Sin desearlo, pero tal cual debía, cumplí el protocolo de casa para los desastres: Desconecté los aparatos, medio me aseé, me vestí con ropa limpia, tomé mi dinero, libreta y tarjetas. Celular cargado. Y salí.
Quise ver el aspecto de la situación lo más cercano posible. En la calle ya había un fuerte éxodo. El más lamentable fue el de jóvenes cargando a sus hijos recién nacidos sólo cubiertos con una manta a las 5:20am con un fuerte sereno. Pero la preservación obligó.
Más me acercaba y la gente iba en sentido contrario. Me detuve cuando observé luces iguales a la pirotecnia. La misma se dirigí hacia donde venía. A como pude alerté que corrieran y se cubrieran.
Pocos segundos luego de ello, cuando una jovencita y su bebé en brazos estaban a resguardo, salí y una gran detonación me atrapó en su onda expansiva, calculo que a tres cuadras de mi posición. Me lanzó contra unas rejas.
Con dolor de pecho corrí a alertar a mis vecinos ¡corran hacia la avenida universidad! -grité-. Sabía que era la zona más alejada, única pero amplia para poder ejecutar una huída efectiva.
Mis padres terminaban su protocolo de emergencia. Trancamos y salimos. Allí, sin saber a dónde ir, por el hecho de saber que si seguían los proyectiles percutándose, se diseminarían en forma errática y en muchos lugares estaríamos expuestos. Pero había que moverse.
Poco a poco en un tropel de caminantes, motorizados, conductores que venían en bajada desde el municipio Mario Briceño Iragorry (El Limón, Caña de Azúcar y conexos), nos fuimos alejando con la oración de que no creciera la desgracia.
Los puntos de lo malo.
Es aquí donde llegaron las fallas: Los organismos policiales no estaban monitoreando e indicando a las personas a dónde ir. Muy esporádicamente se supo de algunos policías motorizados que ordenaban la evacuación y luego se alejaban.
Muchos abusadores, en la creencia de que ellos son primeros, segundos y terceros, se montaban en las aceras sin importarles que los caminantes fueran con niños, ancianos, discapacitados. Que el estado de las aceras no es apto para ello ante troncos, raíces, baches o restos de bases de letreros ya retirados.
Por hacer esto, muchos entraron en pelea. Otros se quedaron atascados.
La idea de que se es buen conductor, muchas veces crea la sensación de “infalibilidad” que es la que genera las peleas, accidentes y personas de actitud errática en la vida.
Adentrarse por dentro de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UCV, que muy diligentemente habilitó espacios, puertas, coordinación e iluminación a las personas, se sentía como un punto seguro. Pero algunos policías motorizados indicaban con voz de terror ¡salgan de allí, rápido, salgan de allí!. La gente siguió por la avenida José Casanova Godoy y áreas alternas, de manera incómoda y riesgosa por la ausencia de aceras y alternar con los vehículos.
Se dirigieron, gracias a las informaciones radiales que ya comenzaban a aflorar a la zona de seguridad en Las Ballenas, vía Hospital Central de Maracay. Muchos otros, que salieron tarde de la zona antes descrita de MBI, se dirigieron hacia arriba, al gimnasio otrora llamado “El Coliseo”, segundo punto de concentración y apoyo. De no haber sido por ello, hubiese sido un caminar errante y mayor preocupación de la que crecía con cada explosión ya a lo lejos.
Este servidor se dirigió a casa de unas amistades en la avenida Ayacucho. Un poco más allá del perímetro de seguridad de 6 kilómetros dispuestos por la Gobernación del Estado Aragua, Militares y Protección Civil. Es algo que suponemos, ya que no tenemos clara esa delimitación por kilómetros, algo que habrá que solventar e instruir a la población.
Desde allí, hacíamos zapping a los medios regionales. Se habló de cierta cantidad de heridos supuestamente dicha en primera declaración del Gobernador del Estado. Esto luego se desmintió de la manera ya típica por los medios oficiales venezolanos, desvirtuando y contraatacando.
El ataque fue directo hacia las redes sociales, a las cuales tildaron de manipuladoras y falsas, que sólo creaban rumores.
Mi Nick en Twitter es @humoristech y en ningún momento observé manipulación de quienes están en mi nutrido TL. Y tampoco en portales de importancia. La gente estaba informando lo que oía en los medios, lo que a sus ojos llegaba.
Quizás algunos demostraban su indignación de que eso ocurriera, su frustración, temor. Pero la manipulación no se observó. Sí ellos (los oficialistas) lo dicen, es porque lo leyeron de algún/os/as provocador/es/as a los cuales les tomaron la palabra para acrecentar sus ya trillados libretos de que sólo en ellos está la salvación, la respuesta, la efectividad, el conocimiento. En fin, en ellos está el poder y lo demás, por muy bueno que sea, es basura de la ultraderecha.
En mi responsabilidad como periodista, me ocupé de enviar tweets objetivos, de lo que veía, analizaba y estaba apegado a la situación. Las conjeturas, suposiciones, corazonadas no crean tubazos, sólo patrañas que se revertirán y les dan el tubazo a quienes las crearon. Este consejo se lo doy a quienes les atrae el Periodismo Ciudadano, poseen las herramientas, pero no las normas, mismas que sigo pidiendo a los Colegios de Periodistas y Universidades divulguen para que ya no tomen como flanco débil a quienes quieren ser útiles como ojos, voces y manos de la información.
Gran parte del discurso de ministros, Gobernador, su séquito, alcaldes y periodistas oficialistas se basó en jactarse y alabarse en cada movimiento QUE ERA SU DEBER, NO UN FAVOR QUE LE ESTÁN HACIENDO A LA POBLACIÓN. Esas cosas, aunque ellos no quieran o digan querer hacer proselitismo, son mensajes de “supuesta salvación” que puede seguir sí les apoyan. Eso se gana con acciones, más que con consignas que ya pasaron á pedantes clichés. Uno de ello, lo recurrente de decirnos pueblo, porque como muchos políticos, temen decirnos ciudadanos, dado a todo lo que ello conlleva.
La información: Efectividad y Traspiés.
La información de los sucesos se basó en la figura del gobernador de Aragua, Rafael Isea. Evidentemente, a parte de su deber, su influencia en el área militar le ayudaba a estar al tanto sin trabas. Poco a poco fue llevando la información y se sintió por instantes que se ganaba los puntos que sabe perdidos por su actitud arrogante y su aptitud sólo para lo que le conviene y a quienes les conviene.
Estuvo en todo instante en el sitio de los acontecimientos, eso nos tranquilizó ya que garantizaba que los funcionarios se movieran con prontitud. Gracias a ello ya para las 9:00am se hablaba de un 95% de dominio sobre el siniestro, cifra loable en ese tiempo.
Los medios oficiales del estado Aragua, Color TV y Color FM, sirvieron de señal matriz para las transmisiones. Luego fue VTV desde Caracas (algo incomprensible) de la cual se enlazaban las otras televisoras y radios. Todo estuvo muy bien hasta que comenzaron a llegar los opinadores y alabadores de oficio, cuyo discurro (el cliché) se transformaba en una mera inducción.
Un dato curioso: TRV, que es propiedad del gobernador en sociedad con el presidente de la Fundación Tigres de Aragua, Rafael Rodríguez Rendón, sólo se enlazó unos minutos, habló con su reportero que dijo mas o menos lo ya oído, no sin antes hacer énfasis con lo de las redes sociales y los PIN de BB (libreto, orden o punto para distracción de objetivo principal) por las supuestas falsas informaciones existentes.
Luego se ocuparon de transmitir “La Era del Hielo” por segunda vez, ya que la habían cortado a la mitad de la misma antes del avance.
Los oficialistas siempre han criticado que uno de los canales nacionales (Venevisión) colocó en 2002 en pleno 11 de Abril, cuando se sucedían los hechos en Miraflores, una comiquita de Tom y Jerry. ¿No es esto similar?.
Un periodista, al cual ya he mencionado en este blog, Luis Sánchez Ibarra, comentó un rumor al aire a través de ColorFM que de haber sido en una radiodifusora no alineada al gobierno, lo habrían puesto preso. Todo basado en comentarios de taxistas que le hablaron de sus sospechas por algo que vieron antes de las explosiones. Luego, él mismo se deslastró diciendo que era algo sin importancia.
Se aprovechó de que no hay grabación de ello, pero muchos lo escucharon. Así que sí se quiere ganar el Premio Nacional de Periodismo, tendrá que pedir que creen uno oficialista a “periodista de Ciencia Ficción y/o Laboratorista de Guerra Sucia”.
En lo que respecta a la tecnología, deploro totalmente que Digitel falló en la emisión de datos, SMS y llamadas. Cuando más se le necesitaba, no nos ayudó. Sólo Movistar y Movilnet funcionaron en mayor proporción. En ese instante nos hacía falta el apoyo y guía. Sí esto fue sólo para una ciudad, no quiero imaginar en algún evento nacional. Dios me permita jamás saberlo en ocasión de ello.
Lo positivo.
Vuelvo a reconocer que la intervención temprana de Rafael Isea (gobernador) desde el sitio del acontecimiento, fue positivo para la prontitud. No imagino el caso si él fuese opositor. Demostró don de mando, aunque el ocuparse en figurar le resta seriedad.
Protección Civil, Bomberos y Especialistas Militares. Más allá de sus vidas, está el deber. Esperemos que puedan seguir mejorando sus protocolos de respuesta y que su dotación no sea limitada a pocas ocasiones, sino continúa. Es mejor prevenir que lamentar, definitivamente.
Los medios oficialistas del Estado. Mientras informaron y no se jactaron u obligaron el enlace con las emisoras comunitarias ( a las cuales ni un centavo le aportan como ayuda), estuvieron a la altura de las circunstancias.
Quienes de buena fe dieron traslado a niños, ancianos y discapacitados en el éxodo obligado en sus vehículos, sin importar quiénes fueran. Vi esos casos y me siento optimista de quienes somos en realidad los venezolanos y en general, los seres humanos. Eso fue un golpe directo a los cernícalos que les comenté pensaban sólo en sí mismos, estando todos por igual en tal coyuntura.
Las redes sociales efectivas. En especial @MARACAYACTIVA y sus canales aliados. La información se divulgó con prontitud y yo no leí alteración o sabotaje mediático. Eso implica que las personas querían informar, ser informadas y en resumen, ser útiles a sus coterráneos.
Espero que las declaraciones del presidente de la República que se apersonó al lugar en la tarde noche, con respecto a la mudanza y mejoramiento del lugar, no quede en meras palabras.
La rapidez para armar los 3 refugios, baños portátiles y comida. Eso se llama efectividad y estudio.
Dolor y dudas
La señora Eveling Marrero, trabajadora de Color TV, falleció víctima de las explosiones, dejando 3 hijos en orfandad, caso muy lamentable y que nos hace preguntar ¿sí no somos un país bélico, por qué hay armas de guerra? ¿Es indispensable tenerlas?
¿Quedará esta historia como otro punto para hablar mal de quien se queje, en especial de quienes no colinden con el gobierno? (esto obvio porque ellos jamás se atreverían a levantar su voz n contra, más cuando tienen una nueva ley que se los prohíbe y castiga).
¿No podríamos ser como Costa Rica, que no tiene componente militar sino policial? Eso nos haría más seguros. Creo que hasta El Libertador Simón Bolívar aceptaría el cambio de milicia a policía, todo por el bien de Venezuela.
¿Sabremos aunque sea el 60% de la verdad de lo ocurrido?
¿Se acabarán los opinadores sin saber y de oficio; los brutos que gustan de los rumores para mantener una conflictividad a la cual queremos derrotar? Eso quizás se pueda lograr sí enseñamos a informar mejor y a denunciar a quien desee hacer daño, aunque sea nuestro padre o hijo.
¿Podremos perdonar que este error garrafal sucediera, no tanto al gobierno actual, sino a todos los que le dieron consecución a ese lugar de creación de armas?
¿Podremos perdonarnos de haber dicho la frase con que inicié este escrito “sí CAVIM vuela…” y ahora se esté transformando en un lamentable ¡ya se había dicho!?
¿Habrá mejoras en las oportunidades periodísticas para no cometer el error de una periodista (no supe de qué medio por oírla en radio en preguntas in situ, pero si no fue regañada y/o humillada, quizás era oficialista) que consultó al Gobernador si sabían qué había provocado ese suceso?. En descargo de él, sólo siendo adivino podía haber dicho esa respuesta, pero esa no sería respuesta válida por falta de pruebas.
Hay que mejorar las preguntas, que los nervios se transformen en ideas frías actuando en caliente.
¿No existirá problema con la recolección de artefactos, a la cual le temen y piensan que tomará meses? De corazón espero que no, en especial en manos de gente con falta confianza del “a mí no me sucede lo malo”, niños y peor, ladrones.
Espero que el trabajo conjunto de los militares especialistas y la ciudadanía consciente, informe y actúe con efectividad para que nada malo suceda. Así debe ser y confío en Dios, así será. Allí tiene cabida exacta quienes gusten del Periodismo Ciudadano, mientras no deseen ser héroes, sino ser personas correctas.
Epílogo
Luego de una mañana tensa, con sueño, informado más por Twitter, SMS y Facebook (los tres ajustados a hechos verificados y dichos por personas que vieron u oyeron de medios confiables, nada de improvisados) a las 2 de la tarde volvimos a casa.
Luego quedó agradecer el apoyo moral y de oración que mi TL me brindó en plena confusión. Repasar en mi mente todo lo acá descrito, evitar caer en denigrar, sacar conclusiones o propagar ideas que puedan ser tomadas como subversivas, ya que esta no es la coyuntura, ni es mi ideal de vida.
Periodista que no informe, eduque y entretenga, trabaja sólo para sus intereses y pone a las personas en último lugar.
Gracias por su atención, presento mis disculpas sí esto no fue lo que esperaban leer.
Imágenes: José Luis Fernandes (fotógrafo aficionado)