La depresión puede afectarnos en cualquier momento, pero es necesaria atacarla a tiempo para evitar que nos traiga consecuencias nocivas
A continuación, te presentamos algunas de las señales más obvias y comunes de que estás deprimida. Si al final de leer la nota te das cuenta que presentas más de dos síntomas, pide ayuda. Existen muchas personas que están capacitadas para apoyarte a salir de esta situación.
Pérdida de interés. Las cosas que solían importarte te dan igual. Todo te parece irrelevante: estar en casa, salir, ver a tus amigos, escuchar música, ver tu serie de televisión favorita, comer… Nada llama tu atención. La depresión hace que tu interés se reduzca a tus problemas, ansiedad, angustia y pensamientos negativos.
Aislamiento. La depresión hace que te sientas insegura y ese miedo que experimentas hace que quieras recluirte en un lugar donde no tengas que lidiar con las personas, sus puntos de vista y prejuicios. Seguramente, te sientes incomprendida, por lo que no expresas lo que sientes y te alejas de las personas o simplemente ocupas un espacio sin estar presente.
Trastornos físicos. Tu apetito se verá afectado, eso hará que bajes de peso o por el contrario aumentes al no dejar de comer; es común sentir dolores de cabeza y espalda, calambres, problemas digestivos, dificultad para concentrarte, alteraciones de sueño. En esto radica la importancia de acabar con el fantasma de la depresión: altera tu estado de salud.
Pensamientos negativos. Cuando una persona tiene depresión cambia por completo su forma de ver al mundo: los problemas pequeños se hacen inmensos y parecen no tener solución; cualquier noticia solamente parece empeorar las cosas. La tristeza se apodera de todo, la vida es gris y su relevancia parece mínima, por lo que a veces se quiere acabar con ella.
Por Génesis Amaris
