Este año 2016 que ya se
va, afortunadamente decimos muchos, ha sido especialmente duro para Venezuela.
Vayan mis respetos y presento mis disculpas a lectores de otras latitudes si lo
que acá digo contraviene o no expresa con exactitud lo que ustedes para mal,
vivieron. Trataré de ser justo, aunque es difícil congeniar con todos.
En
2016 se perdió… el respeto a la figura del Presidente,
gracias a él mismo.
En
2016 se perdió… el miedo a cacerolear y criticar de frente
al Presidente.
En
2016 se perdió… tiempo en colas por comida que no llegaba.
En
2016 se perdió… tiempo en colas por comida que era
insuficiente para quienes la misma hacían o era demasiado cara.
En
2016 se perdió… el respeto a la propiedad ajena.
En
2016 se perdió… el razonamiento y foco de quienes son los
enemigos del pueblo, los que alebrestan, los que hostigan y mienten.
En
2016 se perdió… vidas de niños y niñas por falta de
alimentos, medicinas y buenos centros de salud.
En
2016 se perdió… el razonamiento de lo que debe y puede
hacer la Asamblea Nacional (facultades, limitantes, separación de poderes).
En
2016 se perdió… más de la diplomacia, permutándola por
pensar en política con bilis y no con materia gris.
En
2016 se perdió… la oportunidad de hacer una mejor
televisión (salvo muy escasas excepciones).
En
2016 se perdió… el chance de hacer mejor radio, más
humana.
En
2016 se perdió… el verdadero valor de la moneda y la lucha
por la moneda nacional.
En
2016 se perdió… la guerra contra el dólar paralelo, mismo
que no debería existir, pero los errores y necesidades lo siguen haciendo
necesario.
En
2016 se perdió… vidas a cambio de autos, celulares, bolsas
de mercado, colas para depositar billetes que a la larga fueron inútiles, casi
tanto como el inútil que decretó la recogida bruta y abrupta de billetes de
100.
En
2016 se perdió… el carnaval, la Semana Santa, la Navidad.
En
2016 se perdió… un montón de medios impresos a los que no
les venden papel por no ser genuflexos.
En
2016 se perdió… el crecimiento y mantenimiento
tecnológico.
En
2016 se perdió… el gusto de darse un gusto.
En
2016 se perdió… el
respeto por quien lucha por sonreír y mantener vivas las tradiciones y
momentos, por culpa de amargados anónimos que exigen te amargues como forma de
combate.
En
2016 se perdió… parte del respeto por la Mesa de la Unidad
Democrática, por querer diplomacia en vez de buscar muerte, sangre y alimentar
de verdad al régimen que sí se alimenta de odio y no de los movimientos
pausados pero firmes.
En
2016 se perdió… algo de calle y presión. Error que hay que
perder.
En
2016 se perdió… el compartir, cambiado por un personalismo
que roza con el egoísmo y un falso sentido del instinto de supervivencia.
En
2016 se perdió… algunas oportunidades puntuales, que se
pueden recuperar sí se analizan y se comulga entre todos.
En
2016 se perdió… el rumbo de los opositores radicales, mismo
que o retoman en 2017 o serán divisores en las elecciones y actos futuros,
enterrándose con ellos.
En
2016 se perdió… el respeto por los poderes del Estado que
presentan cualquier maraña para descartar todo lo bueno y aupar, vanagloriar y
premiar a todos los malos.
En
2016 se perdió… el miedo a informar por las redes. Sólo
falta el ser más realista con lo que ocurre y no relatar lo que los demás
quieran leer, ver u oír, sino lo que deben.
En
2016 se perdió… más de una vida útil y apenas, un par de
dictadores murieron (balance muy injusto).
En
2016 se perdió… el poder comunicacional del bando
gubernamental, del opositor y de los no alineados con ambos, éstos últimos
queriendo pescar en río revuelto, lo que generaban era confusión y repulsión
hacia sus intenciones.
En
2016 se perdió… más de un lugar para hacer humor, teatro,
danza, canto, porque la discriminación llegó a la cultura, que debe estar
supeditada a las órdenes del régimen o no se expresa.
En
2016 se perdió… el valor de grabar canciones que unan,
sólo grabando groserías, banalidades y temas sosos.
En
2016 se perdió… el falso poder que tenía maduro, que desde
el 10 de enero de 2017 estará guindando con su propio séquito que lo
defenestrará para ellos obtener el poder.
En
2016 se perdió… las elecciones regionales, mismas que hay
que recuperar y recordar que es más fácil criticar y hacer trabajar a un
opositor que a un madurista; y que hay que socavar el poder desde todo flanco,
en especial en cada uno de nuestros Estados, para tener un poco de la paz
perdida. 20 Estados ganados, dan confianza para ganar al país que secuestraron
en Miraflores.
Perdimos mucho en 2016, y
aunque crean que se perdió la fe y la esperanza, mentira, sí usted llegó a
sonreír por algo, fue útil, no se vendió, no hizo nada anárquico, presentó
disculpas, abrazó, besó, habló, compartió, vio buenas acciones en los demás,
pues allí vio esperanza, porque sí bien el mal tiene poder, serán cada vez
menos sí les quitamos espacio.
Dios hace las cosas en el
momento justo y nos pide ayudarnos para Él ayudar. Hay que darle la mano no
siendo como los maduristas que criticamos, no dándole chances a los malos y
dejando el temor o el yo no puedo ni quiero, que tanto alimenta a los malignos
rojos.
Y decir con emoción,
Venezuela es MI PAÍS y es tan bueno, que debo ayudarlo quitándole chance a los
malos.
Hagan su Año Feliz.
Saludos y gracias por leerme.
Lcdo.
Argenis Serrano
C.N.P.
22.232