Pasión por organizar
¿De pequeño organizabas
los juguetes o cogías las tazas de colores y en vez de tirarlas las ordenabas?
Si la respuesta es que si, es que tenían esa curiosidad organizadora en ti.
Cuando crecías, ¿tenías
pasión por organizar fiestas, cenas o eventos en tu casa, colegio o asociación?
Cumplidos por parte de tus amigos o familiares te llenaban de satisfacción
porque tienes en la sangre el ser un planificador de eventos.
Ser una persona social
Hay gente tímida y hay
personas que les encanta hablar y conocer a nuevas personas. Si eres de los que
no tienen problema en hablar con desconocidos, hacer nuevos amigos, ser un
orador y hablar en público… los eventos son algo que te vienen como anillo al
dedo.
Tener ojo para los
detalles
Si eres la típica
persona que no puede parar de preguntar el por qué de las cosas, o que buscabas
más detalles porque la información que tenías no era suficiente para lo que
necesitabas: te encantarán los eventos.
Tener iniciativa
Presentarse voluntarios,
responder a cosas que ni siquiera se han convertido en una duda o problema aún
y planificar una serie de posibles soluciones ante inconveniencias son
elementos que caracterizan a un planeador de eventos.
Saber priorizar
Hay personas que odian
crear listas, estructurar una habitación en blanco, prepararse un discurso. La
habilidad de priorizar es algo que corre en las venas de un buen profesional de
los eventos.