CHINA Y VENEZUELA
Mucho se ha comentado de
los cambios por adaptabilidad que está teniendo China para adecuarse al cambio
climático en el cual estarán inmersas las nuevas generaciones que se verán, al
menos en ese país, afectadas por crecidas de mareas y además los
desplazamientos submarinos que son provocados ya sea por la influencia lunar
como por volcanes en el fondo del mar y en la tierra, como ya se ha visto en
las última semanas.
Su visión está más allá de
ser ciudadanos del mundo, sino ser habitantes del mundo. Ellos agotaron 2.500
apellidos únicos, saben que no deben agotar a las personas, ni siquiera a las
que explotan en fábricas porque ese recurso también se les agotará.
La migración china antes
era espontánea, luego controlada por las mafias y ahora por el gobierno chino. Saben
que deben desplazar a sus coterráneos y que éstos garanticen con sus acciones
que China sea capitalista en un halo comunista que occidente parece no
entender.
Y no lo entiende porque
ávida de inversiones, se deja seducir por ella. Y en el caso de Venezuela,
maniatar. El entreguismo servil de nicolás maduro a China, Rusia y Turquía es
tan pernicioso como el hecho a Cuba, pero más sedicioso porque entrega a los
valores de nuestra tierra tan sólo por un poder que es una falacia en él y no
tanto en su séquito.
China
ya está aquí
La realidad es que los
chinos están metiéndose en Venezuela de 3 maneras. La primera, siendo los
cobradores de una deuda que la Asamblea Nacional no acata y que pagamos en cada
instante de hiperinflación, por las medidas de maduro que buscan complacer a
sus amos chinos y tratar de contener al grupo que no es querido por el eje
rojo, liderado por diosdado; la segunda, con inversiones reales, como el tren
del centro del país, la dominación de Venalum y otras empresas; la tercera, de
la forma psicológica, cambiando gradualmente nuestro estilo de comprar,
preparándonos para ser ellos lo que eran los productos americanos hasta hace
unos años y que éstos, sean considerados esos terribles productos hechos en
China de esos tiempos.
Note usted en el centro de
su ciudad, en las urbanizaciones y barrios un progresivo y feroz boom de
tiendas de productos de higiene chinos. En locales grandes, han hecho
divisiones para poner en modo inversor a chinos que ya estaban aquí y deseosos
de irse del país; los han obligado a quedarse ofreciéndoles créditos entre
ellos mismos, con mercancías a concesión, asegurándoles que Venezuela será la
tierra prometida que ellos creían.
Tal aseveración nos explica
la férrea reacción de China para dominar al país, que sólo la AN puede combatir
junto a los medios libres y a los partidos políticos que sepan de geopolítica y
no de “bolas y ovarios en Twitter”.
La inducción psicológica
está en traer productos chinos que se realizan en plantas de Brasil, Guyana,
Argentina y Ecuador que llegan a Venezuela vía terrestre por el sur, muy pocos
en barcos (como pueden ver en las páginas de rastreo de nuestros puertos).
Pasamos así del “Ariel” al
“Airiel”, del “Ace” al “Acces”, de la “Colgate” a la “Colgadent”, usando los
mismos colores en el empaque, algo que otrora el chavismo sancionaba a través de
Procompetencia, del Ministerio de Producción.
También en accesorios para
el hogar, celulares, autos, China se está metiendo de lleno al suplir las
faltas que tiene los productos –disculpando la expresión-, nos criaron.
Para el venezolano de a
pie, de la frustración, la duda, la broma, ya ha pasado a la adecuación y
aceptación de esos productos, resignado no tanto a ello, sino a la duda de que
la situación país cambie. China lo ha sabido hacer, se metió en el ánimo e
identidad del venezolano y lo está dominando.
De fuentes de empleo están
pasando a ser fuentes de dominación. Están en todo lo que pueden aprender. Ya hay
locales de comida criolla regentados por asiáticos, así como vendedores de
chicha andina y panaderos.
Para nada creemos en
xenofobia ni vulneramos sus derechos a cohabitar, compartir, laborar, crecer. Quizá
ellos también son peones en este ajedrez del gobierno chino donde usan a maduro
no como un caballo, sino como un burro. Y en el tablero hay alguien más
aconsejando jugadas, Rusia.
Ya se habla de carros
rusos (malos recuerdos con el Lada), al igual que el retorno de las motos
chinas. Quieren dominarnos, quitarnos los valores económicos y a su vez, la
identidad, pasiones, gustos, capacidad de elegir. Todo por el bolsillo, la
costumbre y en lo que nos gusta, así no seamos amigos, nos ponen a bailar su
son.
Lcdo.
Argenis Serrano - @Periodistech