Cuando Rafael Isea se inscribió oficialmente a candidato para la Gobernación de Aragua en 2008, en agosto, se encontraba con él Carlos Escarrá, que había sido candidato en unas especies de primarias a la gobernación meses antes y luego quedó como dirigente del PSUV para esta área.
Cuando Rafael iba a hablar a la prensa, él -Carlos- lo detuvo para que los periodistas (entre los cuales me encontraba para ANTV) le tomaran la foto. Se colocó de lado y con mucho esfuerzo creó una mueca que imitaba sonrisa, toda una pose que sus ojos contradecían.
Allí ratifiqué el poder de una sonrisa, que delata el bien y el mal de una persona. Por mucho que se finja, las costuras se caen. Hasta los artistas saben sacar la original porque entienden que fingirla no transmite y los destruye.
Si así era para una sonrisa ¿cómo no era para la vida?. Hasta faltaba la sonrisa de familia, con su hermano Hermán que hoy está arrepentido de la separación, una sonrisa que él tampoco podrá sacar, un dolor que queda.
Entiendan la sonrisa, entenderán al político. Hasta Chávez sabe bien sonreír, no lo mismo que Diosdado y José Vicente. Menor Iris Valrera que de hacerlo, se le partiría la quijada.
Cuando Rafael iba a hablar a la prensa, él -Carlos- lo detuvo para que los periodistas (entre los cuales me encontraba para ANTV) le tomaran la foto. Se colocó de lado y con mucho esfuerzo creó una mueca que imitaba sonrisa, toda una pose que sus ojos contradecían.
Allí ratifiqué el poder de una sonrisa, que delata el bien y el mal de una persona. Por mucho que se finja, las costuras se caen. Hasta los artistas saben sacar la original porque entienden que fingirla no transmite y los destruye.
Si así era para una sonrisa ¿cómo no era para la vida?. Hasta faltaba la sonrisa de familia, con su hermano Hermán que hoy está arrepentido de la separación, una sonrisa que él tampoco podrá sacar, un dolor que queda.
Entiendan la sonrisa, entenderán al político. Hasta Chávez sabe bien sonreír, no lo mismo que Diosdado y José Vicente. Menor Iris Valrera que de hacerlo, se le partiría la quijada.