Hubo una vez en donde había autores de libros y editoriales. Si un autor quería ver alguna de sus obras publicadas, tenía que entrar a un proceso que no ofrecía ninguna garantía. Lo que se hacía era concertar citas con las editoriales, entregar el manuscrito y esperar entre dos y cuatro semanas para recibir la respuesta de la editorial. En ocasiones ésta era favorable y el libros se publicaba. Otras veces la respuesta era no y el libro pasaba a dormir el sueño de los justos. Eso parece que se acabó gracias a lulu.com, que como otras empresas vía internet, le permite a cada autor convertirse en su propia editorial.
Lulu.com es una compañía privada, fundada en el 2002 por Bob Young, cofundador de RedHat (una popular distribución de Linux). Hoy tiene una comunidad creativa de unos 1.8 millones de usuarios en más de 80 países, con más de 12 mil nuevos miembros por semana.
En este sitio web se pueden imprimir libros en pasta dura o blanda, manuales, catálogos y material para los negocios que lo necesiten; crear calendarios y álbumes de fotos usando fotograías personales o bien de catálogo (con permiso de los respectivos autores de las fotos que se quieren usar, desde luego); mercadeo a nivel redes sociales, comercio y exposición, acceso al sistema más rápido de distribución global disponible en el mundo, así como permitírsele a los autores mantener control completo sobre sus propios contenidos y el precio de los mismos.
Lulu.com es de hecho una empresa internacional, con empleados en 12 países y oficinas en Raleigh, Londres, Toronto y Bangalore. Según lulu.com, hay más de 250 menciones por semana en blogs, redes sociales, YouTube y en los medios de información tradicionales.
La idea en el fondo es que los creadores de contenidos hagan dinero con sus proyectos con un mecanismo de 80% al autor y 20% para lulu.com, en donde los autores pueden mantener absoluto control sobre sus obras (incluyendo los derechos de autor). Además, con la posibilidad de que lulu.com pueda darle a las obras de los autores un mercado y distribución global.
Los contenidos en lulu.com son de fácil acceso, perfectos para comunidades específicas en busca de materiales sobre tópicos específicos. De alguna manera, con el esquema planteado por lulu.com (y otras empresas en este negocio), la regla básica es que hay vendedores de los derechos intelectuales y compradores de los mismos, ya sea en forma física o digital.
Por otra parte, la idea de publicar ya no requiere de imprimir una cantidad mínima de libros (en general podían ser de mil a 5 mil ejemplares), sino que sólo se imprime bajo demanda, lo que reduce los costos a las propias editoriales y a los autores que buscan publicar sus obras. A esto le llaman POD (print on demand).
Hay, evidentemente, opciones a lulu.com, como SelfPublishing o CreateSpace, esta última propiedad de Amazon. Cada esquema tiene sus pros y contras, algunos son más económicos que otros o incluso dan más prestaciones en algunos aspectos que sus competidores, etcétera.
La idea es sin duda buena y la cantidad de usuarios que tiene lulu.com, por ejemplo, habla de la aceptación de este esquema para convertirse en su propia editorial, sin los costos asociados a ésta. En mi opinión, todo potencial autor debería al menos revisar estas posibilidades para finalmente publicar sus grandes obras.