Héctor Alonso López
Dos fechas nefastas en la
desbarajustada economía venezolana. El viernes negro del 18 de febrero de 1983
y el viernes rojo del 8 de febrero del 2013.
Hoy aprovechándose de un
moribundo Presidente que ausente de facultades de legitimidad para ejercer su
cargo por razones conocidas, y creyendo que por tener la más alta votación le
garantiza un eficiente ejercicio del poder.
Hoy carga a los hombros de
las grandes mayorías que les entregaron el poder la inmensa carga de la deuda y
los graves desajustes fiscales de la nación. Aparecían como los vengadores
frente a las injusticias del pasado y hoy le han mentido descaradamente a
nuestro pueblo, cuando precisamente devalúan nuestra moneda con un ingreso
monumental, donde el barril de petróleo cuesta 106 $ y el presupuesto del
ejercicio fiscal lo han elaborado con un barril de petróleo calculado en 55 %.
Esta devaluación de 45 %
reduce a la mitad el poder de compra de todos los venezolanos, pero con mayor rigor
contra los pobres. No pueden venir con el argumento de que los pobres no viajan
al exterior y no necesitan dólares, pero ese menosprecio a nuestra gente
humilde, nos obliga decir que como importamos todo lo que consumimos, eso
cuesta dólares y eso se transfiera al consumidor venezolano.
El Estado, "este que
tenemos" ya no tiene más capacidad para subsidiar y nos meten la mano en
el bolsillo para seguir corriendo un arruga que ya está que revienta y mucho
más cuando saben que Hugo Chávez, ya no regresará más a la Presidencia de la
República.
Exijo como ciudadano que
el Vice Presidente de la República que se abroga la representación del poder
ejecutivo, convalidado por el TJS, de una explicación convincente en cadena
nacional de la decisión que se ha tomado de devaluar el bolívar, pues si fue
capaz abusivamente de hacer una cadena para explicar una estúpida propiedad de
una gorra, moralmente, está obligado a explicarnos una medida que afecta el
nivel de vida de los venezolanos.