El humanismo y la
solidaridad son una realidad que sólo están presentes cuando decides vivirlas
con intensidad para ayudar a las personas con discapacidad. De ver y admirar
las ideas de salvaescaleras madrid entendimos
que el ayudar a los suyos es ejemplificar a los demás.
De muchísimas películas,
series y dibujos animados hemos visto sillas elevadoras que ayudan a las
personas con discapacidad a subir y bajar escaleras. Es también una forma de
asociar a ciudades altamente tecnológicas como Japón. En fin, la idea se ve
selectiva, cuando no, es parte posible, merecida e indispensable en la ayuda a
una vida más digna para quienes tienen una limitación que no limita ni su
potencial, su pensar y corazón.
Las sillas elevadoras y
las salvaescaleras facilitan que las personas con discapacidad puedan
movilizarse con sus sillas de ruedas, bastones, andaderas, prótesis y demás en
casas, apartamentos, oficinas, buses, camionetas vans y en lugares públicos
como los trenes subterráneos, hospitales o museos.
Una familia se siente más
cómoda en practicidad no sólo porque quien posee la discapacidad puede por sus
propios medios o con la menor ayuda, utilizar las salvaescaleras y demás
productos, no sólo por el esfuerzo físico, sino por el factor principal que
desea generar y que le ofrezcan todas las personas a quienes poseen alguna
discapacidad: confianza.
La confianza de poder
desenvolverse y desarrollarse por sí mismos aumenta la salud, el amor por la
vida, por el desarrollo personal y de las habilidades sociales, cognitivas y
cognoscitivas, trascendiendo más allá de sí mismos. Eso es salud familiar y un
sólido eslabón para el ejemplo social.
La tecnología de punta, el
desarrollo y mejoramiento de la misma y los valores de la arquitectura, tanto
la que surge como la adecuación de la existente en pro de ofrecer un espacio
digno y de movilidad amplia para quien posee discapacidad, son los asideros
para el desarrollo de las salvaescaleras.
La tercera edad a veces
limita las posibilidades de movimiento y las escaleras se transforman en
enemigas, siendo ellas necesarias. De allí surge la necesidad de las
salvaescaleras para poder ser parte por completo de un hogar y no confinarse a
un área en especial.
Las alcaldías,
gobernaciones, ONG’s y la sociedad en general, pueden unirse en pro de colaborar
con algunos equipos como elevadores, plataformas, sillas salvaescaleras para
los espacios públicos y en pro de colaborar con las personas con discapacidad,
de manera individual, para sus hogares.
Dejar pasar la tecnología
que es el pasado, presente y futuro, como herramienta de vida, es un pecado; y
peor cuando no se usa la misma para hacer más práctica y digna, la vida que
tenemos y la búsqueda de mejorarla como merecemos (no hacerla más fácil, sin
esfuerzo no hay satisfacción).