Autor: Alex Vallenilla - Periodista del área de Economía y Criptomonedas. Mérida / Venezuela.
Cuando
un ciudadano usa dinero fiduciario, lo hace de dos maneras, en efectivo o con
dinero en cuentas bancarias. Para ambas situaciones la persona sabe exactamente
donde está su dinero, o en su bolsillo o en la cuenta de su agencia de banco
que visita frecuentemente. En el caso de las criptomonedas, los tokens que
representan el valor del dinero según lo determina el mercado, están en la red.
La
mayoría de los venezolanos desconocen los mecanismos de operaciones con
criptomonedas. Los activos digitales permanecen en una base de datos dentro de
una red de usuarios y mineros. El usuario al comprar u obtener petros a cambio
de algún servicio, recibirá los tokens o fichas que representan el valor del
dinero en una dirección de una cartera digital, la “wallet”. La dirección de la
cartera es producto de una clave pública, que el usuario protege con una clave
privada.
Todo
ese proceso siempre dentro de la red, de la base de datos distribuida, la
llamada “blockchain”.
Dónde
está el dinero
En
realidad, los petros, así como otra criptomoneda siempre están en la red, los
usuarios sólo tienen acceso a sus activos digitales cuando entran con su clave
privada, aplica la firma digital que autoriza las transferencias que vaya a
realizar y la red interconectada se encarga de verificar y confirmar cada
operación. Nadie tiene los tokens en sus discos duros, en sus teléfonos
celulares, en sus computadoras.
La
aplicación del petro tiene enormes debilidades en su diseño, lo que no permite
confiar abiertamente en el uso de este token, ya que la cartera digital que
ofrece a los usuarios comunes, es sólo de tipo web. Lo anterior quiere decir
que sólo se depende de la página web ofrecida por la Superintendencia de
Criptomonedas para tener acceso a sus fichas.
No
hay una “wallet” que se pueda descargar a su equipo personal, sea una tabla,
una computadora, celular inteligente o laptop en que el usuario tenga control
directo de su clave privada en los archivos que se descargan a su disco duro y
que contienen esta data cifrada. La desventaja de ello es que el usuario no
tiene control directo alguno sobre el dinero que emplee en el petro.
Riesgo
altísimo de perder
Usar
una cartera digital que permita controlar la clave privada, ayuda mucho al
usuario. Por ejemplo ahorrar en petros, como lo pide el mandatario Maduro, si
esa fuera decisión del usuario, es altamente riesgoso, ya que no podría crear
carteras frías para acumular fichas en el tiempo, como se puede hacer con el
bitcoin.
En
caso de pérdida de la clave privada, de daños al disco duro de su equipo o robo
de su celular, puede importar su clave privada a otro dispositivo y mantener el
control de sus activos digitales sin pérdida alguna. Con la cartera digital
web, el usuario puede entrar a su cartera digital desde cualquier dispositivo,
distinto a controlar directamente la cartera, que vincula al dispositivo con la
clave privada y eso es más seguro.
La
manera en que funciona el petro, es distinta y altamente riesgosa. Un fallo de
los servidores que dan acceso a las carteras digitales web, bloquearía de
inmediato todas las operaciones, ya que nadie podría acceder al caerse la
página web, eso no ocurre con las criptomonedas diseñadas de mejor manera.
Usar
sólo una cartera digital web pone obstáculos, si el sitio que tiene la “wallet”
se cae, es atacada por hackers, o simplemente está en mantenimiento, ese día,
por el tiempo que este “off-line”, no se podría transferir un petro a nadie.
El
dinero estaría siempre bajo control de la administración Maduro, que a través
de la Superintendencia de Criptomonedas si tiene acceso directo a la aplicación
que genera las direcciones de las carteras.