METAPLASIA APOCRINA QUÍSTICA Y PAPILAR
Las glándulas apocrinas
son parte del sistema glandular odorífero o sexual accesorio. Estas se
encuentran normalmente en la piel, particularmente en las ingles, axilas y
región anogenital. Hay glándulas apocrinas modificadas en las orejas (glándulas
ceruminosas) y en los párpados (glándulas de Moll). Las glándulas apocrinas son
morfológica y funcionalmente diferentes de las glándulas sebáceas y sudoríparas
cutáneas. Varias observaciones sugieren que las glándulas apocrinas cutáneas
son responsables de la estimulación hormonal, de manera análoga a la glándula
mamaria.
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El desarrollo de las
glándulas apocrinas normales se retarda bastante hasta la pubertad en ambos
sexos. En la mujer, la función de las glándulas apocrinas aumenta y decrece
algo con las fases del ciclo menstrual. La hiperplasia de las glándulas
apocrinas axilares durante el embarazo, ocasionalmente, puede producir un
aumento de tamaño palpable de las glándulas, lo cual puede ser tomado
erróneamente por una neoplasia o por tejido mamario ectópico. Se ha reportado,
durante el embarazo, aumento de la actividad secretora de las glándulas
apocrinas axilares.
Hasta el presente no hay
evidencia que indique que los estrógenos exógenos contribuyan al desarrollo de
metaplasia apocrina en humanos. La comparación de tejido mamario de mujeres que
recibían estrógenos exógenos y de mujeres no tratadas, reveló que no hay
aumento de la frecuencia de metaplasia apocrina en el grupo tratado.
Las células de las
glándulas apocrinas cutáneas contienen abundante citoplasma rosado, finamente
granular, que forman crestas o burbujas apicales en la superficie de la luz,
típico de secreción merocrina. Cerca de la base de la célula se localizan núcleos
redondos, regulares con un núcleo punteado. A nivel ultraestructural, el
citoplasma contiene abundante retículo endoplásmico, mitocondrias, filamentos
intermedios y vesículas secretoras que son responsables de la granulosidad
observada en los cortes con hematoxilina – eosina.
Embriológicamente, las
mamas se desarrollan a partir de un primordio que da lugar a las glándulas
apocrinas, opero éstas no son constituyentes de la anatomía microscópica normal
de la glándula mamaria. Cualquier lesión proliferante benigna puede contener
células de características citológicas apocrinas. En su forma más trivial,
éstas células apocrinas metaplásicas no son distinguibles de las células que
constituyen las glándulas apocrinas normales.
Es incierta la capacidad
proliferante de la metaplasia apocrina ordinaria. Las células apocrinas planas
que delimitan los quistes pueden ser una etapa final de la diferenciación celular, pero estudios del líquido quístico indican actividad metabólica. El líquido en
los quistes apocrinos contienen altas concentraciones de conjugado andrógeno
sulfato de dehidroepiandrosterona, un esteroide que también se encuentra
concentrado en el sudor de las glándulas axilares. Este hallazgo sugiere que la
acumulación de la hormona se produce como resultado de transporte activo o de
síntesis por parte del epitelio del quiste. Casi nunca se ven mitosis en la
metaplasia apocrina ordinaria y una baja proporción de células están en
fase S.
Bibliografía: Paul Peter Rosen
Libro: Patología Mamaria de Rosen