Me ocurrió que en clases una de mis alumnas estaba físicamente, pero su mente no. No participaba y estaba retraída. Le consulté si algo de lo que dije no le había gustado, si no lo había entendido o estaba aún somnolienta por el horario de clases.
Su respuesta fue, "profesor, hace poco dijo que había que hacer balance entre la sensatez y la sensibilidad para ser creativos y tener empatía con los lectores o clientes; yo no puedo estar así porque el hombre que me gusta se fue del país y nos tuvimos que separar".
Ella, con tan sólo 16 años, está sufriendo una decepción amorosa que yo sólo había visto en películas sobre la guerra, cuando los soldados se separaban de sus amadas para ir al frente. Y el asunto se puso color de hormiga cuando varias de sus compañeras expresaron pasar por lo mismo. Hasta ojos enjugando lágrimas observé-
Allí me tocó pasar del rol de facilitador docente al rol paternalista. Imaginen, un hombre sin experiencia amorosa y mucho menos paternal, dándole consejos a una joven que a su edad ha conocido el amor y el amargo sabor de una distancia obligada. Y tratando de apaciguar el efecto dominó en el salón.
Mis palabras fueron directas pero no por ello crudas. Le comenté a la joven que inició todo: "lo menos que quiere usted oír es que eso está ocurriendo ya mucho a las personas debido a ésta diáspora en busca de un futuro que aquí no quiere estar y desde este presente no se vislumbra. Y seguro en su mente se grita A MÍ NO ME IMPORTA QUE ESO SEA YA COMÚN, LA PREGUNTA ES ¿POR QUÉ A MÍ?; la respuesta es ¿por qué no?, a todos nos ocurren cosas no deseadas por muy buenos que seamos, ese es el balance del mundo aunque no queramos.
Le recordé que los deseos son también peligrosos y anárquicos. En un episodio de Mi Bella Genio, Jeannie le dice al Mayor Anthony Nelson, "amo, ten cuidado con lo que pides, porque en el anhelo de trasladar el mar al desierto, puedes transformar al lugar donde estaba ese mar en un nuevo desierto y tu deseo al final no mejoraría nada".
Le recordé su edad, que el destino te da lo que necesitas y tú con tus acciones construyes lo que mereces; que Dios se acuerda de ella aunque no sea como ella quiere; y que la culpa no fue de los dos así que el amor valdrá la pena y buscará nuevos destinos siempre acompañado de lo bonito vivido. Sí buscaba culpables, en Miraflores y derivados está la culpa.
La pesadumbre colectiva
Luego de ella calmarse sus compañeras comprendieron parte de mis palabras, saben que deben batallar con ese fardo a su corta edad y al menos les di a entender que no tienen la culpa ni sus parejas, es un éxodo forzado por el mal, al que ellas deben combatir.
Pero no dejo de preguntarme sí los demás docentes en cualquier institución deben bregar con cosas así. Obviamente eso no debería mermar el rendimiento académico ni la responsabilidad de sus obligaciones y menos el departir con un conglomerado; pero los asuntos del corazón y la mente son temas delicados que se adentran a laberintos sinuosos donde hay que colaborar desde nuestra cordura para que consigan la salida correcta.
La depresión, tristeza, melancolía, desgano y similares están atacando a todos por igual. Por ver cómo se desquebraja un poco de nestra historia y que ni siquiera sea por la temible muerte, sino por una banda de terroristas contra la humanidad que asolan y azotan desde sus sitios de poder, jugando con las necesidades básicas de las personas.
Llegó el momento de enfrentar todo de manera distinta antes que nos arrope, porque también somos víctimas. En esta ocasión tuve que ser un padre que ayuda a su hija a seguir en base a su potencial; a ser un comunicador que le solicita a una estudiante que se comunique, redacte, argumente, aporte ideas para combatir la pesadumbre del alma.
Pero, ¿cuándo yo no pueda y/o su entorno tampoco, qué sucederá con personas en ese estado?, el asunto hay que enfrentarlo desde ya, no lo minimicen ni se burlen, ayuden, aporten, anime, hasta sean locos, cursis, coquetas, distractoras, juerguistas, pero pongan a la mente a recordar que la vida es para ser vivida, que de amor no se ha muerto nadie y usted no será el primero.
No dejemos que nos ganen en nuestros terrenos más personales: alma, mente y corazón.
Lcdo. Argenis Serrano - @Periodistech
