Autor: Jesús "Chúo" Torrealba - Periodista y Promotor Social.
A diferencia del Presidente Pepe Mujica, no nos referimos a las facultades mentales del ciudadano Maduro Moros, las que pueda tener; Al hablar de “juicio” tampoco nos referimos a ninguna querella judicial, como la que enfrentan sus sobrinos más famosos en un tribunal de Nueva York o como la que -según algunos- le espera a él mismo en La Haya; Al afirmar que “Maduro perdió el juicio” nos referimos al llamado “juicio de la historia”, a la forma como el tiempo pone las cosas en su lugar y permite a individuos y pueblos tener la perspectiva adecuada para hacer evaluaciones y emitir veredictos.
Generalmente eso requiere que el paso de los años suavice aristas y aclare miradas. Pero el tiempo ya ha pasado: Maduro es el eslabón ¿final? de una larga cadena destructiva que ha colocado al pueblo venezolano frente a la peor crisis que hayamos vivido desde el siglo XIX hasta nuestros días.
DE LA HISTORIA A LA HISTORIETA
Esa es una verdad inmensa… que le dice muy poco a la mayoría. En primer lugar, porque no hay un venezolano vivo que tenga memoria personal de los horrores de nuestro siglo XIX; En segundo término, porque la historiografía tradicional redujo el siglo XIX a una sucesión de batallas y una retahíla de presidentes que sólo el “caletre” podía rescatar del olvido. Desde finales del siglo XX hasta lo que va del XXI la situación empeoró, porque la historiografía chavo-madurista transformó el relato de nuestro siglo XIX no ya en un reduccionismo político-militar sino en una historieta, un cuento de “buenos” y “malos” según el cual Bolívar era el “bueno-buenísimo” y Páez era el “malo-malísimo” y Zamora, el dueño de esclavos, un supuesto “General de hombres libres”…
EL CHAVO-MADURISMO, ANACRONISMO LETAL
Por eso, hoy la mayoría de los venezolanos ignora que la Venezuela del Siglo XIX era un país hambriento, con el campo abandonado porque los brazos que lo cultivaban habían sido arrastrados al huracán de las guerras civiles; Pocos saben que la Venezuela del Siglo XIX estaba endeudada hasta la coronilla, llegando incluso a la humillación de ser bloqueada a principios del siglo XX cuando potencias extranjeras intentaron cobrar sus acreencias a cañonazos; Muchos ignoran que en la Venezuela del Siglo XIX diversas epidemias (paludismo, fiebre amarilla, tuberculosis, sarampión, lechina) diezmaban a la población; Muchos sencillamente no saben que la Venezuela del Siglo XIX vivía envuelta en sucesivas crisis políticas porque cada cierto tiempo el gobernante de turno se empeñaba en cambiar la Constitución para extender su permanencia en el poder, originando así inestabilidad y caos que a su vez profundizaban el desastre económico y la anomia social…
LA MÁQUINA DEL TIEMPO…
¿Qué esa Venezuela horrenda del siglo XIX se le parece mucho a la Venezuela hoy desgobernada por Maduro? ¡Es inevitable! A nuestro país volvieron las enfermedades y hambrunas del pasado porque ya habían vuelto los vicios políticos de ese mismo pasado atroz, el caudillismo y el militarismo. El “Socialismo del Siglo XXI” es el retorno a lo peor del Siglo XIX: Al destruir a la clase media, acabar con el aparato productivo privado, desmantelar PDVSA, implosionar la CVG, destruir las redes de servicio público en salud y educación, pervertir los cuerpos de seguridad del Estado y transformar la Fuerza Armada en apéndice militar del proyecto político gobernante, el chavo-madurismo destruyó los logros de la Revolución Democrática que en apenas 40 años del siglo XX hizo de Venezuela un país moderno; Al subordinarse políticamente a Cuba, al hipotecarse económicamente a China y hacerse dependiente militarmente de Rusia, el chavo-madurismo acabó con la única conquista trascendente del siglo XIX venezolano, la independencia política.
15 DE OCTUBRE: VOLVER AL FUTURO
Esa es la desgracia que hoy combate la inmensa mayoría del pueblo venezolano, votando el próximo domingo 15 de Octubre por las tarjetas que tengan la cara y el nombre de los candidatos que ganaron las primarias de la Unidad. Es inmenso el reto que enfrentamos: Frente al régimen promotor de la abstención, la confusión y el voto nulo, en coreografía con la plutocracia que también propicia la abstención y la victoria madurista por “forfait”, la mayoría de los ciudadanos demuestra tener más convicción democrática que algunos de sus dirigentes y se apresta a barrer con el voto mayoritario ambos mitos: El del poder madurista y el de la plutocracia abstencionista.
64 % DECIDIÓ VOTAR: ENCUESTA RATIO-UCAB
Efectivamente, según el estudio “Asesor País” correspondiente a Septiembre 2017 de la encuestadora RatioUcab, 64% de los consultados manifestó que “con toda seguridad voy a votar” y 4% afirmó que “creo que si voy a votar”, con lo que casi 70%, es decir, 7 de cada diez venezolanos, manifestó disposición positiva a concurrir a las elecciones regionales, una cifra de participación muy superior al histórico en elecciones no presidenciales.
El coordinador de este estudio, sociólogo Luis Pedro España, precisó que al desagregar las respuestas por estratificación social se encontró una mayor disposición a votar en los sectores populares. Dato relevante para los que creen que “la calle” es la Plaza Altamira o la autopista frente a Bello Monte…
RÉGIMEN “RETRO”, CIERTA OPOSICIÓN “VINTAGE”
“Cuando nos referimos a retro, se trata de objetos que evocan al pasado… que emplean la estética de otra época tratando de apelar a nuestra nostalgia”, nos dice Wikipedia. Mejor definición imposible para un régimen que, como el de Maduro, para manipular “apela a la nostalgia” de sus seguidores haciendo uso y abuso de la imagen y el discurso de su líder fallecido. También nos dice la enciclopedia en línea que “el vintage (dar nuevos usos estéticos a objetos o prendas del pasado) es producto de la pérdida de fe en el progreso y el desencanto del motor de la innovación”, lo cual retrata a cierta oposición que en vez de superar el modelo caudillista del chavismo lo imita, y en vez de oponerse a su estética violenta la reproduce y transmuta en “épica”.
MADURAR SI, “MADURIZARSE” JAMÁS…
Estas reflexiones sobre el pasado disfrazado de futuro y el presente embadurnado de pasado son hoy absolutamente pertinentes. Ya en 1998 unos sujetos, por tener pocos años, estafaron al país al presentarse como “la juventud militar”, cuando en realidad eran la reencarnación de los peores vicios del siglo XIX, época a la que quisieron regresarnos. Hoy Venezuela esta más madura, más consciente. Ya sabemos que lo moderno es la democracia y que el caudillismo es lo viejo que hay que superar, sea cual sea la edad cronológica del aspirante a caudillo.
Por eso vamos a votar por los candidatos de la Unidad que ganaron las primarias en cada estado: Porque no queremos sustituir a unos mesías por otros, sino abrir paso a la reconstrucción de instituciones democráticas al servicio de la gente. Por eso votaremos y seguiremos muy atentos, porque el 15-O derrotaremos a los candidatos de Maduro… y luego, si hace falta, enfrentaremos y derrotaremos a todo aquel que, en vez de madurar, se “madurice”. Exactamente así son las cosas ¡Pa' lante!