Ramón Muchacho para Periodistech
@ramonmuchacho
Las elecciones presidenciales del 7 de Octubre van, con Chavez o sin él.
El futuro de nuestro país no puede depender de la salud de un hombre sino de nuestras instituciones (aún maltrechas), leyes (aún maltrechas!), y de la voluntad mayoritaria que los venezolanos expresarán el 7 de Octubre.
Esa debe ser, y en efecto es, nuestra línea oficial. O por lo menos es la línea de Henrique Capriles y del Comando Venezuela ya que, lamentablemente, no podemos descartar que haya algunos factores minoritarios en la oposición que acaricien la idea de pactar con el oficialismo para diferir las elecciones en el caso, cada vez más probable, de que Chavez no pueda ser candidato. Sobre ésto les escribo otro día...
De manera que en el país no está planteada, ni es necesaria, una discusión sobre la fecha de las elecciones. Nos limitamos a defender y exigir la realización de las mismas en la fecha anunciada.
Pero la discusión que sí debe darse en voz alta, en el oficialismo, es si el estado de salud de Chávez le permitirá ser candidato, y cómo escogerían a su candidato para el 7-O en caso de no ser Chávez.
Esa es una discusión en la que nosotros en la oposición no debemos gastar mucho tiempo para no alejarnos de los temas centrales de la campaña presidencial (la agenda social: misiones, empleo, educación, seguridad, etc.).
Pero el oficialismo sí está obligado a discutir qué van a hacer sin Chavez candidato, aunque Chavez trate de impedirlo.
Y en el PSUV hay factores que están tratando de forzar esa discusión ahora mismo, aun en contra de la voluntad de Chavez. Castro Soteldo fue vocero de esos factores cuando dijo lo que dijo en un acto público con periodistas.
Y es bueno que Castro Soteldo haya abierto el debate públicamente. Ojalá no lo sancionen por ello. Afortunadamente para él, tiene poderosos padrinos en el PSUV que lo protegen y que quieren forzar el debate público.
Lo que más conviene a la tranquilidad del país es que el oficialismo dé esta discusión y elabore una hoja de ruta creíble para el 7-O, que les ayude a reducir la incertidumbre que los agobia y los aleje de malas tentaciones.
@ramonmuchacho
Las elecciones presidenciales del 7 de Octubre van, con Chavez o sin él.
El futuro de nuestro país no puede depender de la salud de un hombre sino de nuestras instituciones (aún maltrechas), leyes (aún maltrechas!), y de la voluntad mayoritaria que los venezolanos expresarán el 7 de Octubre.
Esa debe ser, y en efecto es, nuestra línea oficial. O por lo menos es la línea de Henrique Capriles y del Comando Venezuela ya que, lamentablemente, no podemos descartar que haya algunos factores minoritarios en la oposición que acaricien la idea de pactar con el oficialismo para diferir las elecciones en el caso, cada vez más probable, de que Chavez no pueda ser candidato. Sobre ésto les escribo otro día...
De manera que en el país no está planteada, ni es necesaria, una discusión sobre la fecha de las elecciones. Nos limitamos a defender y exigir la realización de las mismas en la fecha anunciada.
Pero la discusión que sí debe darse en voz alta, en el oficialismo, es si el estado de salud de Chávez le permitirá ser candidato, y cómo escogerían a su candidato para el 7-O en caso de no ser Chávez.
Esa es una discusión en la que nosotros en la oposición no debemos gastar mucho tiempo para no alejarnos de los temas centrales de la campaña presidencial (la agenda social: misiones, empleo, educación, seguridad, etc.).
Pero el oficialismo sí está obligado a discutir qué van a hacer sin Chavez candidato, aunque Chavez trate de impedirlo.
Y en el PSUV hay factores que están tratando de forzar esa discusión ahora mismo, aun en contra de la voluntad de Chavez. Castro Soteldo fue vocero de esos factores cuando dijo lo que dijo en un acto público con periodistas.
Y es bueno que Castro Soteldo haya abierto el debate públicamente. Ojalá no lo sancionen por ello. Afortunadamente para él, tiene poderosos padrinos en el PSUV que lo protegen y que quieren forzar el debate público.
Lo que más conviene a la tranquilidad del país es que el oficialismo dé esta discusión y elabore una hoja de ruta creíble para el 7-O, que les ayude a reducir la incertidumbre que los agobia y los aleje de malas tentaciones.
