Parece que mentir se hizo el entretenimiento nacional. Y ya no es exclusivo de los políticos y de la gente infiel. Es propio de quienes quieren vivir una sofisma en pro de sentirse aliviados, que el mundo real les sea lejano, que es así como su casa mental se mantendrá en paz y podrá afrontar y confrontar el día a día de un país que socioeconómicamente se desmorona en pedazos caídos por barbaridades que ni el más dantesco de los escritores podría plasmar en un libro de terror.
Muy especialmente en redes sociales vemos cómo las mentiras se hacen en base a comparaciones por las actitudes y aptitudes de los pueblos sin el más mínimo análisis, sino desde lo más visceral o como quieren escudarlo ahora "agallas, bolas, ovarios bien puestos"; no notan el trasfondo, el génesis, los actores, el blindaje que han creado los malos en torno a su protección, alabanza, difusión y ataque para así obtener prebendas, vivir como magnates y aún así, mostrarse como las víctimas que no son.
Hay países donde las protestas, las negociaciones, las elecciones, el encarar desde los parlamentos, la intercesión de la ONU, OEA, El Vaticano, etc., han dado frutos luego de bastante tiempo. Y con el poder ciudadao en las calles. Más la gente no quiere entender que donde se ha logrado, no hay fuerzas de choque, gente que es capaz de vender a su propia familia, una justicia vendida, una actitud altanera, una alabanza a la figura del yo, un paternalismo de Estado bastante enfermizo y populista y un uso comunicacional que ha lavado la psiquis a través del estómago y del abuso al mass media, basado en mentiras, mentiras y más mentiras.
Entonces a ese momentó de mentiras la gente se miente más, creyendo que todo es fácil, que se resuelve con sangre (ajena) y que sí en otro lado se pudo con un sistema, acá va a funcionar. Nunca recuerdan que allá al menos tratan con seres que cayeron solos en la corrupción o su entramado en un círculo como en un clan familiar, pero en Venezuela la pudrición cubre a todos los Estados porque proviene del Estado y es amparada desde otros países, otros medios y demás manipuladores, testaferros y alcahuetes.
Acá hay que desandar todo y volverlo a hacer con material nuevo y eso toma tiempo y es una gran mentira creer que ésto es para aplicar las mismas recetas que en otros países. El gusto de los mentirosos es el de la sangre y el absurdo. Sí usted no gusta de ambos, pues entonces no lo aúpe.
Estamos mal, Venezuela está muy mal. Y todo se está moviendo en las grandes ligas para que salgamos lo menos mal posible, que no es más que salir del cáncer que corroe al país en lo sociopolítico. Luego de ello es que se irá depurando todo. Y podemos comenzar no cayéndonos a mentiras ni queriendo hacer caer a otros ni permitir que nos envuelvan, la calma, cordura, paso a paso con más fuerza, rapidez y unión es lo que nos va a librar de éste mal, amén.
Quien te dé salidas fáciles, nunca te querrá (así dicen nuestros papás, y aplica a la vida que estamos pasando en lo nacional). Una gran verdad, es que hay otros resolviendo ese problema del país, pero su paga es la que nos saldrá cara. Y verdaderamente que por igual nos recuperaremos, sí no nos mentimos.
Lcdo. Argenis Serrano - Twitter: @Periodistech
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