Cuando niño, vi por Radio Caracas Televisión una comiquita con corte educativo un día de Navidad. Trataba sobre un mago maligno que se buscó un entenado. No, no sé el nombre de la obra.
Pero sí recuerdo que iba algo así. El joven era muy humilde y buscaba ayuda para su familia y el mago lo consiguió deambulando. Le preguntó ¿sabes leer y escribir? a lo que el chico respondió ¡sí! El mago se volteó y se fue y el chico por la suspicacia se fue tras él preguntándole, señor ¿por qué se aleja?, ¡porque me dijiste que sabes leer y escribir! -respondió el mago malo-.
El chico rápida y astutamente ripostó, ¡oh noble señor, disculpe usted pero yo entendí que me había preguntado si sabía ver y describir, cosas que sí sé, pero eso que me dice, no me fue inculcado!
El mago lo aceptó como su asistente. El chico en su castillo día a día se escapaba a leer los tratados mágicos que el mago poseía, aprendiendo de ellos para combatirlos y rescatar a una noble sirvienta que estaba con el mago. Su aprendizaje, astucia y valentía le ayudaron a vencer al mago y liberar a la chica y la comarca.
Traigo a colación esta historia porque siempre me quedó la enseñanza de que quien ve y presta atención, puede usar la palabra o el lenguaje no verbal para describir. Y aún más, la palabra escrita, la danza, el canto, la declamación, poesía, pintura, escultura, humor, predicas, oratoria, la tecnología, el nado, etc. Todo está en ser honesto con lo que ves e imprimirle tu identidad.
La creatividad es un poder y por ende, una responsabilidad. La misma es promoverla, educar con el ejemplo o la formación; permitir que las personas que de una u otra forma entren y salgan en tu vida, se empapen de tu esencia y que la misma sirva para otros así sea más allá de los llamados 6 grados de separación.
"A veces vemos, pero no observamos", decía Sir Arthur Conan Doyle a través de su personaje mítico Sherlock Holmes. Y si aprendemos ello, no podemos limitar lo que podemos ofrecer a los demás.
Es claro que se unen los demás sentidos, las emociones y las virtudes, pero por algo debemos empezar. Yo hago votos por ver y analizar, siempre pensdando en frío, actuando en caliente, para que nuestros aportes no tengan consecuencias adversas para los demás a la par de nosotros. Equidad como resultado, pues.
No se queden con las ideas y opiniones, expónganlas y vayan mejorándolas, para que sirvan para sí mismos y para otros. Aprendan a combatir al mal de él mismo, que sea su propio bien e identidad el escudo para no contaminarse.
Yo he aprendido en estos días que hay muchísima gente y cosas por quienes sí luchar, compartir, apoyar y creer en un mejor futuro, en la humanidad y en el desarrollo social luego de este bache histórico donde caímos. Por eso tengo más y mejores razones para escribir en la 2.0...y hacer en la vida real.
Y sí ustedes hacen un fiel test de sus vidas, verán que estarán iguales. El bien siempre ha vencido.
Pero sí recuerdo que iba algo así. El joven era muy humilde y buscaba ayuda para su familia y el mago lo consiguió deambulando. Le preguntó ¿sabes leer y escribir? a lo que el chico respondió ¡sí! El mago se volteó y se fue y el chico por la suspicacia se fue tras él preguntándole, señor ¿por qué se aleja?, ¡porque me dijiste que sabes leer y escribir! -respondió el mago malo-.
El chico rápida y astutamente ripostó, ¡oh noble señor, disculpe usted pero yo entendí que me había preguntado si sabía ver y describir, cosas que sí sé, pero eso que me dice, no me fue inculcado!
El mago lo aceptó como su asistente. El chico en su castillo día a día se escapaba a leer los tratados mágicos que el mago poseía, aprendiendo de ellos para combatirlos y rescatar a una noble sirvienta que estaba con el mago. Su aprendizaje, astucia y valentía le ayudaron a vencer al mago y liberar a la chica y la comarca.
Traigo a colación esta historia porque siempre me quedó la enseñanza de que quien ve y presta atención, puede usar la palabra o el lenguaje no verbal para describir. Y aún más, la palabra escrita, la danza, el canto, la declamación, poesía, pintura, escultura, humor, predicas, oratoria, la tecnología, el nado, etc. Todo está en ser honesto con lo que ves e imprimirle tu identidad.
La creatividad es un poder y por ende, una responsabilidad. La misma es promoverla, educar con el ejemplo o la formación; permitir que las personas que de una u otra forma entren y salgan en tu vida, se empapen de tu esencia y que la misma sirva para otros así sea más allá de los llamados 6 grados de separación.
"A veces vemos, pero no observamos", decía Sir Arthur Conan Doyle a través de su personaje mítico Sherlock Holmes. Y si aprendemos ello, no podemos limitar lo que podemos ofrecer a los demás.
Es claro que se unen los demás sentidos, las emociones y las virtudes, pero por algo debemos empezar. Yo hago votos por ver y analizar, siempre pensdando en frío, actuando en caliente, para que nuestros aportes no tengan consecuencias adversas para los demás a la par de nosotros. Equidad como resultado, pues.
No se queden con las ideas y opiniones, expónganlas y vayan mejorándolas, para que sirvan para sí mismos y para otros. Aprendan a combatir al mal de él mismo, que sea su propio bien e identidad el escudo para no contaminarse.
Yo he aprendido en estos días que hay muchísima gente y cosas por quienes sí luchar, compartir, apoyar y creer en un mejor futuro, en la humanidad y en el desarrollo social luego de este bache histórico donde caímos. Por eso tengo más y mejores razones para escribir en la 2.0...y hacer en la vida real.
Y sí ustedes hacen un fiel test de sus vidas, verán que estarán iguales. El bien siempre ha vencido.