Rapidito y sin mucho aspaviento. Cuando tú estás en un empleo, echándole pierna para figurar y demostrar que eres una persona confiable, que se ha empapado y capacitado para un puesto, que sientes merecerlo y que quienes te conocen expresan de manera objetiva, de primeras tu sueño es ser tomado en cuenta, por ello y las evaluaciones finales para subir de puesto.
Pero, ¿cómo te sentirías si el dueño o uno de los chivos meten a un hijo, sobrino o una amiguita bien buena, que nada saben pero por ser fácilmente manejables y quizás por un lazo de adhesión, les conviene más?.
Estoy seguro que te destruiría y perderías las ganas de todo. Más cuando te formaste y no merecías ello.
Algo así y hasta en grado superlativo ocurre para las gobernaciones. En algunas hicieron méritos (y/o los perdieron, pero allí dieron la pelea) y en otras llegaron los títeres a cumplir órdenes, sin el sentido de propiedad, mérito, viviendo el Estado y a su gente, su deporte, cultura y hasta los huecos en las calles o el lugar de la comida casera más sabrosa.
Eso es quitarle el esfuerzo y valor a quien de verdad lo merece. Piensa en cómo te sentirías y aplícalo en otros. No se pierde jamás un voto pensado y sentido, sea cual fuere la suerte del candidato. El voto que se pierde, es el que se vende, que no se piensa, que se llena de burla y rencor, como si en tú trabajo votaran por botarte por mostrarte bueno, eficaz y decente luego de todo lo que hiciste, llamándote jalabola, forma injusta de decirte por hacer el bien para ti, los tuyos, tu lugar de trabajo y mantener la armonía.
Tú, Yo, el voto sentido y merecido...piénsalo.
Pero, ¿cómo te sentirías si el dueño o uno de los chivos meten a un hijo, sobrino o una amiguita bien buena, que nada saben pero por ser fácilmente manejables y quizás por un lazo de adhesión, les conviene más?.
Estoy seguro que te destruiría y perderías las ganas de todo. Más cuando te formaste y no merecías ello.
Algo así y hasta en grado superlativo ocurre para las gobernaciones. En algunas hicieron méritos (y/o los perdieron, pero allí dieron la pelea) y en otras llegaron los títeres a cumplir órdenes, sin el sentido de propiedad, mérito, viviendo el Estado y a su gente, su deporte, cultura y hasta los huecos en las calles o el lugar de la comida casera más sabrosa.
Eso es quitarle el esfuerzo y valor a quien de verdad lo merece. Piensa en cómo te sentirías y aplícalo en otros. No se pierde jamás un voto pensado y sentido, sea cual fuere la suerte del candidato. El voto que se pierde, es el que se vende, que no se piensa, que se llena de burla y rencor, como si en tú trabajo votaran por botarte por mostrarte bueno, eficaz y decente luego de todo lo que hiciste, llamándote jalabola, forma injusta de decirte por hacer el bien para ti, los tuyos, tu lugar de trabajo y mantener la armonía.
Tú, Yo, el voto sentido y merecido...piénsalo.
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